El ruido por el tráfico genera molestias a 45 centros docentes y sanitarios de la provincia de Alicante

Unas 13.700 personas que viven cerca de carreteras locales soportan niveles acústicos superiores a los 55 decibelios - Obras Públicas ultima la cuarta fase del plan para minimizar el impacto sonoro de la circulación sobre el entorno

Vehículos en la CV-821 bordeando el barrio alicantino de Villafranqueza.

Vehículos en la CV-821 bordeando el barrio alicantino de Villafranqueza. / HÉCTOR FUENTES

El ruido por el tráfico genera molestias a los usuarios de al menos 25 docentes y 20 instalaciones sanitarias de la provincia de Alicante que se encuentran junto a alguna carretera local con un volumen elevado de circulación. Así lo señala la memoria de la cuarta fase de los mapas estratégicos de ruido encargados por la Conselleria de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad, con los que se localiza aquellas zonas más sensibles a la contaminación acústica para después llevar a cabo acciones para paliarla. El documento se encuentra ahora en fase de exposición pública, tras recogerse en el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV) el pasado 23 de noviembre.

En esta cuarta fase de los mapas estratégicos de ruido se han analizado tramos con un tráfico superior a los 3 millones de vehículos anuales, al igual que en las dos anteriores; en la primera, realizada hace ya más de una década, se abordó la situación de las carreteras con una circulación superior a los 6 millones de vehículos al año. En esta ocasión se han estudiado 70 vías de titularidad autonómica en la Comunidad, 25 en la provincia de Alicante, bien en todo su recorrido o en una parte especialmente transitada. Todas son carreteras convencionales, aunque alguna de ellas desdoblada en todo o en parte, salvo una autovía, la CV-80, que une la A-31 y la A-7 entre Sax y Castalla.

Vista de la CV-821 cerca de Sant Joan d'Alacant, con edificaciones muy cerca de la calzada.

Vista de la CV-821 cerca de Sant Joan d'Alacant, con edificaciones muy cerca de la calzada. / HÉCTOR FUENTES

Los citados 45 centros docentes y sanitarios, entre los que se incluyen hospitales, centros de salud, residencias de mayores, centros de día, colegios, institutos, guarderías y cualquier otra tipología de establecimiento, están expuestos a ruidos superiores a los 55 decibelios, al igual que 11.200 viviendas en el conjunto de la provincia. No todas estas casas son primeras residencias, pero el documento encargado por la Generalitat cifra en 13.700 las personas que padecen las consecuencias de vivir cerca de una carretera con mucho tráfico. Y de estas, 2.800 soportan ruidos por encima de los 65 decibelios, algo que también ocurre con 1.800 viviendas, así como con cuatro instalaciones sanitarias y cinco educativas.

Hay que tener en cuenta que se trata de un estudio encargado por la Generalitat para medir la contaminación acústica en su red de carreteras, por lo que en él no se incluyen las vías que soportan más tráfico de la provincia, que son titularidad del Estado. Por ello, estas 13.700 personas y 45 instalaciones públicas afectadas corresponden solamente a vías locales, la mayoría con tráfico de corto recorrido, y que en realidad son muchas más las que padecen en toda la demarcación las consecuencias de tener cerca una vía de comunicación con mucha circulación.

Entornos muy habitados

Un ejemplo muy claro de esto es el barrio alicantino de Villafranqueza, que aparece en esta fase del estudio de contaminación acústica como una de las zonas más sensibles en la provincia. La carretera CV-821 bordea el casco urbano del antiguo municipio por el lado este, muy cerca de las casas y de uno de sus dos centros educativos; el otro no se ve afectado directamente por ruidos elevados, pero sí se recoge en la memoria como instalación a tener en cuenta, al igual que otros muchos colegios e institutos y hospitales y centros de salud que no figuran entre los 45 más expuestos. A esto hay que añadir que la A-70 bordea Villafranqueza por el sur, con las consiguientes molestias, pero que al ser esta una vía estatal no se cita en el estudio.

Tráfico en la CV-865 entre Elche y Santa Pola, otra de las carreteras analizadas en el informe.

Tráfico en la CV-865 entre Elche y Santa Pola, otra de las carreteras analizadas en el informe. / MATÍAS SEGARRA

La CV-821 es la carretera cuyas altas emisiones de ruido por el tráfico afectan a un mayor número de centros educativos, nueve en total, entre ellos algunos destacados como el IES Lloixa de Sant Joan d'Alacant. Pero en cuanto a número de residentes que padecen las molestias de este problema, la mayor conflictividad se da en el tramo inicial de la CV-95, la vía que comunica Orihuela y Torrevieja. Atraviesa la pedanía oriolana de Correntías Medias y discurre junto al casco urbano de Bigastro, de manera que muchas personas tienen el flujo de vehículos a la puerta de su misma casa. Así, 4.900 soportan ruidos superiores a 55 decibelios, y otras 1.400 están expuestas a más de 65 decibelios.

En el norte de la provincia, los usuarios de un centro sanitario de gran envergadura como es el Hospital de Dénia tienen a pocos metros la CV-725, principal acceso a la comarca de la Marina Alta, una de las carreteras convencionales con más tráfico de la demarcación. La ronda sur de Elda (CV-83), la carretera de Elche a Santa Pola (CV-865) y la carretera que circunvala Polop y sigue por el sur de la Nucia hacia Benidorm, la CV-70, son otras vías que discurren por entornos muy urbanizados o con bastantes edificaciones dispersas. Ante estos problemas se adoptarán previsiblemente soluciones como la instalación de pantallas acústicas o asfaltos absorbentes de ruido, tal y como se ha hecho en las fases anteriores del plan.