El listado de medicamentos que faltan en las farmacias es cada vez más amplio y supera los 600 fármacos fundamentalmente porque los laboratorios no los sirven por problemas con las materias primas. Las carencias de suministro en los fármacos se está convirtiendo en un mal endémico desde la pandemia, que se ha agravado con la guerra de Ucrania. Entre los boticarios hay preocupación por algunas faltas recurrentes, sobre todo de ansiolíticos y de medicamentos para la depresión al ser para pacientes que no se encuentran bien anímicamente, a los que el cambio de fármaco les puede suponer un mundo. Además hay problemas con el envasado de fármacos porque falta aluminio para los blísters, lo que afecta al suministro, por ejemplo, de antibióticos. Estas dificultades "interfieren mucho" en la labor de los médicos porque tienen que buscar productos equivalentes o en otra presentación, como ocurre con una medicación semanal subcutánea para la diabetes que han de pasarla a una dosis vía oral y hay que recetarla y explicarle al paciente que se la tome bien, además de ajustar la dosis, afirma la presidenta de la Sociedad Valenciana de Medicina Familiar y Comunitaria, María Ángeles Medina.

Entre los ansiolíticos y antidepresivos desabastecidos están el Rivotril y el Dumirox. En el caso del primero, la alerta de la Agencia Española de Medicamentos informa de que el médico prescriptor deberá determinar la posibilidad de utilizar otros tratamientos comercializados para formato de 0,5 miligramos; y se puede solicitar como medicamento extranjero la caja de 2 miligramos. En el caso de Dumirox 100 miligramos, la alerta explica que el titular de autorización de comercialización está realizando una distribución controlada al existir unidades limitadas.

Asimismo faltan medicinas para tratar la hipertensión arterial o la hipercolesterolemia, casos en los que los farmacéuticos sugieren genéricos que contienen exactamente la misma cantidad de principio activo y producen el mismo efecto que los de marca. Desde hace meses hay problemas de suministro con la Simvastatina, un fármaco utilizado para disminuir los niveles de colesterol en sangre, que falta, se sirve y vuelve a faltar constantemente en los últimos meses.

Su importancia es grande, dada la trascendencia del colesterol como factor de riesgo cardiovascular. En el listado público de fármacos con problemas de suministro activo que actualiza cada día la Agencia Española de Productos y Medicamentos Sanitarios faltan hasta once tipos diferentes de este fármaco, que se sirve en comprimidos. La fecha prevista de finalización de la alerta en algunos de ellos es marzo de 2023, aunque la Agencia avisa que existen otros medicamentos con los mismos principios activos y para la misma vía de administración.

Otro que escasea es el Captopril, para la hipertensión; y suele ocurrir también con el Valsartán, que controla también la presión arterial alta y la insuficiencia cardíaca; o el Sumial, cuyo  uso principal es el tratamiento de la hipertensión, así como problemas cardiovasculares en general pero que también está indicado para los síntomas de un ataque de ansiedad. "Los más problemáticos son este tipo de fármacos porque a quien toma Simvastatina el médico le puede recetar otro tratamiento para la hipercolesterolemia, pero en el tema de los medicamentos psicotrópicos es más complicado hallar una solución. La gente es reticente a cambiar de medicina, les supone un mundo", señala el farmacéutico de Alicante Carlos Van der Hofstadt.

"En el tema de los medicamentos psicotrópicos es más complicado hallar una solución. La gente es reticente a cambiar de medicina, les supone un mundo"

Carlos Van der Hofstadt - Farmacéutico

También hay problemas de suministro de fármacos para el tratamiento del cáncer como Fentanol, que alivia el dolor de los pacientes; o Paclitaxel, indicado para los de mama, ovario, próstata, pulmón, vejiga, esófago o melanoma; de antibióticos como la Amoxicilina, que se usa para tratar ciertas infecciones causadas por bacterias, como la neumonía, la bronquitis y las infecciones de los oídos, la nariz, la garganta, las vías urinarias y la piel; también falta Viagra; y con alguna marca de medicamentos para el tiroides como Levotiroxina sódica 150 microgramos.

