Juan Romero: "Hay que repensar el modelo de crecimiento y no el modelo productivo"

Los catedráticos de Geografía Jorge Olcina, Joaquín Farinós y Joan Romero reivindican mayor planificación, transparencia y participación ciudadana en la planificación de fotovoltaicas e infraestructuras

El siglo XXI y la crisis climática plantean «dilemas importantes a las autoridades y a los ciudadanos sobre cómo actuar en territorios con un grado de suma complejidad: las fotovoltaicas, las macrogranjas, la ampliación del puerto, las eólicas, las infraestructuras, la ordenación del litoral, en un contexto que ha cambiado mucho y en el que no se puede hacer lo que se hacía en los 80», aseguraba esta semana Juan Romero, catedrático de Geografía Humana. Romero participó junto con los también catedráticos de Geografía Jorge Olcina y Joaquín Farinós en el debate «Ordenar els territoris davant el canvi global», organizado por la Universitat para presentar el manual Ordenación del territorio y medio ambiente publicado por la Editorial Tirant lo Blanch.

El catedrático de Geografía de la Universidad de Alicante, Jorge Olcina, coordinador y editor del manual reivindicó que "la ordenación del territorio necesita incorporar inventarios de recursos pero también de riesgos. Hemos aprendido a golpe de desastres a planificar con riesgo". Una tarea en la que se debe "escalar la jerarquía jurídico-administrativa que se debe cumplir a rajatabla". Para que no suceda, recordó, "como en el boom urbanístico en la Comunitat Valenciana" en el que se imponían "indebidamente las escalas pequeñas de ordenación del territorio, seguramente porque no teníamos claras las escalas superiores".

De ahí la necesidad de "establecer un marco de ordenación que requiere de evaluación contínua. Aunque es difícil porque nadie quiere estar constreñido. Queremos trabajar con libertad, pero se puede convertir en anarquía y desorganización del territorio". A las necesidades de ordenación se suman además otros procesos que van a marcar los próximos año como "el proceso de calentamiento que no conseguimos frenar" o la dependencia de los combustibles fósiles. "Las hipótesis dan resultados cada vez más preocupantes, sobre todo en nuestra zona", alerto Olcina. "Que suba la temperatura sí tiene efectos en el territorio. Habrá que diseñar las ciudades y los edificios de otra manera, hasta los sistemas de alcantarillado. Es un proceso que no tiene vuelta atrás. Organizar el territorio no es de izquierdas ni de derechas, es de ciudadanos". Por ello, recordó "estamos obligados a aplicar la normativa de cambio climático, con la nueva ley valenciana que ha entrado en vigor y también están a punto de aprobarse los nuevos planes hidrológicos de cuenca que han introducido novedades que no sé si estaremos dispuestos a hacer. Y alguno costará disgustos con costes electorales, pero nos hemos de adaptar a los recursos. No nos queda otra".

El catedrático de geografía de la Universitat de València, también coordinador y editor del manual Ordenación del territorio y medio ambiente, Joaquín Farinós abogó por ordenar "en positivo y no en negativo" y aunar la ordenación del territorio y el medio ambiente que "no son políticas parejas. Una no conduce a la otra" por lo que, defendió, "cabe apostar por la fórmula del territorio sostenible con actuaciones en red, ordenadas, para dar coherencia y armonía al territorio" mediante "participación democrática" y aplicando "una nueva cultura territorial".

Farinós lamentó que se haya perdido una legislatura en la aprobación de los planes de ordenación territorial (PAT). Aunque, advirtió, el problema "no es la planificación, sino cómo llevar los planes a la práctica, implementarlos y gestionarlos y realizar una evaluación contínua. Falta implementar la evaluación ambiental estratégica, que aún no es reconocida por los agentes implicados. esa transición aún no la tenemos hecha".

