Los expertos exigen menos legislación para hacer del PGOU un instrumento efectivo

Catedráticos en urbanismo y arquitectura coinciden en que los planes generales son importantes pero poco efectivos por su excesiva burocracia

Alberto Losa

Alberto Losa

La burocracia para llevar a cabo un Plan General de Ordenación Urbanísitca (PGOU) es farragosa. En Alicante, pese a estar a inicio de 2023, no se espera este plan hasta mediados de 2027, como ha asegurado el propio alcalde de la ciudad, Luis Barcala. Al menos cuatro años y medio para establecer las líneas maestras sobre el desarrollo urbano de la ciudad en los siguientes años. El actual Plan data de 1987 y los expertos en urbanismo coinciden en que los futuros planes deben de ser más ágiles a nivel burocrático para ser más efectivos.

La Universidad de Alicante ha planteado esta cuestión: ¿Es el planeamiento urbano un instrumento obsoleto para transformar la ciudad? Una pregunta a la que tratan de dar respuesta con dos coloquios. El primero de ellos, celebrado este miércoles, 18 de enero, contó con la participación de Agustín Hernández Aja, catedrático de Urbanística de la Escuela de Arquitectura de Madrid. Hernández Aja considera que no hay alternativa al Plan General, pero sí a su gestión: "El PGOU es poner en papel lo que queremos hacer en los próximos 10, 15 o 20 años en la ciudad y tenerlo claro". Su tramitación, considera el catedrático "se podría simplificar".

En la misma posición se ubica José Ramón Navarro Vera, organizador junto a Jorge Olcina de estas charlas en el Aula de la Ciudad: "Nosotros creemos que efectivamente hace falta reconsiderar algunos contenidos de los planes, adelgazar los plazos de alguna manera". Navarro Vera considera que, pese a que "hay gente que piensa que sin Plan las ciudades se transformarían de manera más rápida y con mayor calidad, yo no me lo creo". Como ejemplo pone la época de la burbuja inmobiliaria: "Tenemos un ejemplo de lo que significa eso en el Plan Rabasa".

Una postura en la que también se enmarca el concejal de Urbanismo de Alicante, Adrián Santos Pérez, quien también lanza su crítica al exceso de burocracia: "Probablemente haya que hacer otra cosa, tardan mucho. Son planes que tienen unos plazos muy largos, la mentalidad no es la misma cuando comienzan que cuando se aprueban. Es una visión muy personal, pero para mí los PGOU deberían ser estructurales. Que no te obligue la ley autonómica a tener todos los documentos tanto estructurales como pormenorizados".

El catedrático Agustín Hernández Aja, en la charla organizada por la UA.

El catedrático Agustín Hernández Aja, en la charla organizada por la UA. / PILAR CORTÉS

La posición es compartida por arquitectos de diferentes organismos. Desde directora de la oficina del PGOU del Ayuntamiento de Alicante hasta miembros de la junta de gobierno del Colegio de Arquitectos de Alicante. Leticia Martín, directora de la oficina del PGOU en Alicante, opina que "habría que tomar medidas en la ley para que los informes sectoriales fueran más ágiles, para que si no se emiten se considere que el silencio es positivo, que da por bueno lo que se ha remitido para el informe. La demora suele ser a causa de los informes sectoriales que se piden, puede haber hasta cuarenta, y muchos tardan en emitir su informe. Una de las cuestiones en las que habría que incidir, pero es responsabilidad de la administración autonómica, es en adoptar medidas en este sentido".

Miguel Peiró, del Colegio de Arquitectos, considera que las teorías alternativas a los PGOU dejan de considerar la ciudad como un todo: "Frente al modelo del Plan General que está bastante en crisis hay otras teorías. Son proyectos que creo que no hacen ciudad. Se pueden utilizar de un modo determinado, pero utilizar eso como un recurso para que crezca la ciudad no me parece el mejor modo". Sí añade que "habrá que simplificar la legislación para que siga siendo vigente" el modelo de los planes generales de ordenación urbana.

Menos distancias

Otros de los objetivos que deberían de tener los futuros PGOU, y que comparten prácticamente todos los expertos, es que busquen ciudades más enfocadas en el ambiente y no solo en la construcción inmobiliaria: "Los planes más antiguos provenían de la necesidad de transformar la ciudad. Solucionaron problemas de accesibilidad pero hasta 2008 la única maquinaria que los regía era crear espacio inmobiliario. Todos estábamos encantados de comprar un piso con crédito hipotecario. Ahora tenemos muchos problemas, hay una reducción de los recursos energéticos. Un plan no puede obviar el consumo energético, que nos alimentamos y traemos productos desde muy lejos. La ciudad puede funcionar de una manera más cómoda y menos despilfarradora", indica Hernández Aja.

La construcción es más altura es una de las posibles soluciones, como considera también Adrián Santos Pérez: "Alicante tiene una limitación en diez alturas. Donde haya urbanización da igual que haya diez o veinte. Más alturas facilitaría la recogida de basuras o el transporte público. Los ejemplos extremos son Nueva York y Los Ángeles. Nueva York, con altura, tiene una red de metro. Los Ángeles, con casas bajas, autovías de seis carriles".

Una visión que comparte también Peiró: "El Plan General tiene que tener una hibridación de usos, no segmentar entre industria y terciario, porque eso hace que haya desplazamientos muy grandes. También tiene que defender el patrimonio y adaptarse al terreno, al medio. Muchas actuaciones no han tenido en cuenta antiguos barrancos y ya vemos lo que ha pasado".