Los vecinos del Casco Antiguo de Alicante no soportan el ruido del ocio de madrugada. La problemática no es nueva ni tampoco la denuncia pública, pero señalan que comienza a extenderse a todas las jornadas, laborales o no: "En los últimos seis meses estamos viendo que se va de madre. Entiendo que los fines de semana se pueda ser más flexible, pero en días laborables no", indica Joaquín Gangoso, presidente de la Asociación de Vecinos Laderas del Casco Antiguo.

El exceso de ruido en el centro de Alicante se mide a través de unos sonómetros instalados en 21 puntos de la ciudad, aunque 8 de ellos no tienen sus datos actualizados. De los 13 que mantienen su información actualizada, 6 están en el casco antiguo. El sonómetro que se encuentra en la calle Virgen de Belén muestra que en las madrugadas de miércoles a jueves y hasta la del sábado a domingo, se superan los 80 decibelios de manera habitual, llegando a mantenerse en una cifra cercana hasta las 3.30 horas de la madrugada.

Gangoso muestra su preocupación por la situación: "Yo también he salido por aquí. No queremos que los pubs desaparezcan pero que entre semana cierren a las 3.30 horas o a las 4.00 atenta contra la conciliación. Aquí viven también algunos trabajadores de la Euipo que me dicen que quieren salir del barrio porque aquí no se puede vivir. No les puedo decir otra cosa salvo que se marchen".

Fuentes municipales señalan que han tomado medidas como modificar la ordenanza del ruido de 1991 y endurecer las multas. Además, el concejalía de Medio Ambiente se ha reunido en diversas ocasiones con los vecinos, la última hace quince días. Una reunión en la que, asegura Gangoso, los vecinos propusieron soluciones, como ayudar a las patrullas de Policía Local a realizar recorridos por las calles del Casco Antiguo. Sin embargo, el presidente de la asociación vecinal lamenta que la declaración institucional llevada al último pleno se encontrase con los votos en contra del PP y Ciudadanos.

Uno de los sonómetros que miden el ruido en el Casco Antiguo de Alicante. PILAR CORTÉS

"Me da la sensación de que anteponemos los intereses políticos a los beneficios de la ciudad y de los ciudadanos. Los de todos lados, porque con el tripartito pasaba lo mismo. Esto es una tortura, es frustrante no poder descansar, por eso la gente que puede se va. En la asociación le dedicamos muchas horas que quitamos a nuestra familia o trabajo a tratar de mejorar el Casco Antiguo", manifiesta Gangoso.

La asociación ha interpuesto casi 400 denuncias vecinales al Ayuntamiento por el exceso de ruido. Unas denuncias que surgieron tras una iniciativa de la asociación para mejorar el barrio a principio de año. En ella, se permitía manifestar una felicitación, sugerencia, denuncia u otro motivo al Ayuntamiento. Cerca del 95% de las respuestas fueron denuncias relacionadas con el botellón, el ruido y problemas relacionados con la fiesta de madrugada como los vómitos o el orín: "Aquí un problema y me apena. Por lo menos tenemos que intentar mejorar algo. Habrá que actualizarse y cumplir la normativa de ruidos en los pubs. Entiendo que no es fácil por parte de la concejalía, pero habrá que hacer algo", señala el presidente de la asociación.

Los sonómetros del Casco Antiguo son los que presentan las mediciones más altas, superiores incluso a las de la calle Castaños. En las madrugadas de miércoles a jueves de septiembre, la calle Virgen de Belén supera los 80 decibelios, mientras que en la calle Castaños, la medición apenas alcanza los 75. Gangoso lamenta estos datos: "No debería de pasar de 40 por la noche, en especial que lo haga un miércoles es un sinsentido".

No todos los comercios

El presidente de la Asociación de Vecinos Laderas del Casco Antiguo señala que el problema no es generalizado en todo el Casco Antiguo: "Hay muchos locales que lo hacen muy bien" y reclama que los vecinos puedan reunirse con el primer edil para buscar acuerdos: "Estoy a favor de sentarme con el alcalde y los pubs y buscar puentes de entendimiento y soluciones".

La Policía Local actúa en el Casco Antiguo, como también señalan desde la concejalía, pero los vecinos lamentan que lo hagan con el uniforme: "Cada vez que aparece la Policía Local los dueños bajan el volumen y dejan de vender alcohol a menores, claro". El permiso para que las fuerzas de seguridad vayan de incógnito es una competencia que depende de Subdelegación del Gobierno.

Gangoso señala que los vecinos se asesoran con un abogado especialista en ruido: "Nuestra zona es de protección acústica especial, se podrían reducir horarios si quisieran. Aunque la Generalitat pone horarios de cierre, cada municipio puede reducirlos en casos especiales. Se podría probar un cambio durante 3 o 6 meses, hacer un estudio y valorarlo".

En otras ciudades, como Madrid, se ha puesto en marcha la reducción de ruido en zonas que, como el Casco Antiguo, son de protección acústica especial (ZPAE): "Tenemos muchos ejemplos donde la reducción es positiva, pero hay que tener decisión para impulsar un cambio", valora el representante vecinal.