El Teatro Principal acogerá, el próximo 9 de noviembre, la III Gala de Empresas Centenarias de la provincia de Alicante. Un evento organizado por la Cámara de Alicante y la Asociación de la Empresa Familiar de Alicante (AEFA) -con el patrocinio de Cajamar y la Diputación de Alicante-, que tiene como objetivo homenajear a las empresas más longevas de nuestra zona e invitarlas a pertenecer al Club de Empresas Centenarias de la provincia.

Esta edición reconocerá la trayectoria de siete compañías que acumulan más de un siglo de vida a sus espaldas: Borrell S.A., es una de ellas. Se trata de una empresa dedicada a la fabricación de maquinaria para el procesado de almendras y otros frutos secos, que está ubicada en Dénia pero que cuenta con sede en Estados Unidos y un amplio mercado en países de todo el mundo. 

Este 2022, precisamente, la compañía celebra su 100 aniversario y esta es su historia. 

Máquina separadora. Borrell. Dénia.

Ángel Borrell y el taller de Benissa

Ángel Borrell Ivars nace en Benissa el 24 de octubre de 1895, y es el más pequeño de los cuatro hermanos que habían sobrevivido. Por delante de él iban Francisco (nacido en 1885), Antonio (en 1889) y Joaquín (en 1892). Sus padres, José Borrell Cervera y María Ana Ivars Ivars se habían casado en 1876 y también eran de Benissa. 

Tras su paso por Barcelona -donde se formó como mecánico- y una difícil experiencia junto a su hermano Joaquín en Estados Unidos como emigrantes, Ángel Borrell vuelve a Benissa a finales de 1921 y se casa con Carmen Collado Salort, vecina de Dénia, teniendo dos hijos: José Borrell Collado, que nace en 1922 y Ana María, que lo hace en 1926.

En este tiempo, Ángel Borrell Ivars abre en Benissa un primer negocio llamado «Garage Ideal»: un taller de maquinaria y reparaciones de automóvil. Aquí comienza su andadura en el mundo de las máquinas para el procesado de frutos secos. 

Es en 1922 cuando registra la primera patente de una máquina para romper almendras. Posteriormente, en 1925, solicita el registro de tres nuevos modelos: una máquina partidora de almendras mejorada, una separadora de cáscaras rotas y gajos de almendras, y una separadora de semillas de almendra.

En el año 1926, Ángel Borrell patenta una máquina partidora y separadora con el nombre: «La Ideal Almendrera». Dicha máquina se menciona como «la suprema máquina de partir almendras y separando la pepita de la cáscara». 

En 1932, Ángel Borrell crea un modelo más grande de partidora y la patenta. Sin embargo, tanto esta máquina como la de 1926, más pequeña, tenían un problema de trepidación: la sacudida hacía que tuviera que estar sujeta fuertemente a una pared sólida, además de tener un rendimiento bajo. Por tanto, Borrell decide perfeccionar su máquina, finalizando en 1935, con la introducción de un nuevo sistema de eje o árbol de excéntricas. Esta mejora permitirá que la máquina esté suelta y tenga el doble de rendimiento.

Con esta innovación, el taller de Benissa comienza a fabricar, en exclusiva, sus propias máquinas. El nuevo negocio, emplazado en el mismo lugar, se pasará a denominar: «Fábrica de máquinas para partir almendra. Modelo A, B, patentado, de alto rendimiento, sin trepidaciones, con rodamientos a bolas. Talleres de Maquinaria, Angel Borrell Ivars».

Interior de las instalaciones de la C/ Patricio Ferrándiz

El periodo de la Guerra Civil 

Al inicio de la guerra, Ángel Borrell Ivars y su familia huyen de Benissa hacia Dénia al tener algunos problemas políticos. Su mujer, Teresa Collado, era nacida allí, donde se quedan hasta el final del conflicto bélico, cuando ya deciden instalarse definitivamente.

Durante los años que duró la guerra, Ángel Borrell Ivars no tenía abierto ningún taller, aunque por las cartas y otros documentos, parece que la casa donde vivía en Dénia, en la calle Padre Pedro, le serviría como lugar provisional para trabajar de mecánico: él y su hijo, José Borrell Collado, que en 1936 ya tenía 14 años.

Al terminar la guerra, el día 1 de abril de 1939, se conserva el valioso testimonio de un diario que el hijo escribe durante ocho días: del 23 al 30 de abril. Durante ese tiempo y de forma breve, cuenta su pericia yendo a Benissa a recuperar las herramientas de su padre y la vuelta a Dénia sin nada. Días más tarde, su madre visita Benissa y consigue recuperar parte de las herramientas del taller, que llegan el sábado en camión a Dénia. 

Cabe señalar el hecho de que son José Borrell o su madre los que van a Benissa a por las herramientas, y no acude el padre, Ángel Borrell. Esto parece una constatación de lo que la memoria oral cuenta: que estuvo en prisión una vez acabada la guerra.

Exposición en Valencia. Máquina Separadora.

El primer taller de Dénia

Al terminar la guerra, el hijo -José Borrell- trabaja desde la casa familiar y acude todos los días a ver a su padre y preguntarle cosas del taller y de mecánica. Al pasar unos cuantos meses, Ángel Borrell es absuelto y entonces, padre e hijo abren un taller en Dénia, el día 27 de octubre de 1939. 

El taller de Dénia comienza con la fabricación de máquinas con el nuevo sistema sin trepidación. También ofrecen la reparación y reconstrucción de rompedoras «La Ideal Almendrera» y de cualquier otra marca, así como la venta de separadores. A partir del año 1944, en el taller también construyen máquinas de desraspar y clasificar pasas, también para sacar el hueso. 

