El supercomputador nacional urge ingenieros desde Alicante para sacar partido a la máquina

El director de operaciones del MareNostrum alerta en el Aula de la Ciencia de la UA del peligro de quedarnos descolgados por no poder aprovechar el potencial de la nueva tecnología

La supercomputación reclama profesionales formados en cuántica

La supercomputación reclama profesionales formados en cuántica / PEXELS

Victoria Bueno

Victoria Bueno

¿Qué aporta la computación a la Ciencia?, ¿cuál es el nivel tecnológico de España?, ¿estamos preparados para el futuro próximo? Cuestiones tan generales como fundamentales se ha puesto sobre la mesa en el Aula de la Ciencia de la UA que dirige el ex rector Salvador Ordóñez, a partir de las posibilidades que ofrece el supercomputador MareNostrum de Barcelona, incluido en la red europea, que está abierto a cualquier investigador público para un uso estratosférico de los datos a partir de la cuántica, tal y como evidencia el director de operaciones del Centro Nacional de Supercomputación y doctor ingeniero en Informática, Sergi Girona.

Pero las múltiples oportunidades que ofrece la computación para hacer Ciencia, como señala este investigador, se pueden quedar en agua de borrajas si no hay capital humano que aproveche y ponga en órbita esta súper máquina en toda su extensión.

Ingenieros

“Estamos instalando la máquina de sistema cuántico que se anexionará al sistema de ficheros del MareNostrum para que parte de la simulación se haga en sistema cuántico, pero falta dar capacitación a los ingenieros españoles en el uso de tecnologías cuánticas. Faltan ingenieros en informática, en diseño de procesadores, en inteligencia artificial, en análisis de datos, y si no los construimos desde las escuelas llegaremos tarde”, advierte.

Faltan ingenieros, si nos los construimos desde las escuelas llegaremos tarde

Sergi Girona

— Ingeniero en Informática, Centro Nacional de Supercomputación

Basado en tecnología europea, construido en Europa y diseñado en España, ya se trabaja en el MareNostrum 6, avanza el investigador, pero necesita agregar el conocimiento y capital humano propio.

El director de la Escuela Superior Politécnica de la UA, Virgilio Gilart, aprecia de hecho multitud de oportunidades para el desarrollo de proyectos. “Estoy seguro de que saldrán sinergias desde la UA para el MareNostrum” apunta, aunque admite por otra parte que en computación cuántica la formación “no está madura, hay que introducirla en la curricula de todas las titulaciones porque ese es el futuro y hay que estar preparado”.

La cuántica revolucionará el aprovechamiento de los datos en la ciencia

La cuántica revolucionará el aprovechamiento de los datos en la ciencia / JUAN CARLOS CARDENAS

Girona abunda que hoy por hoy la formación es el punto crítico porque tenemos la capacidad de avanzar en tecnología pero hace falta capital humano que ayude a construir los modelos y adaptarlos cuanto antes.

"Las tecnologías van a venir y los ingenieros se van a empresas con buenos sueldos, pero la Ciencia se queda despojada de ingenieros para hacer ciencia y las que se hacen ricas son las empresa y no la comunidad”, lamenta.

En computación cuántica la formación no está madura, hay que introducirla en todas las titulaciones porque es el futuro

Virgilio Gilart

— Director Escuela Superior Politécnica de la UA

Simulación

El supercomputador está desarrollando ya estudios de simulación avanzada en el campo de las Ciencias de la Tierra por ejemplo, sobre la calidad del aire.

Es una simulación diaria del transporte del polvo del Sahara al continente europeo, para prever cuándo puede haber problemas de asma, por el transporte de bacterias o cualquier otro contenido.

También está en marcha, como explica Girona, un modelo digital del planeta para entender cómo es y lo que hacemos sobre él, “pero no sobre el real, porque si lo estropeamos ya no hay nada que hacer. Se construye un modelo digital, un programa de simulación para saber qué ocurriría si se deja de circular en las ciudades, o si dejamos de fabricar determinadas industrias.

Pero el proyecto estrella de esta tecnología, abunda Girona, son los gemelos digitales, como el del cuerpo humano para saber cómo funcionan los medicamentos en nuestro cuerpo, porqué a unos les va bien un fármaco y a otros no, o las consecuencias de determinadas vacunas del covid sobre unos u otros, “que en unos funcionó bien y en otros provocó problemas serios”.

Otro corazón

También en el departamento de Ingeniería del supercomputador se trabaja para poder usar toda la capacidad de cálculo que proporciona la máquina para resolver problemas como la mejor ubicación de molinos de viento para la energía eólica, o la gestión de la distribución de un medicamento por inhalación para que llegue efectivamente a todas las partes del cuerpo, o incluso “cómo se simula un corazón humano para que un cirujano vea el funcionamiento al completo antes de operar”.

La Politécnica de Alicante percibe muchas sinergias con el supercomputador nacional

La Politécnica de Alicante percibe muchas sinergias con el supercomputador nacional / Pilar Cortés

Girona explica que para lograrlo hacen falta muchos modelos matemáticos y operaciones numéricas que se consiguen más rápido y con mayor precisión. “Las ecuaciones las transformamos al ordenador para que nos ayude a resolverlas”.

Empresas

La pretensión de los investigadores del supercomputador nacional es trabajar con todas las empresas del sector de las tencologías y la inteligencia artificial, “y desarrollar ese nuevo procesador europeo que nos haga independientes de la tecnología”, amén de que con la súpercomputación la industria logra resultados mucho antes.

Asegura Girona que se podrían resolver todos los problemas de la sociedad, pero que hace falta estar preparado para usar las nuevas tecnologías. “Se están desarrollando 200 proyectos de todas las áreas de la ciencia y los resultados serán públicos porque es ciencia pública”.

El proyecto depende por otra parte de un hándicap: el coste de la energía. Girona lo defiende al nivel de la necesidad energética que implica un hospital o una universidad “porque si paramos la ciencia comeremos hoy, pero no mañana”, sopesa.

“La computación -concluye- puede resolver cómo queremos vivir, con grandes simulaciones sobre lo que queremos que cambie el mundo”.