En otros como el Suplecal (para tratar el déficit agudo de calcio o para restaurar los electrolitos durante la alimentación intravenosa), la Agencia de Medicamentos ha autorizado unidades por comercialización excepcional. acondicionadas en un idioma distinto al castellano. Para el Rebetol, que sirve a pacientes adultos con hepatitis C, se autorizan unidades por comercialización excepcional con caducidad inferior a 6 meses.

Los boticarios enfatizan que la falta de medicamentos se está convirtiendo en un mal endémico. Según el último informe semestral de la Agencia Española de Medicamentos, más de 1.100 presentaciones de fármacos sufrieron alguna incidencia entre enero y junio de este año. Este notable incremento de los problemas de suministro se traduce en que una de cada treinta medicinas existentes en el mercado, que cuenta con 32.000, se vieron afectadas, un 38% más que el primer semestre de 2021.

"Llevamos un tiempo bastante complicado, con mucho trabajo por nuestra parte a la hora de buscar soluciones para que el paciente, el principal damnificado en esta historia, pueda tener su medicación", señala Van der Hofstadt, que admite que hay fármacos que constantemente están en falta, tratamientos contra la ansiedad y la depresión, que además son muy complejos.

"Llevamos un tiempo bastante complicado, con mucho trabajo por nuestra parte a la hora de buscar soluciones para que el paciente, el principal damnificado en esta historia, pueda tener su medicación"

Carlos Van der Hofstadt - Farmacéutico

"Nuestro trabajo es dar al paciente su medicación. Si vienen con receta se le busca el mismo fármaco o se sustituye por otro con el mismo principio activo, es decir, se recurre a los genéricos para que el paciente pueda seguir tomando su tratamiento, y si tampoco hay genérico, que a veces nos pasa, remitimos al paciente al médico para que le dé una medicación similar y que la adherencia sea la máxima posible". Aunque hay casos, sobre todo entre las personas mayores, en que les cuesta dar este paso, es decir, volver al médico a que le dé un tratamiento parecido y adaptarse al cambio.

Laboratorios

Las faltas de medicamentos son similares en todas las comunidades autónomas. Los farmacéuticos detectan también preocupación en los laboratorios por el desabastecimiento recurrente de algunos productos. En casos puntuales se buscan las medicinas en el extranjero aunque se trata de un procedimiento especial, más complicado, que no pasa por las oficinas de farmacia, donde "hacemos malabarismos para que la gente tenga su medicación y a veces no llegamos".

Medicamentos en una farmacia Héctor Fuentes

El presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos, Andrés García Mongars, señala que se vuelve a un problema que se dio hace unos años, en 2018 y 2019, que mejoró y que de nuevo empeora. "La tormenta perfecta está ocurriendo. Desde el Ministerio de Sanidad y toda la cadena están trabajando para que nadie sufra de primera mano un desabastecimiento. A fecha de hoy se está resolviendo bastante bien porque al tener varios productos similares puedes sustituir uno por otro, pero el problema está subiendo de volumen".

El representante de los farmacéuticos destaca el potente papel de los boticarios de la provincia de Alicante a la hora de transmitir datos de los problemas que se puedan dar con los medicamentos. Las farmacias remiten todos los días al Consejo General de Colegios Farmacéuticos las faltas que observan para que lo comunique a la Agencia del Medicamento, así como las posibles alertas de suministro, para solucionarlo antes de que ocurra. El citado Consejo cuenta con una plataforma que recoge los pedidos de las farmacias.

"Toda la cadena trabaja para que nadie sufra de primera mano un desabastecimiento. A fecha de hoy se está resolviendo porque al tener varios productos similares puedes sustituir uno por otro, pero el problema está subiendo de volumen".

