Una vecina encuentra un polémico cartel pintado en una calle de Alicante

La ocurrente señal de advertencia está situada en el Casco Antiguo de la ciudad y no pasa desapercibida para vecinos y turistas

Vistas generales del barrio de Santa Cruz y la ciudad de Alicante.

Vistas generales del barrio de Santa Cruz y la ciudad de Alicante. / ALEX DOMÍNGUEZ

Pocas armas hay más poderosas que el humor, capaz de llevar el mensaje más común al otro lado del mundo o de transformar en viral la más aburrida de las recomendaciones. Así que, qué mejor que aplicar el humor contra los incívicos. Así lo han hecho varios vecinos de Alicante, que desde hace tiempo, han instalado en el barrio de Santa Cruz unos carteles con un explícito aviso con el fin de frenar los malos comportamientos cometidos en esta zona de la ciudad.

Esta ingeniosa campaña visual parece estar teniendo éxito y no hay duda de que está cumpliendo con el cometido principal de cualquier letrero: generar impacto. Creados bajo una máxima siempre fiable, 'vale más una imagen que mil palabras', estos rótulos no emplean ni una sola letra, pero basta un simple vistazo para entender su mensaje.

La figura de un hombre miccionando, atravesada por una gruesa línea roja diagonal que evidencia su prohibición, está completada en la parte inferior con una sutil y elegante amenaza que puede llegar a ser justificada: los iconos de unas tijeras y un par de huevos (que no testículos). Nunca la misión de descifrar unos jeroglíficos ha sido tan sencilla como en este caso.

Estos particulares dibujos se están convirtiendo en un atractivo más entre los elementos más emblemáticos del Casco Antiguo, como sus fachadas blancas o su decoración floral. Los carteles no solo llaman la atención de turistas, sino también la de otros vecinos de la capital que desconocen su existencia, y algunos no dudan en fotografiarlos y compartirlos en las redes sociales, como ha hecho la usuaria de Twitter @GRET79.

Son varios los letreros de este tipo que se pueden encontrar en este rincón de la ciudad, cuyos residentes mantuvieron hace un tiempo una cruenta guerra contra el botellón. Para frenar esta actividad, y alguno de sus efectos como son los restos de orines en las calles, los vecinos se vieron obligados hace varios años a colocar estas ocurrentes señales de advertencia, aunque se desconoce si se ha llegado a proceder con el castigo que se propone en ellas en alguna ocasión.

Lo que sí se han organizado son otras iniciativas para lavar la imagen del barrio, manchada por el botellón, que en algunos casos ha derivado en actos vandálicos y en agresiones hacia los propios residentes. Para promover un mejor ambiente en estas icónicas calles de la ciudad, los vecinos decoraron las ventanas, peldaños y otros rincones con el encendido de velas para recuperar el prestigio de uno de los lugares con más encanto de Alicante que durante un tiempo estuvo mancillado por el incivismo.