¿Un trasvase con los días contados para la agricultura? El Ministerio para la Transición Económica ha trasladado una propuesta al Sindicato Central de Regantes del Tajo-Segura para que vaya solicitando concesiones de agua desalada en la planta de Torrevieja de cara al futuro suministro de agua una vez que se ejecute el proyecto de ampliación de la misma para alcanzar una producción de 120 hm³ al año, que se destinarán al cien por cien para la agricultura a un precio de 0,34 euros/m³. Tarifa que se pretende lograr (el coste está ahora en 1,2 euros/m³) gracias a la incorporación de la energía fotovoltaica. Los usuarios han dado ya el visto bueno para suscribir los convenios oportunos, aunque insisten en que no pueden renunciar al agua del Tajo, y que el agua desalada es un complemento.

El director general del Agua del Ministerio, Teodoro Estrela, se ha comprometido con los regantes a licitar las obras de ampliación de la planta de Torrevieja en el primer trimestre de 2023, pues el proyecto ya está redactado y en revisión. Acuamed ya tiene la financiación concedida: 62 millones de euros que se pagarán con los fondos Next Generation y no se repercutirán al regante. Cantidad a la que sumarán otros 69 millones de euros para dotar a la planta de infraestructura para que funcione con energía fotovoltaica. Según el Ministerio, se ha licitado el contrato para la redacción del proyecto con la previsión de adjudicarla en diciembre de este año y licitar la obra a finales de 2023.

Una decisión con resultado agridulce para los agricultores. El agua desalada será barata pero el Tajo-Segura, que no se puede cerrar por ley, quedará, vista la planificación del Gobierno, para el abastecimiento urbano, unos 100 hm³ al año, más el agua que se pueda derivar para la agricultura en años de bonanza climática, es decir de lluvias en la cabecera del río. Coyuntura que los científicos ven cada año más improbable por los efectos del cambio climático sobre la cuencas hidrográficas de toda España, pero en especial en el centro peninsular, según advierte Jorge Olcina, director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante.

El problema está en que la tendencia es que llueva más en la costa, algo improbable esta semana de gotas frias por toda España, donde las infraestructuras de regulación del agua son insuficientes, que en el interior. De hecho, este año, por ejemplo, ha llovido en las comarcas alicantinas de la Marina Baixa y Alta un 30% más de lo normal, pero buena parte del caudal ha acabado en el mar por falta de capacidad de embalse. Recordar, en este sentido, que Acuamed ha reservado 11 hm³ de la desaladora de Mutxamel para enviar agua a Benidorm en caso de sequía.

El planteamiento del Ministerio para la Transición Ecológica no acaba, sin embargo, no cuaja al cien por cien en la provincia de Alicante. “No podemos asegurar el mantenimiento de la agricultura alicantina sin el trasvase”, reitera el presidente de Jóvenes Agricultures Asaja-Alicante, José Vicente Andreu. El presidente de Asaja reivindica “la necesidad del sector agrícola de disponer de seguridad hídrica para sacar adelante las cosechas, por lo que resulta inadmisible que el Gobierno haya dejado por segundo mes consecutivo sin una gota de agua a la agricultura, a pesar de que los técnicos recomendaran un envío de hasta 20 hm3”.

Andreu admite que hay que seguir avanzando en fuentes alternativas como la desalación pero “con unos precios tan elevados de electricidad, sumados a la crisis de precios que vive la agricultura alicantina, a día de hoy resulta prácticamente inasumible. Nuestra seguridad pasa por garantizar el trasvase. Si seguimos como en los últimos dos meses, en medio año no podremos asegurar el funcionamiento normal de nuestro sector primario”. 

La Asociación de Municipios Ribereños de los Embalses de Entrepeñas y Buendía ha pedido, por su parte, explicaciones a los presidentes del PP en Castilla-La Mancha, Paco Núñez, y la provincia de Guadalajara, Lucas Castillo, por la cumbre sobre el trasvase que realizará su partido, considerando que esta es "la enésima defensa del trasvase" por parte de los 'populares'. La asociación ha considerado en nota de prensa que el PP vuelve a dejar "a los pies de los caballos" a sus cabezas visibles en la región en "un nuevo intento de aprovechar el 'agua para todos' como eslogan político".

Avance de la sequía

El avance de la sequía en España, donde la situación empieza a ser más que alarmante, amenaza también con estrangular el crecimiento económico de Alicante y Murcia, que son las zonas de España, además, más afectadas por la aridez. De momento, sin embargo, la situación está controlada en lo que se refiere al abastecimiento urbano gracias a las desaladoras, el agua de los acuíferos subterráneos y el Tajo-Segura. Se da también una curiosa paradoja: en la comarca alicantina de la Marina Baixa. Las lluvias de la pasada primavera no solo llenaron los embalses sino buena parte de los 93 hm³ de precipitación que no se pudieron embalsar acabaron en el mar debido a la falta de infraestructura para almacenar agua. Benidorm tiene agua suficiente, no obstante, para abastecimiento para los dos próximos años, incluso si desde esta semana no lloviera una sola gota de agua.

La falta de lluvias ha obligado a decretar ya, sin embargo, la prealerta por sequía en la cuenca del Segura justo en el momento, además, en el que el Ministerio para la Transición Ecológica ultima la revisión del plan de cuenca del Tajo con el aumento el caudal ecológico a 8 metros cúbicos por segundo, lo que recortará hasta en 130 hm³ al año el trasvase (sumada la modificación de la normas de explotación) de agua a Alicante, Murcia y Almería.

El regadío con agua del río Segura está garantizado hasta noviembre pero si no llueve en el otoño se declarará la situación de alerta por sequía, lo que conllevará restricción del para riego y campañas, estas, de momento voluntarias, para que se restrinja el uso en el abastecimiento urbano. Los embalses se encuentran al 40% de su capacidad: esto supone unas existencias de 454 hectómetros cúbicos.

El problema añadido es que muchas comunidades de regantes de los municipios agrícolas siguen sin tener conexión ni con las desaladoras. La alarmante ausencia de lluvias en España que dejado los embalses por debajo del 40% de su capacidad ha terminado por minar las reservas de agua en la cabecera del Tajo, en concreto en los embalses de Entrepeñas y Buendía. El complejo hidráulico desde el que arranca el trasvase almacena unos 490 hm³, con lo cual se ha situado a tan solo 90 hm³ de su cierre definitivo para todos los usos y ha impuesto este mes de septiembre el cierre al sector agrícola. Una coyuntura que según los técnicos de la comisión que analiza y decide los trasvases se prolongará durante el próximo semestre.