Separar los residuos sigue siendo una tarea casi imposible en El Barrio de Alicante. Vecinos y hosteleros deben recorrer cientos de metros cargados con diferentes bolsas si quieren reciclar, por lo que lamentan la falta de contenedores específicos para este cometido.

Residentes de la zona situada entre la Rambla de Méndez Núñez, la plaza de San Cristóbal y la calle Altamira se quejan de que, para un área residencial y con negocios de hostelería de más de 100.000 metros cuadrados, solo existen tres puntos habilitados con recogida selectiva.

Además, todos ellos se encuentran situados a las entradas de la zona, concretamente en la avenida de Jaime II (prolongación de Alfonso el Sabio), en la de Jorge Juan (junto a las escaleras de Santa María) y en la calle Virgen del Socorro (más próxima al Raval Roig que al Barrio). Por lo que es imprescindible recorrer varias manzanas para poder hacer uso de ellos.

A pesar de las particulares condiciones del barrio, en su mayor parte de acceso peatonal, sí existen varios puntos dentro del callejero de la zona con múltiples contenedores para la recogida residuos mezclados, por lo que los vecinos se preguntan cuál es el motivo para no implementar también otros que permitan la recogida selectiva.

Alicante, lejos de Europa

El problema de las basuras va mucho más allá de la distancia que deban recorrer hosteleros y vecinos para poder reciclar. Según los últimos datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE) o los que refleja el Observatorio Alicantino del Desarrollo Sostenible (ADS) Alicante separa únicamente entre un 34% y un 37% del total de basura generada.

Mientras que en la Comunidad Valenciana se generan de media más de 500 kilogramos de desechos anuales, los ciudadanos de la capital de la provincia destinan únicamente 24 a la recogida selectiva de basuras.

Unas cifras considerablemente inferiores a los estándares marcados por la UE para los próximos años. Los objetivos de sostenibilidad europeos fijan en el 55% del total la meta para el año 2025. Un indicativo que aumentará progresivamente hasta situarse en el 65% dentro de diez años.

El incumplimiento de estos objetivos, no solo podría conllevar importantes sanciones económicas, sino que también supondría un claro perjuicio para el medio ambiente y acortaría la vida útil de las plantas de tratamiento de residuos. Un problema a largo plazo que sigue sin solución.

Peor para El Barrio

Esta situación marcada por la falta de puntos aptos para el reciclaje se suma a los constantes problemas de limpieza y salubridad que los residentes del Casco Antiguo vienen denunciando desde hace años.

Lamentan que en una zona mayormente de ocio, donde se dan cita miles de personas cada fin de semana, la limpieza sea tan deficitaria. Además, aseguran que, al no existir una opción cercana para la separación de residuos, muchos locales optan por acumular todos los desechos en los contenedores de color gris, indistintamente de su tipo. Una práctica que ha convertido en habituales las imágenes de tanques desbordados de basura.

La situación es tal que los vecinos ha convocado una concentración frente a la fachada principal del ayuntamiento para la próxima semana. El jueves 29 de septiembre se darán cita a las 19:00 para protestar por la falta de servicios y el abandono que sufre la zona por parte del bipartito de PP y Cs.