El juzgado de guardia de Alicante ha dejado en libertad con cargos al indigente de 35 años detenido por la Policía Nacional acusado de amenazar de muerte y agredir a un niño de 12 años cuando viajaba en el TRAM con su madre y su hermana de tres años. El arrestado, que según fuentes policiales tiene problemas mentales, ha negado que agrediera al niño en su comparecencia en sede judicial, donde ha sido asistido por el despacho del abogado José Manuel Yepes Rodríguez. El arrestado no ha sido examinado por el forense para determinar su estado mental y ha quedado libre. Al no aportar domicilio alguno y carecer de teléfono móvil, el problema surgirá en el futuro cuando el juzgado que instruya las diligencias necesite citar al investigado, natural de Barcelona y con antecedentes policiales por robo con fuerza en las cosas, daños y lesiones.

La detención del indigente buscado por la agresión en el TRAM ocurrida el 10 de septiembre se llevó a cabo el pasado martes a primera hora de la tarde. Una patrulla de la Policía Nacional estableció un control rutinario de prevención de la delincuencia en la parada Puerta del Mar del TRAM y tras entrevistarse con un vigilante de seguridad hablaron de la agresión ocurrida a principios de septiembre y el trabajador les mostró varias fotografías del sospechoso, ya que era un usuario habitual del tranvía y fue grabado por las cámaras de seguridad.

Al ver las imágenes uno de los policías reconoció al indigente por haber tenido varias intervenciones con anterioridad y tras realizar comprobaciones en las bases de datos policiales comprobaron que estaba denunciado y pendiente de ser detenido.

La patrulla continuó su servicio y poco después detectaron al sospechoso en las inmediaciones, por lo que procedieron a su inmediata detención por un delito de amenazas graves.

Tras la detención del presunto agresor del TRAM compareció el mismo martes por la tarde ante la Policía Nacional y reconoció sin ninguna duda al arrestado como la persona que atacó a su hijo y a ella cuando viajaban en el tranvía. Además de las lesiones leves causadas al menor de 12 años, la madre del niño relató a los agentes que a causa de la agresión sufrió daños en la pantalla de su teléfono móvil y en el carrito de bebé donde estaba su hija de tres años. La denunciante ha cifrado en unos 1.200 euros los daños sufridos por el carrito y el teléfono móvil.

Según la denuncia presentada en su día por la madre del menor, los hechos ocurrieron poco antes de las once de la mañana cuando viajaban en la línea L4 desde Luceros hasta la parada de Lucentum. La mujer y sus dos hijos de 12 y 3 años se disponían a bajar del tranvía cuando fueron abordados por el indigente ahora detenido. Sin mediar palabra agarró a su hijo de 12 años por el cuello y empezó a darle golpes por la cara. La madre comenzó a gritar socorro y auxilio al tiempo que trataba de quitar al agresor que estaba encima de su hijo, aunque tenía dificultades porque se lo impedía el carrito de su hija de tres años y una silla de ruedas de un usuario del TRAM.

Mientras el menor era agredido un joven que iba en el vagón salió en defensa de las víctimas y se enfrentó al indigente, quien golpeó también a este pasajero.

El agresor volvió a agarrar al menor por el cuello y lo levantó en peso mientras le decía «¡Te mato, te mato!». La madre y otra mujer empezaron a darle con el bolso al indigente para que depusiera su actitud y el agresor se defendió. El hombre acabó marchándose después de que una mujer dijese en repetidas ocasiones que iba a llamar a la Policía.

El conductor del TRAM apareció luego en el vagón y dijo que había avisado a la Policía, pero según la madre no llegó a intervenir en su defensa.

En la comparecencia policial tras el arresto del agresor, la madre ha declarado que cuando sucedieron los hechos no había personal de seguridad y que el maquinista no mostró voluntad de ayudar a las persona agredidas y les invitó a bajarse del vagón hasta la llegada de la Policía. A juicio de la denunciante, el maquinista incurrió en una omisión de socorro al no pedir una ambulancia para que asistiera a los heridos.

La madre presentó una reclamación por ello en las oficinas del TRAM y quiere que se tomen acciones legales contra la empresa de Ferrocarriles y la de seguridad. Asegura la denunciante que sus hijos están sufriendo secuelas por la agresión, ya que el niño de 12 años tiene miedo a salir a la calle y subirse en cualquier transporte público, mientras que la menor de tres años tiene pesadillas.