“Nuestra trayectoria transcurre por el maldito valle de la muerte, del que nunca hemos salido”. El catedrático y director del Instituto de Investigación de Biotecnología de la Universidad Miguel Hernández de Elche, Antonio Ferrer, confiesa el duro camino que atraviesan los investigadores universitarios hasta lograr su objetivo, que es conseguir un beneficio social partiendo de su conocimiento.

Su caso, a pesar de los pesares, figura entre los que se califican “de éxito” . “Gracias a un equipo excelente ya no me preocupo más que de dirigir el instituto y generar productos para los próximos cinco años”. Su empresa Prospera Biotech “empezó fracasando de forma estrepitosa”, asegura, hasta convertirse en “la niña bonita”.

Clúster bio

Es por lo que, al igual que el resto de investigadores que se dieron cita este viernes en el parque científico de Alicante en la UA, en unas jornadas organizadas por Bioval, el clúster bio de la Comunidad, insiste en la necesidad de ser resilientes, pacientes y estar dispuestos a reinventarse partiendo de lo que necesitan las empresas, el cliente, que en su caso son los médicos.

Ferrer destaca que el sistema neurosensorial “ha sido el gran olvidado de las ciencias” y que como expertos biosanitarios desarrollan su investigación para comprender cómo funciona y los síntomas que generan alteraciones, como las sesiones de quimioterapia.

El catedrático Ferrer en el Instituto de Biotecnología de la UMH ANTONIO AMOROS

Centrados en la irritación e inflamación de la piel que se trata con corticoides e inmunosupresores, estos investigadores sacaron en 2021 los primeros productos que calman esas molestias “manteniendo el sistema inmune intacto”.

Y han dado un paso más allá con soluciones cosméticas que permiten aguantar el tratamiento oncológico. “Es un desarrollo lo más farmacéutico posible al que dotamos de inestabilidad, de forma que se destruye en la piel porque tiene que actuar fuera, no dentro”.

Ensayos

Los primeros estudios clínicos los llevan a cabo con 27 pacientes del Hospital General de Elche, del Vinalopó y de Barcelona, y ahora los han ampliado a 160 más a solicitud de los propios médicos, junto a otros 40 tratado con radio-oncología.

Investigación de Space Farmers INFORMACIÓN

“Hay que hablar con el mercado para saber qué necesita. Hablamos con los médicos y los dermatólogos, y hemos desarrollado otra formulación la sudoración excesiva, primero en palmas y axilas y ahora para cara y pies también”. Advierte el catedrático que la crema solo disminuye la sudoración, no la quita, regula la temperatura corporal para no alterar el estado biológico.

A Miguel Sánchez de León, CEO de Space Farmers, ubicada en el parque científico de la UA, le situó en el camino del éxito el catedrático de Ingeniería Química y socio de la empresa, Antonio Marcilla, al que se dirigió tras una larga “travesía en el desierto y fracaso diarios” también.

Hambruna

Procedente del mundo de la animación por ordenador y los efectos especiales en el cine, en cuanto la vista la pasó factura cambió de tercio y buscó quien le ayudara a cultivar espirulina, el alga que la ONU ha calificado como el alimento del futuro más rico en proteínas, hierro y vitaminas. Son algas microscópicas descubiertas en los años 70 que favorecían un nivel de salud y bienestar potentes entre tribus nativas del Chad frente a la hambruna en África.

También reconoce que tuvieron mala suerte, “todo nos salió mal” afirma, pero que “por azar, tiramos del hilo y en cuatro años diseñamos un sistema industrial de cultivo de microalgas escalable y con capacidad de producción anual sin problemas”.

Junto a Marcilla, entre el 2% de los científicos más citados en Ingeniería Química, y José Navarrete, licenciado en Derecho, han mejorado el proceso de producción desde la ingeniería y además de triplicar la producción artesanal, es de calidad.

Este equipo suma el desarrollo a su vez del triple ciclo de la captura de carbono utilizando las propias microalgas y los biocarbones para la regeneración de los suelos degradados. “Es ideal para las empresas, pero también en los pueblos de la España vaciada porque se regeneran las hectáreas quemadas”.

El sistema lo están testeando actualmente en Almería, detalla Sánchez al tiempo que recuerda que la espirulina es el único alimento homologado por la NASA para los viajes espaciales.

Macroalgas

El cofundador de Mediterranean Algae y biotecnólogo, Guillermo del Barco, destaca por contra un éxito meteórico y la juventud de su equipo en el cultivo de macroalgas autóctonas del Mediterráneo y que destinan tanto a cosmética como a la alimentación, así como la previsión futura de dedicarlas en agricultura a la posibilidad de generar bioestimulantes para los cultivos.

Miembros de Mediterranean Algae en el laboratorio INFORMACIÓN

Con tecnología en condiciones controladas han logrado seguridad y calidad en el producto y están tanteando distribuidores para farmacias. “es un mercado en crecimiento y fácil de cultivar entre comillas, con un ciclo de vida relativamente sencillo” apunta.

Se estima que el mercado de algas va a crecer hasta un 300% los próximos años y, al igual que el resto de investigadores que han creado sus propias startups en los campus de la provincia, destaca especialmente el equipo multidisciplinar que constituye junto a Yago Sierras en la parte más técnica de los proyectos, y Silvia Antón y Alejandro Simón, especialistas en Ciencias del Mar y en Acuicultura.

Desde lo parques científicos de ambas universidades, tanto Esteban Pelayo de la UA como Javier Sancho de la UMH, desglosaron a su vez el apoyo y servicios que ofrecen a todos los niveles para el emprendimiento biotecnológico, sin un límite temporal y ayudas económicas para tratar de consolidar los proyectos de investigación en el propio territorio gracias al desarrollo de soluciones competitivas ante problemas reales, clave de la trayectoria de la investigación universitaria tal y como se hizo hincapié a lo largo de la jornada.