El escudo del águila de San Juan de la época franquista podría desaparecer de la vidriera del Banco de España de Alicante. Fuentes de la Generalitat apuntan que el edificio, de titularidad estatal, está abierto a realizar una reforma que incluya la retirada de la vidriera en la que se encuentra el escudo.

El plazo para retirar los vestigios de la dictadura franquista concluye en un mes, según la Ley de memoria democrática. Una ley que los ayuntamientos están obligados a cumplir sin ningún recordatorio por parte de la Conselleria de Calidad Democrática, que será flexible con el plazo siempre que los gobiernos locales muestren predisposición a retirar los vestigios que tengan determinada tal actuación.

Vestigios franquistas en Alicante

En la ciudad de Alicante, las huellas registradas por la Conselleria en su catálogo de vestigios franquistas son las siguientes: el águila de San Juan en el Banco de España, las placas de viviendas de protección oficial (VPO) con el yugo y las flechas falangistas en los barrios de la Virgen del Remedio y San Gabriel, el monumento a los caídos de la Vega Baja, el memorial de José Antonio Primo de Rivera en el cementerio de Alicante, la Cruz de los Caídos en la plaza de Calvo Sotelo y el propio nombre de la plaza.

La Cruz de los Caídos, situada junto a Calvo Sotelo. Alex Dominguez

El catálogo, sin embargo, está incompleto, ya que de los vestigios informan tanto los ayuntamientos como los particulares, y en el caso de Alicante el Ayuntamiento no trasladó a Conselleria su registro. Las actuaciones más polémicas van en relación a las dos últimas: la Cruz de los Caídos y el nombre de la plaza Calvo Sotelo. Desde la Conselleria de Calidad Democrática señalan que, pasado este mes, velarán por el cumplimiento de la ley, y recuerdan que cualquier vecino o partido político -también los municipales- podrían denunciar al Ayuntamiento por no hacerlo.

Retirada de Calvo Sotelo

Sin embargo, desde el órgano autonómico prefieren no intervenir salvo que no haya otro recurso, ya que consideran que lo natural es que los ayuntamientos lo vayan haciendo, y solo se intervendrá con los más llamativos. Además, recuerdan que no todos los casos son fáciles, ya que aquellos que son monumentos que necesitan de un traslado cuentan con una logística más compleja.

El asunto del cambio de nombre de calles y plazas, como la de Calvo Sotelo, es diferente ya que la competencia es municipal. En el pleno de esta semana se rechazó el cambio de nombre de la plaza Calvo Sotelo, por lo que previsiblemente se incumplirá el plazo de un mes, ya que el cambio de nombre tendría que pasar por la Junta de Distrito antes de llegar a la Junta de Gobierno.

Si la inactuación supera el año, recuerdan desde Conselleria, se podría incurrir en una falta grave. Sin embargo, desde el gobierno autonómico se muestran cautos respecto a cualquier actuación para no colapsar los servicios y lograr que la retirada de vestigios sea pacífica y sin enfrentamientos.