Andrés García Mongars - Presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos

"De momento no es para alarmarse porque entre todos se está resolviendo pero es verdad que tenemos problemas sobre todo con las materias primas, y de transportes, lo mismo que ocurre en todo. Por mucho que anticipes stock al final falta. Independientemente de que el listado del Centro de Información de Medicamentos crece y se alarga en el tiempo, y nos puede llevar a algo que al final sea más complicado de manejar". Así, cuando algún medicamento queda por completo desabastecido, el propio Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas se encargan de traerlo por medicación extranjera.

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La Sociedad Valenciana de Medicina Familiar considera que la falta de medicamentos incrementa la burocracia y se convierte en algo farragoso. En algunos fármacos incluso hay que empezar de nuevo la prescripción. "Es nuestro trabajo pero la tecnología nos tiene que favorecer mucho más. Esperamos que se subsane a nivel farmacia y nivel tecnología porque necesitamos ir muy rápidos en consulta. Es prácticamente imposible bajar de 50 pacientes hoy en día y todo lo que nos ralentice va en detrimento final de la calidad asistencial", señala María Ángeles Medina.

"Es prácticamente imposible bajar de 50 pacientes hoy en día y todo lo que nos ralentice va en detrimento final de la calidad asistencial"

María Ángeles Medina - Presidenta de la Sociedad de Medicina Familiar y Comunitaria

Aluminio

También afecta a los medicamentos la subida de precios que se sufre a nivel internacional como consecuencia de la guerra de Ucrania. Hay problemas con el aluminio, material que se utiliza para elaborar los blísters, o envases en que se presentan la mayoría de medicamentos porque los grandes productores son los países implicados en este conflicto. Esto afecta a la dispensación, por ejemplo, de Amoxicilina.

"Hay muchas faltas pero se compensan con sustituciones y en la mayoría de los casos el paciente no ve alterado su tratamiento"

José Joaquín Marco - Farmacéutico

Pese a las faltas habituales de suministro, profesionales como José Joaquín Marco, que trabaja en una oficina de farmacia de Alicante, señalan que el vademécum es tan grande que hay muy pocos casos en que no se pueda solucionar el problema al paciente. "Consultamos vía online a ver si el mayorista tiene o no, y si un producto determinado no queda miramos el abastecimiento de otro", señala.

Sí existe un problema real con un medicamento para la diabetes, el Ozempic inyectable. El laboratorio se ha visto desbordado en su producción después de que se esté indicando para patologías de obesidad pese a que su ficha técnica solo recoge el tratamiento de la diabetes. Esto ha provocado una ruptura de la cadena. A la farmacia de Marco llegó hace unos días una sola caja. En estos casos hay médicos que en lugar de mandar el medicamento pinchado se lo dan en comprimidos. Cambia la forma de administración pero el problema se arregla con la visita al médico. Entre el resto de fármacos "hay muchas faltas pero se compensan con sustituciones y en la mayoría de los casos el paciente no ve alterado su tratamiento", afirma.

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Cuando se produce desabastecimiento de una marca lo habitual es proponer al paciente otro medicamento dentro del mismo grupo, con la misma presentación y precio, aunque hay casos en que la Administración obliga a ajustar precios y a servir el más económico. En el caso del Seguril, un diurético, no se puede dar esa marca porque el laboratorio no quiere bajarla a un precio menor que sí ofrecen medicamentos de otras marcas con los mismos principios activos. Muchos pacientes, si tienen aún reservas de su tratamiento, prefieren esperar a que llegue el que suelen tomar y de lo contrario se recurre a un genérico del mismo grupo.

La fabricación de medicamentos suele implicar a varios países y compañías, de ahí que cualquier problema en una fábrica o en un centro logístico repercutan como ocurrió cuando una multinacional en Alemania dejó de servir un producto estable por unas obras de reforma. El sector es muy susceptible además a las tensiones internacionales y la inflación.