En septiembre de 1947 se inician los trámites para patentar la «Nueva máquina partidora separadora de almendras», que se registra al año siguiente. La nueva invención, junto con el cambio de titularidad del taller, iniciarán un periodo de expansión de la empresa.

Fachada del taller de la C/Tallande, 10

José Borrell y el taller de C/ Tallandé

Durante el periodo 1947-48 se produce el traslado del taller a un local más amplio en la calle Tallandé número 10, así como la inscripción del negocio a nombre del hijo, José Borrell Collado. 

En estos años, el nuevo propietario inicia una importante tarea de visitar todas las rompedoras de la provincia de Alicante y limítrofes. Esto se verá reflejado en el aumento de construcción de las nuevas máquinas. De hecho, durante los años 1949-50 se hace una hoja publicitaria que se envía a todas las direcciones relacionadas con el procesamiento de las almendras. Asimismo, en 1951 se inscribe la marca «Borrell». 

Tras patentar las nuevas máquinas, se inician los trámites para su registro en varios países europeos como Italia y Portugal. Durante estos años también comienza la exportación de máquinas al extranjero, que empieza con Orán, Argelia, en 1950. El volumen de máquinas exportadas irá aumentando así como el número de países, mayoritariamente de la orilla del Mediterráneo, como Marruecos, Israel o Grecia.

En octubre de 1957 se produce una fuerte inundación en la zona de Dénia, que afectará a las instalaciones de la empresa. Las máquinas que estaban construyéndose se pasan a las naves de enfrente -que se estaban levantando-, para que no se echaran a perder. En los años siguientes, se acabarán de terminar dichas naves y se pasará a trabajar allí en el año 1960.

Interior de las instalaciones de c/ Patricio Ferrándiz

Las naves de C/ Patricio Ferrándiz 

En mayo de 1960 se solicita el permiso municipal para el traslado de la empresa a las nuevas instalaciones, situadas justo enfrente de las anteriores, en la calle Patricio Ferrándiz 22.

La década de los 60 será de expansión económica a nivel nacional y europeo. Se ve un aumento de las partidoras, no sólo en Alicante, Valencia y Castellón, sino en prácticamente todas las provincias de España, que se mantendrá a lo largo de los años 70.

La construcción de la maquinaria en ese momento todavía era semi-metálica pero, en la segunda mitad de los años 1970, irá sustituyéndose la madera definitivamente por las planchas metálicas.

Trabajadores de la fábrica de Borrell en Dénia.

José Borrell S.A. y la 3ª generación

Antonio Roig Álvarez se incorpora a la empresa a finales de los 70 y consigue expandir las ventas hasta convertir a la empresa en líder de su sector. En 1990 se crea, oficialmente, la sociedad «José Borrell S.A.». Hasta esa fecha sus socios habían trabajado como autónomos.

En esta época Josefa Borrell sucedió a su padre en la gerencia y administración de la empresa, consolidando la labor realizada tanto en el aspecto tecnológico como patrimonial. Y es en 1999 cuando la empresa comienza su traslado a la fábrica actual, en el polígono industrial de Dénia.

En 2008 se crea una empresa filial en Estados Unidos, «Borrell USA Corp.», con sede en Merced (California). Y sobre el año 2010, la empresa finaliza el proceso de transmisión patrimonial, haciéndose cargo la familia Roig-Borrell de la fábrica, lo que supone la compra de las acciones de otros miembros de la familia que saldrán de la gestión de la empresa para dedicarse a otras ocupaciones.

Instalaciones de Borrell S.A. en Dénia, donde se fabrica todo tipo de maquinaria para el procesado de almendras y otros frutos secos.

Un futuro lleno de retos

Actualmente, la empresa afronta un futuro repleto de desafíos de todo tipo, con plena confianza en dar respuesta a ellos. Se encuentra ya en su cuarta generación familiar, que representa el hijo de Josefa Borrell, José Roig Borrell (director general), y Charles Boddy (director comercial), aunque la tercera generación (Josefa) todavía sigue al pie del cañón como gerente. «Antonio Roig, mi padre, se jubiló recientemente después de más de 40 años como director de ventas, pero sigue visitando la fábrica asiduamente», afirma el actual director general de Borrell.

La empresa continúa con su compromiso de hacer posible que las almendras, y otros frutos secos de enorme valor nutricional, puedan llegar a la oferta alimentaria del mayor número de personas, de que su calidad se vea inalterada, de que consumo sea seguro, que el procesado sea eficiente y respetuoso con el medio ambiente, y que reduzca costes y riesgos desde el campo hasta la mesa.

Antonio Roig y Josefa Borrell (tercera generación) junto a José Roig, actual director general de la compañía.

En la última década, la empresa ha completado el relevo generacional, ha abierto o expandido nuevos mercados en Alemania, Australia, Argelia, Chile, Francia, Israel, Italia, Portugal, Sudáfrica y Turquía, entre otros, además de consolidar su posición en Estados Unidos.

La fábrica de Dénia ha sido ampliada y modernizada de forma continuada, renovando gran parte de la maquinaria e incorporando nuevos procesos y tecnología punta, tanto para el diseño como para la fabricación mecánica. La constante inversión en I+D que caracteriza a la empresa desde sus inicios ha logrado obtener más de 30 patentes y modelos de utilidad en los últimos 10 años, tanto nacionales como internacionales, y esto se ha traducido en el lanzamiento de nuevas máquinas e innovaciones tecnológicas, siempre más eficientes y productivas. Sin embargo, el principal activo de Borrell S.A. es, sin duda, un formidable equipo humano y profesional.