La evidencia aparece constatada con datos. Uno de cada cuatro jóvenes confiesa ser racista, e incluso uno de cada siete admite haber ejercido directamente comportamientos xenófobos.

En un mundo global y multicultural, los valores resultantes de una reciente encuesta con datos de la Comunidad -como indican sus autores-, sobre los jóvenes y el racismo, su percepción y actitudes xenófobas, resultan escalofriantes por más que los propios investigadores también destacan que una mayoría de jóvenes, el 75% "no muestra actitudes o comportamientos racistas".

Movilización estudiantil contra una agresión xenófoba en Alicante Jose Navarro

La encuesta elaborada por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, de la Fundación Fad, entre la población de 15 a 29 años, apunta además que hasta la mitad de los jóvenes encuestados culpa a los propios migrantes de no adaptarse a otras culturas distintas a la suya.

Etnia y trabajo

La juventud valora que el problema del racismo lo originan los mismos que por su color de piel o distinto origen son considerados por ellos mismos como personas distintas.

“Las personas migrantes deben abandonar aquellas costumbres que entren en conflicto con los estilos de vida del resto”. Así es como responden de forma taxativa la mitad de los encuestados, en la misma línea de cuantos consideran algo más concretamente que es la propia población gitana la que “rompe las normas de convivencia y carece de civismo”, por lo que también les culpan.

Protesta del alumnado contra la agresión a un compañero por su raza este curso en Alicante Jose Navarro

Este tipo de actitudes, junto a la percepción de que el alumnado gitano provoca un descenso del nivel educativo en las escuelas, y de que los migrantes vienen para quitarles el trabajo, configuran los ítem que demuestran posiciones marcadamente racistas entre uno de cada cuatro de los jóvenes que cursan en su mayoría los últimos cursos de Secundaria y hasta los 29 años, que conforman la muestra de la encuesta.

Los investigadores autores del informe detallan que el aumento de la diversidad cultural y los movimientos migratorios son factores que, efectivamente “pueden conllevar un aumento de la discriminación étnica o racial”, pero que esta discriminación tampoco va ligada necesariamente a la migración porque, tal y como señalan con sus respuestas los jóvenes, se puede vincular con la convivencia propia con minorías étnicas.

Solidaridad

Entre las opiniones con menor carga de racismo y xenofobia apuntan por otra parte los jóvenes, y en un alto grado, que la atención sanitaria debe ser universal.

En general se incluyen los servicios sociales como universales y contemplan de igual modo de forma mayoritaria a cualquier persona a la hora de que les sean prestados, al margen de su origen.

De forma expresa, los encuestados señalan la necesaria atención desde todos los puntos de vista vitales hacia los menores no acompañados. Lo que ya no tienen tan claro estos mismos jóvenes es que la personas migrantes contribuyan a dinamizar la economía, pese a que así lo constatan expertos de nivel internacional tanto en el ámbito demográfico como sociológico y económico.

Violencia

Otro de los aspectos analizados en el informe se refiere a la violencia tanto física como verbal que ejerce la juventud por razón de racismo o de xenofobia.

En este sentido, uno de cada tres jóvenes afirman haber presenciado algún tipo de comportamiento racista, siendo mayoritarias las actitudes que perciben de este tipo en las redes sociales y el ámbito virtual frente al espacio físico.

Hasta el 50% de los consultados sostiene que han sido testigo de burlas e insultos, o lo que es lo mismo, violencia racista, en sus intercambios de mensajes, a través de chats y en las redes en general y, en menor medida, aunque resulta más alarmante, uno de cada cuatro dicen haber sufrido directamente dichas agresiones a partir de insultos tanto presencialmente como online, y hasta en un 14% de los casos, de tipo físico.

Casos

Han sido testigos, por ejemplo, de un trato desfavorable o poco amable en cualquier tipo de situación cotidiana, como pueda ser la atención en un comercio, y ejercen en mayor medida la xenofobia en cuestiones como la desconfianza que lleva a cruzarse de acera o a cambiarse de sitio en el transporte público, o bien el hecho de darles de lado en el trabajo o en el ámbito de los estudios.

Los expertos del Centro Reina Sofía y la Fundación Fad sopesan de hecho que, aunque los que admiten de por sí que ejercen el racismo a su alrededor no superan el 15% del total, “son datos preocupantes y significativos”. Son uno de cada siete los que se atreven a confesarlo y esto implica que son plenamente conscientes de llevar a la práctica comportamientos xenófobos.

