Las Hogueras de Alicante celebrarán este sábado el Congreso "Presente y futuro de la fiesta", en el que se pretende "compartir ideas y tratar de poner las bases para trazar líneas de posibles soluciones a las grandes cuestiones que preocupan a las asociaciones". Entre los invitados del evento organizado por la Federació de Fogueres destaca la figura de Carlos Galiana, presidente de la Junta Central Fallera y concejal de Cultura Festiva del Ayuntamiento de València

Concejal de Cultura Festiva de València y presidente de la Junta Central Fallera, invitado en el Congreso de las Hogueras convocado para buscar la viabilidad de la fiesta. ¿¿Qué le gustaría aportar?

Yo en mi intervención quiero resaltar las relaciones que hemos tenido Alicante y València durante estos dos años de pandemia. Yo entré al cargo apenas diez días antes de la suspensión de las Fallas [en marzo de 2020], y durante estos dos años el contacto con Toñi Martín-Zarco ha sido permanente y excelente. Nos hemos ayudado muchísimo. En este tiempo, hemos comprobado que lo que pasa en València afecta a Alicante y lo que pasa en Alicante afecta a València, y que en muchas cosas tenemos que ir de la mano. Y así hemos hecho. Hemos hablado mucho de fechas, hemos intercambiado información, hemos hecho jornadas de convivencia... 

A usted se le ha invitado en pleno debate interno sobre si las Hogueras de Alicante deben adoptar el modelo de gestión de las Fallas. ¿Considera que la principal diferencia es que el presidente de las Fallas es también el concejal de Fiestas o considera que hay otras más notables…? 

Sí, en cuanto al modelo, la principal diferencia es que Toñi Martín-Zarco es presidenta de Fogueres pero no es concejala y en València el cargo de presidente de la Junta de la Fallera lo asume un concejal por estatutos. La organización de las Fallas, por tanto, depende del Ayuntamiento y el cabeza visible es un concejal. Eso conlleva que en asuntos burocráticos nosotros estamos atados a la Ley de Contratación Pública y en Alicante tienen más libertad al contratar al ser una Federación. Entre las diferencias, como presidente de las Fallas, yo tengo contacto directo con todos los concejales, así que cuando necesito algo de la Policía levanto el teléfono y me contesta el concejal responsable, igual que cuando necesito algo de Bomberos, de Dominio Público o de cualquier otra área porque son mis compañeros. Eso tiene beneficios en cuanto a organización. Luego, obviamente, la relación entre la Junta y el Consistorio siempre va a ser excelente, no puede ser de otra manera, al ser un concejal el presidente de las Fallas. En Alicante, esa relación depende de las personas que formen parte de la Federació y del Ayuntamiento, por lo que puede haber choques, aunque creo que no es habitual. En las Fallas, es cierto que el modelo funciona en cuanto a la facilidad de la gestión, al poder tratar de forma muy directa con otros concejales responsables de áreas implicadas como limpieza. En Alicante esas relaciones supongo que son más complicadas.

Entre las diferencias también está el personal disponible para la gestión. Usted tiene a funcionarios a su cargo y en la Federació son todos personas que trabajar de forma altruista.

Eso es, pero para nosotros en cambio es muy farragoso poder contar con empresas privadas que colaboren y patrocinen las Fallas. Envidio esa colaboración en Alicante. 

¿Con el modelo de las Fallas también resulta más fácil hablar de politización de las fiestas…? 

Aquí siempre ha habido voces a favor de que las Fallas se independicen del Ayuntamiento. En València, en cuatro años no puedes cambiar al concejal responsable de las Fallas, que tras las elecciones ha sido elegido por el alcalde, guste más o menos. Los falleros no pueden cesar al presidente de la Junta. En las Hogueras, en cambio, tienen la capacidad, en un momento dado, de unirse y provocar un cambio al frente de la Federació. 

Habla de independizarse del Ayuntamiento. ¿Se puede ser independiente de una administración cuando la mayor parte de tu presupuesto procede de, por ejemplo, el Ayuntamiento?

Nosotros, por ejemplo, no organizamos la Semana Santa, les damos una subvención, como en Alicante con las Hogueras. Y ellos hacen y deshacen lo que consideran con su fiesta, a nosotros solo nos tienen que justificar el gasto. Recibir una subvención no te quita independencia, aunque es cierto que debes tener buena relación con el Ayuntamiento. 

