La ordenanza de mendicidad, que cumple seis meses desde su aprobación, no soluciona el problema de la mendicidad en la ciudad, la desplaza y la aumenta. En concreto, al Tossal, donde varias de las personas que se asientan en la zona del Castillo de San Fernando se enfadan al preguntarles por la ordenanza y sobre el motivo por el que se encuentran en la calle. Los que responden, como Juan, se muestran indignados: "Si pido por la calle no le exijo a nadie que me dé nada, no soy ningún delincuente".

La mayoría de las personas que piden en la calle declinan dar su opinión. Los que lo hacen, señalan que se encuentran en la zona del Tossal porque se ven desplazados de otras zonas. Jesús duerme cerca del estadio José Rico Pérez: "¿Prefieren que robe? Yo creo que es más honrado no robar y vivir en la calle", critica.

El Ayuntamiento de Alicante y la concejalía de Acción Social, por su parte, no han realizado comentarios al respecto tras ser preguntados por este medio.

Alicante Gastronómica Solidaria pasa de repartir 300 menús diarios a 500 desde que entró en vigor la ordenanza

Las asociaciones y ONG que colaboran no saben cuantificar cuántas personas se han desplazado a esta zona en los últimos seis meses, pero sí señalan un aumento de personas que solicitan ayuda: "De 300 menús al día hemos pasado a repartir 500 en las dos rutas que realizamos", señala Gema Amor, miembro de Alicante Gastronómica Solidaria.

La organización reparte cada miércoles, sábado y domingo comida a medio millar de personas en dos rutas diferentes. El resto de días de la semana, realiza el reparto a comedores sociales, Cruz Roja y once ONG, que son las encargadas de distribuir los alimentos.

Un drama social

"Ya llevamos cerca de dos años haciendo el reparto, vienen también familias con niños que no tienen recursos para alimentarlos", señala Amor. "Es un drama social, la situación económica hace que cada semana nos encontremos con más demanda. Todos los que participamos somos voluntarios y la materia prima con la que se hacen los menús es generosidad de entidades privadas".

Dos personas pasan junto a tiendas de campaña en el Castillo de San Fernando. PILAR CORTÉS

El menú que reparten tanto a las personas sin hogar como a las familias que no tienen recursos es completo: un plato caliente alto en proteínas, como estofados, legumbres o guisos; pan, fruta, un dulce, café con leche y caldo.

La ordenanza continúa generando el rechazo de las asociaciones solidarias, como ya sucediera desde principio de año, cuando incluso Cáritas se opuso al contenido de la misma: "Se centran más en la imposición de sanciones como solución a la realidad de las personas sin hogar y las mujeres que ejercen la prostitución que en la búsqueda de soluciones a las situaciones de las personas", señalaban entonces.

¿Cómo pagar las multas?

Las organizaciones solidarias lamentan el aumento de personas en necesidad y riesgo de exclusión social. Los afectados por su parte, insisten en que la mayoría de ellos no son delincuentes y que es injusto que se les trate como tal: "Si me ponen una de esas multas, ¿cómo voy a pagarla? Si pudiera pagarla no estaría viviendo así. A nadie le gusta esto", señala Jesús, que acostumbra a dormir en los aledaños del estadio Rico Pérez.