Foco

Por otra parte, el colectivo hacia el que se dirigen de forma mayoritaria las actitudes racistas por parte de los jóvenes es la comunidad gitana.

Esta etnia es la que genera más rechazo entre los que, de entrada, se confiesan racistas. Ni quieren tener un vecino gitano ni les parece bien que personas gitanas ocupen puestos de responsabilidad pública, ni tampoco en la docencia o en los cuerpos y fuerzas de seguridad.

También muestran su rechazo los jóvenes en un 16% de los casos ante la posibilidad de relacionarse con personas de etnia gitana, a quienes sitúan en el nivel más bajo de la tabla a la hora de entablar una amistad o una relación íntima.

En niveles similares se pronuncian con respecto a las personas procedentes de Marruecos y en general las de religión musulmana quienes, junto a los gitanos, también concentran el rechazo de los jóvenes que se confiesan racistas sobre la posibilidad también de que ocupen puestos de relevancia o simplemente para entablar una amistad.

Este índice de racismo aumenta conforme se incrementa el nivel de poder, que es lo que provoca mayor rechazo, según suscriben los investigadores tras analizar las encuestas.

En general, hasta la mitad de los encuestados que culpan a los migrantes de su falta de integración social y cultural, sitúan a su vez también entre los primeros puestos por su mayor desubicación social a los que proceden del Africa Subsahariana, seguidos de los marroquís y de los gitanos. En todo estos casos se les culpa de sus dificultades para integrarse.

Valores

Las conclusiones de los investigadores tras analizar los resultados de la encuesta apuntan a valorar que una mayoría de los jóvenes presenta posturas antirracistas, aunque la presencia de ámbitos en los que se manifiesta claramente el racismo de la juventud en el día a día les resulta preocupante.

De ahí que señalen la conveniencia de trabajar de forma preventiva y desde la educación para erradicar “los prejuicios más sutiles” y cualquier nueva forma de discriminación.

Perciben la necesidad de apuntalar y consolidar “los valores transversales por encima de las diferencias basadas en el origen étnico, religioso o el color de la piel” que son las cuestiones de las que deriva el racismo del que se muestran conscientes los propios jóvenes.

La vinculación afectiva destierra la discriminación

Una mayor afectividad y los vínculos de amistad en grupos de gran diversidad, favorecen la erradicación de actitudes discriminatorias entre los jóvenes. 

Es otra de las conclusiones a las que llega el ultimo informe de Adolescencia y Juventud elaborado por investigadores del Centro Reina Sofía con la Fundación Fad, a partir de los datos aportados por jóvenes entre 15 y 19 años de la Comunidad, entre una muestra de toda España. 

Los investigadores sopesan que cuando las relaciones con las minorías previamente discriminadas implican algún tipo de vinculación afectiva por propia elección, «se tienden a diluir las actitudes racistas. Establecer relaciones de tipo afectivo con personas pertenecientes a minorías discriminadas, facilita y promueve el desarrollo de opiniones antirracistas», afirman en función de las respuestas a la encuesta.

Y por lo mismo, aquellos que tienen un alto grado de diversidad entre sus grupos de iguales o amigos son los que se expresan entre los mayores porcentajes de comportamientos antirracistas. «Cuanta más diversidad haya en el grupo de amigos menores son la actitudes racistas», concluyen.

Motivos

Los principales motivos por los que se produce la discriminación de parte de la juventud son tanto el origen étnico como por cuestión de sexo. Así lo perciben ellos mismos, tal y como muestran en sus respuestas. 

Alrededor del 40% de los jóvenes coinciden en señalar que la motivación principal de la discriminación que o bien ejercen, o de la que son testigos, el origen étnico y el sexo o género, seguida muy de cerca por la orientación sexual en general, por ser gay, lesbiana o bisexual, concretan.

El aspecto físico y el país de origen se sitúan como razones discriminatorias en porcentajes igualmente elevadas, seguidas de los rasgos que determinan la raza.

Y en menor medida, aunque igualmente citados entre las causas de discriminación por parte de la juventud, se señalan asimismo el tener distintas opiniones políticas, las discapacidades psíquicas o físicas, la distinta religión y creencias o el nivel económico.