Si estás leyendo esto y eres de Alicante, no hará falta contexto sobre el "Barrio", uno de los sitios más conocidos de la ciudad para salir de fiesta. Una fiesta que se puede encontrar casi cada día de la semana, en especial del miércoles en adelante, y que puede llegar hasta altas horas de la madrugada. ¿Las consecuencias? Cada lunes, muchos comercios no solo tienen que levantar la persiana, sino encontrarse con la desagradable herencia que han dejado las salidas del fin de semana. ¿El objetivo de comerciantes y vecinos? Ser más que el barrio de la "caña, croqueta y cubata".

Los comerciantes de otro tipo de negocios aseguran que no se trata de acabar con los pubs, sino de conseguir que coexistan otros negocios y evitar que sea una zona exclusivamente para salir de fiesta y que la zona más antigua de la ciudad sea un retrete cada fin de semana: "En la calle Mayor se ha conseguido. Hace 20 años la imagen era muy diferente a la que hay ahora", indica Joaquín Gangoso, presidente de la asociación de vecinos Laderas del Casco Antiguo, quien también es dueño de un local en uno de los bajos del barrio.

Un edificio en ruinas en el Casco Antiguo de Alicante. JOSE NAVARRO

Vicente Armengol, presidente del Colectivo de Comerciantes por Alicante, considera que Alicante debe de apostar, por encima de todo, por la calidad: "Se está trabajando por la atracción en temas como Alicante Futura y proyectos digitales y para ello necesita rodearse de una ciudad en unas condiciones óptimas. La imagen es muy importante", apunta. Armengol considera que la apuesta es la de tener un ocio y una vida diurna más allá de la nocturna al Casco Antiguo así como al resto del Centro tradicional: "Hay locales para que se sitúen allí artesanos, jóvenes emprendedores o comercios; que pueden lograr que sea un espacio de convivencia real y que no tengamos lo que se está viviendo ahora, con quejas vecinales por el tema del botellón".

Pubs en el Casco Antiguo

El primer paso para conseguir este equilibrio, señala Gangoso, es relativamente sencillo, "que se cumpla la normativa". El propio presidente vecinal cuenta con un local alquilado por un pub: "El alquiler de un pub es muy rentable. Yo compré un edificio que tiene un pub y reconozco que el alquiler es muy alto, no me lo daría otro negocio". El problema, señala, no es que los pubs paguen más que otros comercios, sino que otros comercios directamente se echan para atrás cuando ven el ambiente: "Si tú y yo queremos montar un restaurante allí, en una zona que es bonita, con vistas al Castillo, si vamos a ver la zona un viernes o un sábado por la noche nos echaremos para atrás. Habría que motivar desde las instituciones a que los dueños de estos locales pagaran menos IBI o tuvieran otro tipo de incentivos para favorecer otro tipo de actividad", apunta.

La calle Mayor de Alicante, llena de restaurantes. JOSE NAVARRO

En el Casco Antiguo no solo hay pubs nocturnos. Calles como la Mayor están llenas de restaurantes y actividades de ocio diurno, pero que en muchas ocasiones se ciñen al "caña, croqueta y cubata", lamenta Armengol: "Al final la economía no se puede fiar toda a dos patas, una mesa necesita cuatro. A la caña, croqueta y cubata se le podría sumar alguna 'c' más, como comercios, cultura y conocimiento", señala.

El papel del Ayuntamiento

El Ayuntamiento, por su parte, cuenta con múltiples dependencias en el Casco Antiguo. Cultura, Juventud, Educación y Acción Social, además del Patronato de la Vivienda, el Museo de Arte Contemporáneo (MACA), el Centro Municipal de las Artes y La Asegurada. Desde la corporación municipal destacan que están apostando por la revitalización del barrio con la construcción de dos edificios de residencia universitaria, el Portón y Santa Lucía, un edificio de aparcamiento para residentes y la urbanización de los viales circundantes, la mejora de la accesibilidad de Santa Cruz con un nuevo ascensor y las obras para recuperar los restos arqueológicos de la muralla de los siglos XIV y XVI.

Varias terrazas junto al edificio del Patronato de la Vivienda. JOSE NAVARRO

Comerciantes y vecinos, sin embargo, demandan más acción: "Se podría pensar en superficies como los famosos Astoria, pero hace falta un plan de acción y dinamización", indica Armengol. Gangoso, por su parte, apuesta más por posibles soluciones a corto plazo: "La reducción de horarios en los pubs es una opción, si no fuera tan rentable haría que ya no interesase tanto para ellos y sí para otros negocios. Ahora mismo, una parte del Barrio está enfocado al ocio nocturno y al alcohol puro y duro", apunta.

Otro tipo de negocios

Los vecinos quieren dejar claro que no se trata de una batalla entre ellos y los negocios, algo que consideran "injusto": "El derecho al descanso está por encima, pero es que además entre los vecinos hay mucho emprendedor. La Milagrosa tiene a 25 personas fijas en plantilla, ¿qué estabilidad dan los pubs del barrio? ¿Cuántas nóminas pagan? No estamos contra los negocios porque los negocios también son el del restaurante, el hotel o la tienda, los pubs no son toda la economía del barrio", argumenta Gangoso.

"Sería bueno que desde el propio Ayuntamiento se promovieran actividades que pongan en valor la zona. Alicante se lo merece y, si queremos ponernos en el top de ciudades de España, hay que trabajar en muchos aspectos", indica Gangoso. Para ello, considera que es necesario un Alicante limpio, seguro y cuidado en el que "el ciudadano también tiene que poner de su parte".

Un local cerrado y en venta, con el letrero roto, en el Casco Antiguo. JOSE NAVARRO

Los comercios que van "desde la calle Mayor hacia arriba" son el referente para los vecinos: "Es un perfil muy diferente y puede hacer un efecto dominó. Ahora, el lunes que no encuentras un meado, encuentras un grafiti. Tenemos interés de empresas que quieren venir y hacer cosas diferentes, vienen y preguntan, pero cuando ven el ambiente de menores de fiesta se echan para atrás. Sin erradicar eso no se puede atraer", sentencia Gangoso.

El presidente vecinal también considera que no desaparecerían todos los pubs, sino que quedarían los que cumplen con el perfil de insonorización, aunque lamenta que ese tipo de soluciones tardarían en llegar "al menos 3, 4 o 5 años, y los vecinos queremos descansar ya".