La nueva planta fotovoltaica de la UA nutrirá de energía a San Vicente del Raspeig
El Rectorado prevé disponer de la instalación el año que viene y acordar con el ayuntamiento sanvicentero el aprovechamiento de la energía para que no vuelque a la red
Ahorrar de forma significativa en la factura eléctrica, depender de sí mismos en el consumo energético y ceder, incluso, lo que sobre al área más próxima de la localidad colindante, San Vicente del Raspeig. Son los objetivos que se ha propuesto a corto y medio plazo la Universidad de Alicante, con la vista puesta en la más inmediata previsión de contribuir a que no se desangren las arcas del campus.
La desorbitada subida de la luz y lo ajustado de los próximos presupuestos -que a duras penas llegan para pagar las nóminas-, impiden emprender otro tipo de acciones inversoras tanto en investigación como en docencia, tal como apuntan responsables universitarios.
Parque científico
La medida más inminente para favorecer el ahorro energético se pone en marcha esta próxima semana, a falta tan solo de ultimar la conexión, en palabras del vicerrector de Infraestructuras, Salvador Ivorra, para dar servicio a los equipos de investigación del parque científico los 365 días del año.
Se trata de una instalación de nueva planta, a modo de parquing, con el que se gana sombra y que permitirá picos de consumo de hasta 190 kilovatios. La previsión es destinar esta instalación al consumo propio, incluido lo que se consume los fines de semana en edificios como el animalario o la nave de petrología.
Las instalaciones de investigación del animalario exigen una dotación continua de energía y por eso se ha elegido esta zona para ubicar este respaldo fotovoltaico.
También se ubica aquí el Centro de Proceso de Datos de toda el área de ampliación y la previsión apunta a que la nueva instalación surta a toda la zona, incluidos los 700.000 metros cuadrados a desarrollar en el futuro.
Energía
Teniendo en cuenta que la UA ya consume más energía que la localidad de San Vicente del Raspeig e incluso se iguala al de una ciudad media como León, lo que implica una media de 20 gigavatios cada hora, el Rectorado ultima el diseño de una gran planta fotovoltaica que de servicio al resto de la Universidad, el campus más tradicional, e incluso surta de energía a la zona más próxima de San Vicente porque se trata, como explica el vicerrector, de no desperdiciar nada de energía.
Avanza en esta línea un próximo acuerdo con el Ayuntamiento de San Vicente, de forma que el sobrante de energía producida por las placas fotovoltaicas, y que no se consuma en el propio campus, se pueda compartir con la localidad en cuyo término municipal se ubica el campus.
Ivorra apunta a fines de semana o vacaciones como las de Semana Santa como los periodos en los que San Vicente podría beneficiarse de la producción de energía fotovoltaica del campus.
“Nosotros consumimos lo que necesitamos y cuando no, compartiríamos la energía con el Ayuntamiento de San Vicente al trabajar conjuntamente en la instalación de la que la UA pone tanto la superficie como las placas”.
Consumo
El pormenorizado análisis de los consumos de electricidad en la UA “minuto a minuto, los 365 días del año”, gracias a una monitorización completa de los edificios y servicios, permite avanzar una instalación suficiente “que nunca vierta a la red”, porque esa energía sobrante se perdería, explican.
Deberá por tanto cubrir los picos de la jornada en la que más se consume pero sin superar la demanda, perfil que apunta a una planta de 5 megavatios, según la previsión que maneja el Rectorado, “muy grande”, concretan.
Está previsto que esta nueva planta llegue a retornar la inversión realizada en un plazo de diez años no tener que pagar por la energía, y en quince años más amortizar por completo la instalación, amén de favorecer “un ahorro de 750.000 euros al año”, precisa Ivorra.
Matiza, no obstante, que las previsiones se han llevado a cabo con el actual precio de la energía “y no es probable que se mantengan diez años”, advierte.
Campus
La UA ultima al detalle, por tanto, el análisis de costes económicos y el impacto ambiental de la nueva planta porque, pese a que el campus resulta modélico, “no se construyó pensando en las necesidades actuales de sostenibilidad”, recalcan.
A esta instalación se suma otra de 3,7 megavatios sobre los edificios del aulario 1, el Museo, el aulario 3, la Politécnica 4, Óptica, edificio de Institutos Universitarios, Germán Bernacer y la Biblioteca General, que desde el vicerrectorado estudian completar con una planta de 3,6 megavatios sobre un parquing techado enfrente de la Politécnica 4, que concentraría la mayor parte de placas del proyecto y permitiría inyectar la energía al conjunto del campus a través de su anillo perimetral.
“Concentraríamos la zona de producción en la proximidad de la autovía con paneles similares a la que vamos a estrenar en el parque científico”, subraya.
El análisis de esta zona incluye la necesidad de trasplantar 450 árboles por lo que se está valorando el impacto de la operación, junto a las posibilidades de retorno de la inversión.
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