Barcala guarda silencio sobre el Presupuesto y la zona de bajas emisiones ante la presión de Vox

El Pleno de Alicante eleva la tensión ante la cercanía a las elecciones, ahondando la división entre la izquierda y la derecha y las puyas en los bloques - Ni el trasvase une a la Corporación, pese a ser defendido por todos

El alcalde habla con el concejal Villar, en presencia de la vicealcaldesa, durante un instante del pleno

El alcalde habla con el concejal Villar, en presencia de la vicealcaldesa, durante un instante del pleno / Jose Navarro

C. Pascual

C. Pascual

Pese a que se pasó de puntillas por el Presupuesto de 2023, que aún sigue sin aprobarse en Alicante, y por la Zona de Bajas Emisiones (ZBE), que continúa sin concretarse pese a que tenía que estar en marcha desde el 1 de enero, el pleno de enero estuvo marcado por la tensión en el ambiente, que fue máxima y eso que aún faltan cuatro meses para las elecciones municipales, que previsiblemente coincidirán con las autonómicas, aún sin fecha definida. La primera sesión de 2023 en Alicante discurrió entre acusaciones, palabras altisonantes y reproches de la izquierda a la derecha, y viceversa, aunque también hubo puyas en las mismas bancadas. A estas alturas del mandato, ya no se hacen prisioneros en la Corporación. 

Tal fue el ambiente que ni en una declaración institucional sobre el trasvase hubo acuerdo, pese a que todos los grupos -con más o menos intensidad, con más o menos peros- respaldaron la llegada de agua del Tajo al Segura. La propuesta de Compromís evidenció la división del Pleno. Solo los grupos progresistas respaldaron, aunque de manera insuficiente, una iniciativa con la que el Ayuntamiento de Alicante habría instado al Ministerio a "respetar los acuerdos alcanzados, que se mantenga en los mismos términos que obtuvo el refrendo del Consejo Nacional del Agua, la continuidad del trasvase Tajo-Segura y apoyar así las justas demandas de los regantes alicantinos", entre otros acuerdos.

Como grupo proponente, el portavoz de Compromís, Natxo Bellido, lamentó que el "consenso del Consejo del Agua" se quedara por el camino, y no llegase al Consejo de Estado. "No era el que más nos gustaba, pero incluía un caudal ecológico que hay que atender. Y también recogía la cuestión de compatibilizar ese caudal con el trasvase, junto a las necesidad de hacer inversiones para ser más eficientes", señaló Bellido. 

En este punto, por primera y única vez en el pleno, tomó la palabra el concejal Carlos Mazón, candidato del PP a la Generalitat. Lo hizo, como previamente había hecho también Ciudadanos y Vox, para intentar argumentar el rechazo a la propuesta. "Estamos a punto de perder una gran batalla, llámenle si quieren guerra. Aquí ustedes vienen a salvar la cara a su consellera, que se abstuvo en algo gravísimo como fue la votación del Consejo del Agua. Todos sabemos que la desalación no es la solución, porque no puede ser masiva", defendió Mazón.

Protesta de trabajadores de la Alcoyana, en un instante del pleno

Protesta de trabajadores de la Alcoyana, en un instante del pleno / Jose Navarro

Previamente, el portavoz socialista, Miguel Millana, se mostró crítico con el recorte, siguiendo la línea del presidente Puig, con el Gobierno central en la gestión del trasvase del Tajo. "Para nosotros, el Tajo-Segura es irrenunciable. Lo positivo es que se ha creado una comisión de seguimiento, donde se quiere integrar a los regantes. No se puede aceptar que se aprueba un acuerdo en el Consejo del Agua y luego se cambie. Ese modo de proceder se aleja de la seguridad jurídica y de la lealtad institucional", señaló Millana.

Éste no fue el único punto que evidenció la división plenaria. Fue una constante, que va a más por la proximidad electoral. La votación por bloques fue lo habitual en la sesión. Se repitió en la declaración institucional para rechazar el traslado del CICU a València y para forzar al Consell de Puig a que interceda en la huelga de autobuses nocturnos que dan servicio a la comarca de l’Alacantí (cuyos conductores protestaron tanto en la plaza del Ayuntamiento como desde el propio Salón Azul, con momentos de tensión). Ambas salieron adelante. Ese mismo reparto de votos se repitió, aunque para tumbar las propuestas de la izquierda con el fin de promover un pacto por la educación pública, para organizar un acto de homenaje a los familiares de los alicantinos confinados en los campos de concentración nazis, para promover una mayor promoción turística en las próximas ediciones de la Ocean Race (una, al menos segura) y para crear un registro de viviendas vacías. 

