El verano se resiste a dejar la Costa Blanca. Alicantinos y turistas que han podido disfrutar este puente en la provincia han comprobado que la temporada se estira y se estira y este lunes, por ejemplo, los termómetros vuelven alcanzar los 27/28 grados a primera hora de la tarde -26 grados marcaba el termómetro a las 12.30 horas-. Lejos aún de los 30,6 grados de máxima que se registraron en Alicante en noviembre de 1985, récord en este mes desde que se tienen registros, pero que confirman un hecho: desde 2016 se observa que el calor en la primera quincena de noviembre es un hecho, y así va a seguir las próximas dos semanas, según la previsión de la Agencia Estatal Meteorología. Calor favorecido, según subraya Jorge Olcina, director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante, por la contínua de entrada de aire del Sahara, que ha vuelto a repetirse este martes.

La propia noche de “Halloween” fue también templada, sobre todo en la costa, donde los termómetros no bajaron de los 18 grados. Una jornada más, las playas de la provincia vuelven a estar a reventar por el bueno tiempo y el carácter festivo del día. Un puente, por lo tanto, estupendo para el sector turístico, sobre todo para el hostelero. Y así va a seguir, de momento, hasta bien entrado el mes porque no se esperan lluvias y, además, el riego de gota fría va desapareciendo. Jorge Olcina recuerda, en este sentido, que esta coyuntura está favorecida por un cambio climático que hace que el verano arranque en junio y finalice en noviembre, se estira por los extremos, según el climatólogo.

Bañistas en la playa alicantina del Postiguet a primera hora de la tarde de este martes Jose Navarro

La ocupación de hoteles y apartamentos supera -salvo Benidorm- en cuatro puntos al puente de Todos los Santos de 2019 y el volumen económico será 10 millones de euros en cuatro días. Renfe ha reforzado con 1.500 plazas más el AVE con Madrid por la programación de 4 trenes en doble composición. Tráfico estima, por su parte, que cerca de un millón de vehículos circulan desde el viernes por las carreteras de la provincia, la mayoría desplazamientos internos de los propios alicantinos. Esta tarde todos los AVE en dirección a Madrid están llenos.

Lo peor es que a calor se suma que tampoco llueve en la cabecera del Tajo que, descontados los 7,5 hm3 para abastecimiento urbano que están pendientes de llegar por el trasvase que se cierra por obras este mes, la reserva está a 65 hm3 del cierre total.

El verano ya resultó cálido y seco en la Comunidad Valenciana. La temperatura media fue 25.3º que es 2.3º más alta que la del promedio normal (23º) y la precipitación acumulada ha sido 42.5 l/m², que es un 45 % inferior a la de la climatología de referencia (60.9 l/m²). No hay precedentes de un verano tan cálido como el de este año. En promedio, superó por 0.3 º los registros del histórico verano de 2003, según la Aemet.

Aunque hubo varios picos cálidos, lo más significativo fue la persistencia de las temperaturas anormalmente altas. De los 110 días transcurridos entre el 1 de junio y el 18 de septiembre, 103 tuvieron una temperatura media superior al promedio normal. Sólo el 27, 28 y 30 de junio, el 1 y 7 de julio y el 18 y 19 de agosto, las temperatura fueron inferiores a la media normal.

El día más cálido de julio fue el 25. Ese día se llegaron a alcanzar 44.9 º en Orihuela, 44.5 en Elche, 43.5 en Petrer y Novelda y 43.0 en Monòver. En el aeropuerto de Alicante/Elche la máxima fue de 42.4 º, que es el valor más alto en este observatorio desde que hay registros (1967).

El día 13 de agosto fue el más cálido del verano en la Comunidad Valenciana. Durante el día 13 no sólo se registraron temperaturas extraordinariamente altas, sobre todo en la provincia de Alicante, sino que también se produjeron tormentas secas y reventones cálidos y secos en puntos de las tres provincias. La temperatura máxima registrada ese día en el observatorio de Alicante, 42 º, es la máxima histórica registrada en la localidad en al menos los últimos 125 años.

Turistas con maletas caminando hacia el Paseo de Gómiz en Alicante Jose Navarro

Conforme fue avanzando el verano las noches se fueron haciendo más cálidas, hasta llegar al día 13 de agosto, que fue la noche más cálida del trimestre. La mínima de ese día en el observatorio de València, 27.5 °, y en el de Alicante, 28.6 °, son las más altas en estos observatorios desde que hay registros. En Castellón de la Plana, con una mínima de 26.6 °C, fue la noche más cálida desde el 15 de agosto de 1919 (27.0).

Playa de Levante de Benidorm durante este puente David Revenga

En el observatorio de Alicante, el número de noches tropicales en este 2022 supera ya las 120. Uno de los factores que ha influido en que las temperaturas mínimas hayan sido tan altas ha sido la anómala temperatura de la superficie del agua del mar. Más de la mitad de los días desde entre el 14 de mayo y el 17 de septiembre (72 de 127 días), el registro de la temperatura media superficial del mar alcanzó el máximo histórico diario desde al menos 1959 al rozar los 30 grados -hoy sigue a 24 grados, tres por encima de lo normal-.

El último informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) ha mostrado los últimos datos sobre las alteraciones que está produciendo el calentamiento global y qué cambios bruscos pueden esperarse a corto plazo. Una de las evidencias es que entre 3.300 y 3.600 millones de personas viven en contextos altamente vulnerables al cambio climático, y que el calentamiento global, que alcanzará los 1,5 ° a corto plazo, provocará peligros climáticos y múltiples riesgos para los ecosistemas y los seres humanos. De hecho, ya estamos empezando a sufrir consecuencias como las olas de calor extremo vividas el verano pasado.