La pasarela volada del castillo de San Fernando, con la llave echada

La construcción del acceso a la fortaleza finalizó hace semanas, tras acumular meses de retraso, pero todavía no ha abierto al público pese al continuo goteo de turistas a una zona frecuentada por las vistas de Alicante

La pasarela del castillo lleva semanas terminada, pero aún no se ha abierto al público

La pasarela del castillo lleva semanas terminada, pero aún no se ha abierto al público / PILAR CORTÉS

C. Pascual

C. Pascual

Hasta en dos ocasiones se amplió el plazo para la construcción de la pasarela volada sobre el castillo de San Fernando, y es que la obra acumuló un importante retraso. Con todo, la obra finalizó durante los últimos coletazos de 2022. Desde el Ayuntamiento de Alicante, cuando ya veían la luz, estimaron que la pasarela accesible -la puerta de los Leones tiene una cuesta imposible para muchos por su espinadas cuestas- podría estar disponible entre finales de noviembre y principios de diciembre.

Sin embargo, pasó noviembre, pasó diciembre y enero ya cuenta sus últimos días y la pasarela sigue con la llave echada. La puerta permanece cerrada. Por delante, cada día, pasan turistas que suben al Tossal, principalmente, a ver las vistas de la ciudad, incluyendo el Benacantil con el castillo de Santa Bárbara. Desde el gobierno municipal no concretan los motivos de que aún no se haya abierto al público, pese a lo que costó finalizar su construcción.

A principios de noviembre, la pasarela ya empezó a dibujar su estructura, al retirarse el encofrado, sobre la muralla de la fortaleza, apoyándose únicamente en unos pilares para garantizar la seguridad. Esta obra, como tantas, ha acumulado un importante retraso respecto a las fechas previstas en un primer momento por el bipartito de Alicante. La construcción del acceso estaba fijada en tres meses. Sin embargo, el último plazo aprobado fue de ocho meses hábiles, tras una segunda prórroga de tres meses a contar desde el pasado mes de septiembre. Al final, han sido unos diez meses de obras, más del triple del previsto en un primer momento. El coste final también se ha visto incrementado, hasta rozar los 300.000 euros.

Según explicaron desde el gobierno municipal cuando anunciaron el proyecto, se trata de una pasarela que a su vez hará función de mirador de Alicante y que permitirá acceder al Castillo de San Fernando, aislado para personas con movilidad reducida desde que el Ayuntamiento decidió derribar el puente que se elevaba sobre el foso de la fortaleza. Eso sí, esos objetivos se cumplirán cuando se abra la puerta. Esta construcción es indispensable para acceder al castillo, ya que "la Puerta de los Leones tiene mucha rampa, por lo que no es fácil para todo el mundo".

Unos turistas asiáticos se fotografían a las puertas de la pasarela, que cuando se abra será también un mirador

Unos turistas asiáticos se fotografían a las puertas de la pasarela, que cuando se abra será también un mirador / PILAR CORTÉS

La pasarela tiene una longitud aproximada de 64 metros y un desnivel de unos tres metros, según el proyecto inicial, recordando a la instalada impulsada en el barrio de Santa Cruz. "Es volada, con barandilla. Los barrotes, además, copian el diseño de las cañoneras. Va por fuera del castillo, por lo que sirve como mirador, llegando a cota del foso", según Urbanismo. La anchura, en el proyecto inicial, iba a ser de 1,5 a 2,44 metros.

Como sucede en el otro acceso al castillo, la idea inicial es que sean funcionarios municipales, ya sean agentes de la Policía Local o del departamento de Parques y Jardines, los que se encarguen de la apertura y cierre de la pasarela, que tiene una triple puerta a lo largo de su recorrido para evitar que se convierta en una puerta de acceso al foso del castillo, donde en otros momentos se han organizado botellones.

La otra pasarela, en el aire

Por el momento, en cambio, no hay ni rastro del otro proyecto de accesibilidad en la zona, como era la pasarela metálica sobre el Tossal de Alicante, que buscaba mejorar la entrada y salida a los centros formativos, como el colegio La Aneja y el Conservatorio de Música, que se quedó sin empresa que la construya hace justo un año. El bipartito de PP y Ciudadanos aceptó en marzo de 2022 la renuncia al contrato de la adjudicataria y única licitadora, Eneas Servicios Integrales, al detectarse errores en la redacción del proyecto, cuya subsanación supondría un incremento del coste de la actuación más allá del 20% que permite la ley por el encarecimiento de materias primas como el acero y el hormigón.

El proyecto, con un presupuesto inicial de 173.000 euros (IVA incluido), se adjudicó por unos 150.500 euros a la única empresa que participó en el concurso. Las obras iban a prolongarse durante tres meses, según el pliego de condiciones.

Se trata de un proyecto muy demandado por los alumnos del colegio La Aneja y el Conservatorio de Música, ya que facilitaría el acceso a los centros educativos, evitándose además el tránsito por un paso de peatones peligroso por la velocidad de los vehículos y la escasa visibilidad, sobre todo en horario nocturno.