La otra propuesta socialista, respecto el rechazo a la electrificación de las vías de la costa para el impulso de la variante de Torrellano, tampoco salió adelante, pero con menos apoyo que el resto, ya que Compromís se sumó a la bancada de la derecha. El "no queremos más provisionalidades" o "esta es una historia de rendición por fases" fueron los argumentos de Cs y PP, con una coalición "cansada de que solo lleguen malas noticias desde Madrid".

Protesta de trabajadores de la contrata del transporte metropolitano, en el Salón Azul, durante el pleno

Protesta de trabajadores de la contrata del transporte metropolitano, en el Salón Azul, durante el pleno / Jose Navarro

Menos apoyo, si cabe, sumó Vox en su intento de reclamar más recursos para la Policía Local. Ningún grupo apoyó a los ultras, que pese a la unidad de voto en la mayoría de los puntos también protagonizaron enfrentamientos con el PP. "Ya está bien de meter el miedo a los alicantinos", le afeó el popular Manuel Villar a los de Abascal, en alusión a las críticas a la zona de bajas emisiones de la que no se habló en el pleno pese a los intentos de Vox. Hubo pregunta para intentar conocer los detalles de una herramienta que Europa obliga a implantar pero cuyas limitaciones están en manos de los ayuntamientos. 

Ante la presión, Barcala tomó la palabra, asegurando que en breve se darán a conocer los detalles "en una presentación". Por ahora, todo es secretismo en los detalles, con unas palabras generales desde el bipartito que no parecen ir en la misma línea que los documentos oficiales. 

Sin respuesta

Tampoco se habló, en este caso pese a la presión de la bancada de la izquierda, del Presupuesto municipal de 2023, también vinculado a la zona de bajas emisiones, ya que Vox -aliado del bipartito durante el mandato- ya ha anunciado que no respaldará las cuentas si se mantiene la implantación del mecanismo que busca mitigar los efectos del cambio climático anteponiendo el peatón al vehículo. Tanto el PSOE como Unidas Podemos preguntaron por el documento que iba a estar en vigor el 1 de enero y que todavía está en fase de enmiendas. Las dos cuestiones "in voce" se quedaron sin responder, pospuestas para el próximo pleno. Mutismo desde un gobierno que aún no tiene atados apoyos necesarios (la abstención al un grupo) para sacar adelante el Presupuesto. Tampoco se puso fecha al aparente reinicio -según asegura el bipartito- de las obras del parque de San Blas.

Protesta en defensa de las melias

Protesta en defensa de las melias / Jose Navarro

De temas relevantes para la ciudad como el documento económico más importante del año o el modelo que se quiere poner en marcha para fomentar una movilidad más sostenible no se habló, pero no se calló respecto a acusaciones cruzadas sobre casos de corrupción (juzgados o supuestos) de índole autonómico. Que si "X. Puig", que si "M. J. Catalá", que si Ciegsa, Haití o Azud... De hecho, entre las puyas electorales, hubo más dirigidas a Puig y a Mazón, los dos aspirantes a dirigir el Consell, que de carácter local, pese a ser el pleno municipal de Alicante. "Les veo muy pendientes de mi candidatura a la Generalitat. Me sirve de termómetro", ironizó Mazón. Por Puig hubo una persona que sacó la cara entre las alusiones, y no fue ninguno de los nueve concejales socialistas. Fue Bellido, de Compromís, que registró la única declaración institucional que salió por unanimidad: el intento de que el Hércules sea BIC. 

Las 21 melias: de Constitución a Playa de San Juan

El concejal de Medio Ambiente, Manuel Villar (PP), desveló durante el pleno que la veintena de melias que se prevén retirar de la avenida de la Constitución con motivo de las obras de peatonalización se trasladarán al parque Sergio Melgares, en el entorno del PAU 5. Este anuncio llegó en una declaración institucional propuesta por Unidas Podemos para defender la continuidad de los ejemplares en el Centro Tradicional de Alicante. Los vecinos, previamente al debate político, entregaron al alcalde las aproximadamente 6.000 firmas recogidas en los últimos meses. La iniciativa, con todo, fue rechazada con la Corporación dividida entre la bancada de la derecha y de la izquierda, desde donde se reclamaron los informes que defienden el cambio de ubicación. En su intervención, Villar acusó a concejales de la oposición de reclamar al director de obra (funcionario municipal) que paralizase el traslado de las melias. Barcala se mostró sorprendido por esa acusación.

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