El catedrático de Geografía Humana y director de la Col·lecció Tirant lo Blanch Humanitats, Juan Romero defendió que el manual Ordenación del territorio y medio ambiente será "un libro de referencia que hará mucho bien, porque la formulación de políticas públicas cada vez es más transversal, de equipos variados y distintas".

Una mirada multidisciplinar que se debe aplicar desde la coordinación entre administraciones. "Para imaginar cómo deben ser las políticas públicas en España debemos ser conscientes que somos un estado compuesto, un modelo de Estado con tres patas: local, autonómica y central, con una distribución de competencias que supone una complejidad notable". Una coordinación que "el Tribunal Constitucional reivindica desde hace 72 sentencias, porque algunas materias no son divisibles, pero seguimos haciendo lo contrario e ignorando esta petición, por lo que la primera enseñanza que debemos interiorizar es que debemos articular políticas públicas conciliando los tres pilares".

Romero advirtió que "en el caso español se sigue abusando de la visión sectorial frente a las visiones integrales. Ha habido cambios sociales muy profundos. Si no lo entendemos nos sorprenderán los conflictos". Entre otros, citó, "la confusión entre modelo productivo y de crecimiento; el problema de las grandes áreas metropolitanas que concentran dos terceras partes de la población y que sin estructuras de gobernanza generan un fuerte impacto territorial". Y citó como ejemplo los "macroproyectos energéticos que plantean un dilema importante: la descarbonización que se debe abordar con coherencia y orden, no se pueden ejecutar sin un marco de actuación, pero muchos territorios lo abordan sin ningún tipo de marco que hoy sólo tienen el País Vasco o Menorca", recordó, "por lo que todo el mundo sabe a qué atenerse".

De ahí que el gran dilema al que cabe enfrentarse es "cómo conciliar la necesidad de transitar a una energia no contaminante y no sacrificarlos territorios sin orden. El plan no puede ser que no haya plan, porque queda al libre juego de cuatro empresas que se reparten un grandísimo negocio. Los poderes públicos no pueden hacer dejación de su obligación y en este momento lo están haciendo". 

Juan Romero recordó la exposición que ahora acoge La Nau de la Universitat, València, 1972. Cap a la ciutat monstre, "en la que se refleja cómo pensaban entonces qué debía ser València: una ciudad con siete carriles por el río Túria y El Saler urbanizado. Cincuenta años después el 'progreso' es una macroampliación norte no pensada, con una conexión por el norte con un túnel submarino que es un dislate. Ahora todo el mundo está satisfecho con el Turia, pero en aquel momento la idea era otra, que modificó la resistencia ciudadana y el cambio de ciclo político", recordó.

De ahí la necesidad de manuales como el de Ordenación del territorio y medio ambiente" para tomar decisiones y reiterar que "tenemos un gran problema de gobernanza y coordinación de administraciones, como muchos decimos desde hace veinticinco años". Para resolver esta situación Romero aboga por lograr una "mayor integración entre la ordenación del territorio y el medio ambiente, dar un mayor protagonismo a la gobernanza metropolitana, porque somos la anomalía europea en gobernanza y gobierno con coherencia territorial". También por "repensar el modelo de crecimiento y no el modelo productivo. La economía valenciana está fundamentada sobre la explotación de recursos naturales como los acuíferos, el clima, la tierra cultivable o el paisaje, no sobre recursos tecnológicos o el capital humano".

Y, por último, defendió que "necesitamos incrementar la transparencia, la evaluación y la participación ciudadana. "Se pueden hacer las cosas de otra manera. No es necesario entrar arrasando. Se puede hacer compatible una cosa con la otra. Miren otros modelos turísticos. Entre el modelo Torrevieja y el de Marbella hay diferencias, ¿por qué elegir el modelo Torrevieja?" La clave, concluyó, para lograr estos avances es "la voluntad política, la madurez de la sociedad, la calidad administrativa con profesionales competentes con buen conocimiento del territorio para intentar conseguir el mayor número de consensos posibles, aunque en tiempos preelectorales los consensos son difíciles", admitió.