Las cremaciones ya superan a las inhumaciones en la provincia de Alicante. Esta ‘nueva forma’ de conservar los restos mortales ha ido cogiendo fuerza estos últimos años, influidos por el covid-19, hasta que a día de hoy ha llegado a superar a la tradicional.

Durante la pandemia muchas familias vivieron momentos de angustia en los que se mezclaba el dolor por la pérdida de un ser querido y la impotencia de saber que no se le podía dar el adiós que merecía -si este hubiese sido en otras circunstancias-. Un gran número de cadáveres se vieron obligados a pasar por el crematorio, y estos a su vez estuvieron abocados a funcionar las 24 horas del día. El Ministerio de Sanidad llegó a establecer en marzo de 2020 que no era necesario tener que esperar a que se cumplan 24 horas desde el fallecimiento para conceder la licencia de enterramiento. De esta forma, el tanatorio la Siempreviva en Alicante registró a lo largo de 2020 un 56,31% de cremaciones frente a un 43,69% de inhumaciones, esto traducido supone un incremento del 28,88%, según los datos facilitados por el grupo ASV Servicios Funerarios.

Un entierro en el Cementerio de Alicante durante el Estado de Alarma. Alex Dominguez

Por otro lado, en 2021, en la provincia las cremaciones prácticamente igualaban a las inhumaciones, situándose las primeras en un 50,49% y las segundas en un 49,51%. Mientras que, en el actual ejercicio, la tendencia de la incineración se mantiene al alza, puesto que un 51,88% de personas han optado por incinerar los restos de sus allegados, mientras que, un 48,1% han preferido que se les entierre en algún camposanto del territorio alicantino. Esto se ha visto reflejado en un aumento de las cremaciones del 7,81%.

Los factores

Los expertos apuntan a que este aumento de tendencia se puede explicar por diversos motivos, que radican sobre todo en la edad y las creencias. Así lo explica Juan Ramón Planelles, coordinador de Levante de Grupo ASV Servicios Funerarios: “Entendemos que la edad del solicitante va a influir en sus creencias y por lo tanto que cuanto más joven es el solicitante o el propio fallecido, la decisión se inclina más hacia la cremación, de ahí que la tendencia sea la de incrementar el número de cremaciones respecto a la inhumación”.

Un féretro pasando por el horno crematorio en pleno funcionamiento. PILAR CORTÉS

En la misma línea, uno de los factores podría ser el desarraigo que, cada día se da más, de las poblaciones de nacimiento, ya sea por cuestiones de movilidad por trabajo, formación de núcleos familiares u otras situaciones. A día de hoy aprecian que "no tiene tanto peso ser enterrado en la población de nacimiento como podía tener años atrás". En este sentido, la cremación gana peso al permitir una "mayor flexibilidad" con el destino final de las cenizas que puede ser inhumar una parte de ellas en el cementerio que se decida o esparcirlas en lugares especiales para la familia o para el propio fallecido.

Las cremaciones han abierto la puerta a nuevas formas de conservar los restos de los fallecidos, puesto que ha pasado a ser bastante habitual y está tomando bastante recorrido el guardar una parte simbólica de las cenizas en relicarios o joyas: "La gente busca de este modo esa conexión de forma continuada con su familiar llevándolo siempre cerca. El sentimiento de poder sentirlo cerca y no acabar de separarse de ese ser querido para siempre toma fuerza para decidir la cremación respecto a la inhumación. De forma que todos los miembros de la familia pueden tener ese recuerdo cercano y tangible de su ser querido y gestionar el proceso de duelo de forma distinta al poder tener un elemento de recuerdo físico para poder tocar, apretar, acariciar…", aseguran desde ASV.

El precio

En cuanto a los precios consultados por este diario a varias funerarias de la provincia, todas han coincidido en que pueden variar dependiendo del servicio que escoja cada cliente. Esto es, en lo que se refiere al servicio funerario en el que se incluye la lápida, el nicho y el ataúd, podría rondar entre los 200 y los 1.000 euros aproximadamente. Mientras que, la cremación oscila alrededor de los 600 euros.

Por lo tanto, se espera que la tendencia de las cremaciones se mantenga al alza durante los próximos años, ya que la edad y las creencias, que son los factores que las mantienen en números elevados, se ven reforzados con las nuevas generaciones.