El estudio de carga de la isla de Tabarca, que determina el nivel de explotación turística que una zona puede soportar asegurando una máxima satisfacción a los visitantes y una mínima repercusión sobre los recursos, advierte de que la saturación en los meses de verano pone en riesgo la calidad de los servicios y la satisfacción del visitante, además del futuro natural de la isla.

El informe, encargado por el Patronato municipal de Turismo del Ayuntamiento de Alicante al Instituto de Ecología Natural, abre el debate sobre el aforo idóneo de la isla, aunque sin concretar la cifra máxima de turistas que deberían de acceder a Tabarca a diario para no poner en riesgo un núcleo urbano declarado Conjunto Histórico Artístico y Bien de Interés Cultural. 

Según los expertos, el disfrute con fines recreativos de los recursos de un espacio concreto implica un consumo responsable que garantice su continuidad en el tiempo en un óptimo estado de conservación. "Se sobreentiende que la saturación de los espacios turísticos tiene un impacto negativo no solo en la experiencia turística, ya que sus implicaciones pueden ser más graves afectando a la propia supervivencia de  los recursos culturales que se visitan y a la calidad medioambiental del destino", explica el documento de casi 200 páginas, que viene a recomendar que se limite el uso privado de la playa y aumentar presencia de socorristas ante la saturación de intervenciones en temporada alta. También propone incrementar la oferta de alojamiento turístico, junto a mejorar servicios públicos como la limpieza. Además, abre la puerta a ajustar los visitantes a la oferta hostelera existente. De igual manera, pide promover campañas informativas sobre el valor que encierran las comunidades vegetales y animales, limitándose el paso fuera de las sendas señalizadas. Por otro lado, recomienda apostar por las energías renovables. 

Estas son algunas de las conclusiones del estudio, que ha empleado una estrategia cuantitativa para efectuar la consulta a los negocios de la isla de Tabarca. El trabajo de campo se desarrolló entre los meses de marzo y abril de 2022, es decir, antes de un verano que ha sido de récord en la isla, y se consiguió alcanzar la participación de veinte gerencias diferentes que representan a 24 establecimientos. Entre los sectores participantes figuran tabarqueras, locales de hostelería y establecimientos de alojamiento.

Sobre la afluencia, se concluye que la mayoría de los encuestados admiten la saturación en verano. Cuatro de cada diez gerencias consideran que la isla se encuentra “muy o bastante saturada” en verano, mientras que otro porcentaje similar considera que se encuentra “algo saturada”. Por el contrario, dos de cada diez negocios, una minoría, creen que la isla en verano se encuentra “poco o nada saturada”, y corresponden a negocios de restauración. 

En la isla hay una veintena de establecimientos que suman 2.088 plazas. "La restauración es criticada por una estandarización de la oferta. Los problemas de  saturación afectan a su capacidad para dar una respuesta adecuada a todos los demandantes de comidas, lo que normalmente supone una merma en la calidad del  servicio", según recoge el informe, que propone como estrategia "involucrar al empresariado en valorizar el producto local", mejorando "la calidad del servicio de restauración y ofertando un número de plazas para comensales acorde con la capacidad real de las empresas". Según los expertos, "conviene introducir planes para la mejora de la sostenibilidad ambiental en los establecimientos". El informe refleja que en un fin de semana "pueden acceder por línea marítima y taxis-barco unas 7.100 personas", frente a las 2.088 plazas de capacidad de la oferta de restauración.

Al respecto de la hostelería, el estudio añade que el 55% de los negocios afirma que “a menudo o muy a menudo” durante los fines de semana en verano, tienen aforo completo de clientes y al 40% les ocurre de vez en cuando. "La mitad de los establecimientos de restauración, además, afirman que a menudo o muy a menudo realizan en estos periodos (fines de semana de verano) más de dos turnos en el servicio de comida", agrega el estudio, en el que se afirma que las críticas negativas "muy probablemente se deben a momentos de saturación", que pueden poner en riesgo "la calidad de los servicios turísticos" y la propia "experiencia turística".

Sobre los servicios, los encuestados consideran que hay problemas de acumulación de residuos sólidos (vidrio, cartón, envases, orgánico), y así lo manifiesta el 75%. "La limpieza urbana es insuficiente en momentos de saturación. Existe la percepción de que los servicios son deficitarios en cuanto a la frecuencia de vaciado de papeleras, si bien es cierto que muchos visitantes con su comportamiento no ayudan a mantener limpio es espacio público", agrega el informe. Una mayoría también afirma que hay saturación de embarcaciones de tipo deportivo (65%), y que los fondeos incontrolados de estas embarcaciones afectan negativamente a la Posidonia oceánica (60%).

Con la vista en la playa, algo más de la mitad de las gerencias piensa que hay una saturación de bañistas, en este caso también durante el verano, según el estudio. En el arenal se ofrecen servicios ligados a concesiones administrativas (hamacas e hidropedales, entre otros) y contratos como el de salvamento y socorrismo. "La importante necesidad de espacio físico justifica el establecimiento de limitaciones en la utilización de la zona de reposo de la playa. En cuanto a los servicios de salvamento y socorrismo, los datos muestran un escenario evidente de saturación en temporada alta. Las asistencias sanitarias por metro lineal de playa multiplican por mucho las que se notifican en el Postiguet o Albufereta", dictamina el estudio de carga de la isla. 

Según concluye el estudio, "está extendida la idea de que la isla se encuentra saturada de visitantes durante el periodo estival, y un reconocimiento mayoritario que, en verano, tanto la satisfacción del visitante como la calidad de los servicios que se les proporciona, es mayor cuando hay una menor aglomeración de personas".

El Pleno de Alicante, en la sesión del pasado mes de septiembre, rechazó con los votos del bipartito y de Vox una declaración institucional promovida por Unidas Podemos que pretendía "acordar la procedencia de limitar el número de visitantes en Tabarca". El documento que no se aprobó tenía dos acuerdos: introducir la limitación de visitantes en Tabarca en el Plan Integral de la Isla, "con el fin de prevenir su degradación y ayudar a proteger el entorno" y desarrollar "de forma urgente un plan estratégico que contribuya a la sostenibilidad turística y cuidado de la isla".