En el debate fogueril, se habla mucho de la falta de colaboración del sector turístico, pese al beneficio que le genera las Hogueras. ¿Sucede lo mismo en València o existe más implicación de hoteles, restaurantes y bares?

Yo creo que es difícil en todas partes. La pandemia nos puso encima de la mesa en València, y seguro que en Alicante también, la importancia que tenían las fiestas en el sector económico, y no solo la hostelería, sino en otros como la indumentaria, los peluqueros… Al no plantar por la pandemia se demostró que los ingresos de estos sectores bajaban mucho. También es cierto que con la situación actual, con una guerra y los precios disparados, es complicado que una empresa privada pequeña pueda aportar a la fiesta. Aquí el sector hostelero suele colaborar con las comisiones, con anuncios en llibrets, porque es una fiesta muy de barrio. A nivel Ayuntamiento, esa relación de aportar dinero no se da, aunque tampoco la hemos pedido nunca, preferimos que los quieran colaborar vayan directamente a las comisiones. Es cierto, sin embargo, que siempre ha sido una relación difícil entre los que hacen la fiesta y los que se benefician de la fiesta. La pandemia nos ha demostrado que nos necesitamos unos a otros. Y luego están también las molestias a los vecinos… 

En València, al ser el Ayuntamiento el organizador de las fiestas y también el encargado de dar los permisos, tanto de ocupación de vía pública como de horarios, ¿las quejas que reciben son mayores? 

Sí, porque se quejan al Ayuntamiento que es quien organiza las fiesta, quien da los permisos y quien gestiona los horarios. Aquí, en València, se creó hace unos años, al poco de llegar nosotros [2015], una comisión de trabajo para la elaboración del bando fallero, que sale todos los años y organiza la ciudad en esos días. Antes el documento se realizaba de puertas adentro del Ayuntamiento y ahora hacemos un trabajo conjunto, donde está representada la hostelería, el sector turístico, los vecinos y, claro, las Fallas. Ha servido para limar asperezas, pactando horarios y limitando las molestias. Se trabaja para llegar a acuerdos, aunque unos siempre quieren alargar más la fiesta y otros que se acorte. 

Entre las diferencias más notables está el censo. En València, rozan los 100.000 comisionados de un total de unos 800.000 habitantes que tiene la ciudad. En Alicante, apenas son 10.000 las personas que hacen la fiesta de los casi 350.000 habitantes. ¿Hay secreto?

Uf, no lo sé. En València se ha llegado a que el 12,5% de la población sean comisionados de las Fallas, aunque con la pandemia bajó un 10% una cifra que estamos recuperando poco a poco. Aquí las Fallas son el tejido asociativo más importante de la ciudad. Prácticamente en cada plaza, en cada calle, hay una falla. En Rufaza, que es de donde yo soy, hay 22 comisiones, prácticamente pegadas unas a otras. Mis padres me apuntaron para que me relacionara con gente, más allá de los amigos del colegio. Aunque no sé cuál es el atractivo para esas cifras, será que los valencianos somos muy falleros, incluso los que se quejan también son muy falleros.

En València, por otro lado, en los últimos años han ido cambiando el autor de la Falla del Ayuntamiento, mientras que en Alicante existe mínima rotación. ¿Cómo lo hacen?

Hacemos un concurso público con un precio bastante ajustado al mercado y que hemos ido subiendo. El presupuesto de la falla grande municipal pasará de los 205.000 euros de 2020 hasta los 217.300 euros para el año que viene. En la Falla mayor se han ido combinando diseñadores muy importantes con artistas falleros en los últimos años. Pero en 2013, 2014, 2015 también tuvo el mismo autor. 

Retomando esa relación entre fiestas, ¿cree que de este Congreso saldrá más colaboración entre ambas fiestas?

La relación con Toñi es excelente, nos hemos llamado mucho estos dos años. También la relación con Manolo, el concejal, ha sido muy buena a pesar de ser de partidos diferentes. Se ha preocupado por nosotros. Ha habido una muy beuna relación con Alicante. 

Con esa buena relación, ¿ayudarán en el objetivo de que las Hogueras sean también Patrimonio de la Humanidad?

Claro, en lo que haga falta.