El uso del valenciano en la calle en la provincia de Alicante cae a la vez que aumenta su dominio escrito

Poco más de la mitad de la población usa la lengua autóctona o con amigos de manera habitual en las comarcas del norte y en las del sur apenas llegan al 20%, mientras su conocimiento en la zona castellanoparlante pasa del 11 al 18% en cinco años

Autobús de la campaña de promoción del valenciano "Sempre teua" en una localidad de la provincia de Alicante.

Autobús de la campaña de promoción del valenciano "Sempre teua" en una localidad de la provincia de Alicante. / JOSE NAVARRO

El uso social del valenciano, con la familia o con amigos en casa o en la calle, ha experimentado un notable descenso en los últimos años en la provincia de Alicante, en contraste con un conocimiento cada vez mayor de la lengua en ámbitos formales, especialmente en lo que se refiere a su escritura. Así lo revela la encuesta realizada por la Generalitat en 2021 y que se ha dado a conocer hace pocos días, y que muestra un importante retroceso en el uso de la lengua autóctona en la vida cotidiana en todo el territorio de la Comunidad. En paralelo, sin embargo, cada vez son más las personas capaces de escribir en valenciano.

El estudio agrupa las comarcas de l'Alcoià, El Comtat y la Marina Alta con las de la Vall d'Albaida y la Safor, por una parte, y las de la Marina Baixa, l'Alacantí, el Baix Vinalopó y el Vinalopó Medio por otro, con los nombres de Regió d'Alcoi-Gandia y Regió d'Alacant, respectivamente; la Vega Baja y los municipios castellanoparlantes del Alto y Medio Vinalopó se agrupan en una tercera área. Al incluir la primera subdivisión zonas tanto de Alicante como de Valencia, no hay datos provinciales exactos, pero se puede en cualquier caso tener una composición de lugar bastante precisa. Entre otros aspectos, la encuesta muestra, una vez más, la enorme diferencia lingüística existente entre el norte y el sur del territorio.

A grandes rasgos, dos tercios de la población sabe hablar valenciano perfectamente o bastante bien en la mitad septentrional de la provincia, mientras que en las más meridionales solo un tercio de los habitantes tiene esta competencia (en concreto, 67,1 y 36,4%, respectivamente); en las áreas castellanoparlantes el dominio oral del valenciano se reduce al 23,2%. En la anterior encuesta, realizada en 2016, un 77,8% de la población de la Regió d'Alcoi-Gandia hablaba valenciano con soltura, y un 44,1% en la Regió d'Alacant, lo que muestra el fuerte retroceso de la lengua en tan solo cinco años. Sin embargo, en la zona de habla castellana solo un 14,7% de la población lo hablaba, es decir, 8,5 puntos menos que ahora.

Más con los amigos que en casa

Casi un 54% de la población usa el valenciano como mínimo de forma indistinta con el castellano en casa con la familia en las comarcas del norte, mientras que en las áreas más cercanas a Alicante este índice se reduce a algo menos del 15%. En 2016 estos porcentajes eran del 66,5 y 20,4, respectivamente, lo que pone de manifiesto la regresión de la lengua en todo el territorio, algo que se repite en el resto de la Comunidad Valenciana. Ahora bien, un dato que sí resulta positivo para el valenciano es que son más las personas que lo utilizan en su vida social, en la calle y con amigos, que en su casa: un 61,5% en el norte y un 18,6% en el sur.

Es decir, hay una proporción de personas, minoritaria pero significativa, que sin tener el valenciano como lengua materna lo utiliza de forma habitual en su día a día. Con todo, también este indicador muestra un claro descenso desde 2016, cuando se situaba en un 71,6% en el norte y un 23,4% en el sur. Entidades en defensa del valenciano y personas vinculadas al ámbito académico y a la promoción de la lengua han mostrado en los últimos días su preocupación por estos datos, mientras la Generalitat ha puesto el foco en los datos que hablan de un mayor conocimiento formal del idioma.

Uno de los más destacables, en este sentido, es que el volumen de personas que se expresa bastante bien o perfectamente en valenciano por escrito ha subido en todo el territorio, y alcanza el 52,5% en el norte de la provincia y el 32,8% en el sur. Asimismo, en las zonas castellanoparlantes ha pasado del 11,4 al 18,3% en tan solo cinco años. Estos avances muestran el éxito de la escolarización en valenciano, o bien de su enseñanza específica en el sistema educativo o de cara a cumplir un requisito o mérito para optar a un empleo público. Sin embargo, se evidencia también que ese conocimiento no va parejo de un mayor uso en el día a día.

Ligero optimismo

Con todo, para Juli Martínez Amorós, técnico lingüístico de la Universidad de Alicante (UA), la situación no es tan desfavorable. Achaca en buena medida el descenso del uso social "al cambio generacional", porque "las personas mayores son las que mejor hablan valenciano, y van desapareciendo". No obstante, incide en que "se detecta un ligero ascenso entre los jóvenes que lo hablan bien", y también un cierto "ascenso en la transmisión generacional" del valenciano. La interrupción de este factor en el pasado fue decisiva para el retroceso del valenciano; la ciudad de Alicante durante la dictadura franquista es un ejemplo muy ilustrativo de ello.

Martínez Amorós cree, eso sí, imprescindible que À Punt "tenga una franja diaria para público infantil y juvenil", y en la radio "un segundo canal para música en valenciano, aprovechando esta edad dorada" que viven grupos que cantan en la lengua autóctona como El Diluvi, Zoo o La Fúmiga, cuya trascendencia va mucho más allá de la Comunidad Valenciana. Además, insiste en que "es básico que la Dirección General de Política Lingüística tome medidas que sean bien acogidas por las universidades y entidades que apoyan el valenciano", como El Tempir de Elche, que proueve de forma constante diferentes acciones en el sur de la provincia de Alicante.

Agrega que "para hacer repuntar el valenciano también es fundamental que lo hagamos útil". En este sentido, el técnico señala que "si enseñamos valenciano para fomentar su uso y dejamos la normativa como algo secundario respecto el enfoque comunicativo, los estudiantes sentirán que aprenden una lengua viva, para usarla aquí y allá", en lugar de "unas reglas para hacer exámenes".