Los agricultores se sienten estafados por el Gobierno tras el recorte del Tajo-Segura

La rabia crece en el sector primario que advierte, además, de los problema que puede generar la subvención al agua desalada, que choca con la Directiva del Agua

Jornaleros agrícolas trabajando en una explotación junto a las tuberías del trasvase

Jornaleros agrícolas trabajando en una explotación junto a las tuberías del trasvase / Tony Sevilla

F. J. Benito

F. J. Benito

La confirmación de que el Ministerio para la Transición Ecológica mantiene sin mover una coma la hoja de ruta de la desalación para tratar de garantizar el abastecimiento de agua para agricultura y consumo urbano en los 35 municipios de la provincia directamente afectados por el recorte del Tajo-Segura ha terminado por minar la moral de los regantes y trabajadores de la industria agroalimentaria. Un colectivo formado en la provincia de Alicante por unas 35.000 familias que ve como en dos años ha pasado de ser tan valorado como los trabajadores del sector sanitario durante los meses duros de la pandemia del covid al garantizar el abastecimiento de frutas y verduras, junto a la carne y embutidos de los ganaderos, ha despreciado y ninguneado.

Hoy se sienten estafados, olvidados y castigados por el Gobierno y, además, advierten de que la subvención al agua desalada agrícola en España puede generar un contratiempo añadido: la directiva marco del Agua de la CE prohíbe expresamente subvencionar el agua dulce producida por las desaladoras y esta decisión de la vicepresidenta Teresa Ribera puede provocar denuncias de estados miembros competidores en agricultura como Portugal, Italia o Grecia en función de las posibles trabas a las normas que regulan la competencia”.

José Vicente Andreu, empresario hortofrutícola, y presidente de Asaja-Alicante, subraya que “nos sentimos absolutamente estafados y con una sensación de abandono y una frustración difícil de superar, pero vamos a pelar hasta el final para revertir la situación del trasvase y conseguir el reconocimiento de la agricultura mediterránea. Sin trasvase no hay futuro. Con el trasvase dependemos sólo de la climatología, pero los agricultores podemos sí asumir la sequía hídrica climática. Lo que nos de pánico es depender de las decisiones de los políticos, de la sequía política. Esa es terrible. Ver agua en los embalses y no poder regar. Nos produce pavor la inseguridad que han creado decisiones políticas vacías, arbitrarias y sin justificación técnica”.

"Nos sentimos absolutamente estafados y con una sensación de abandono y una frustración difícil de superar"

José Vicente Andréu

— Presidente Asaja-Alicante

Andréu enfatiza que “el Gobierno trata de justificarse con un falso mensaje ecologista sin fundamento alguno. Se lo hemos dicho por activa y por pasiva: no hay informes técnicos, no hay sustento ni justificación ambiental para elevar esos caudales ecológicos. No va a beneficiar al río, no va a beneficiar a Castilla La Mancha, tan solo es un capricho político del señor García-Page y la señora Teresa Ribera con la complicidad necesaria del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez”. El presidente de la organización agraria incide en que “el Gobierno de España no es consciente del papel tan fundamental que juega la agricultura levantina en el bienestar y en la prosperidad social y económica del Estado”.

José Vicente Andréu junto a sus árboles frutales

José Vicente Andréu junto a sus árboles frutales / Tony Sevilla

El empresario hortofrutícola considera que “en Alicante, Murcia y Almería sin trasvase no hay futuro. Intentar paliar la falta de agua trasvasada por depurada o por desalada es inviable. La fuente principal siempre tiene que ser el agua trasvasada, porque sin esta no habrá depurada de calidad, pues si el recurso urbano es solo la desalada, esa agua ya viene contaminada con un exceso de boro, que se irá incrementando hasta llegar al agricultor con unos niveles que no serán asumibles para los cultivos. Si el agua desalada va a ser el sustento principal de la agricultura en el sur de Alicante y Murcia, podemos ir cerrando las explotaciones casi por compromiso ambiental”.

Andreu tampoco comparte la posición que ha tomado el Consell. ”La sensación que nos queda ante la actitud del presidente Ximo Puig es la de la decepción. No nos creemos nada. Están rellenando el grave problema del recorte del trasvase con discursos vacíos en una estrategia de distracción intolerable en un momento muy crítico para nosotros. Que quede claro que después de esto no va a venir más agua, ni a mejor precio. Que quede claro que se han cargado el trasvase”.

Insultados

Ángel Urbina, presidente de la Sociedad de Transformación Agraria San Enrique, y regante del Tajo-Segura desde hace 44 años comparte la opinión de José Vicente Andreu. “Sí, nos sentimos, no sólo estafados, sino insultados por el Gobierno. Toda la sociedad, entes y ayuntamientos nos reconocieron el mérito de mantener las cadenas alimentarias sin variación durante el covid. Ahora el Gobierno nos lo paga reduciendo a la mitad del caudal que viene para regar. Demuestra desprecio hacia los agricultores, pero recuerden, somos los que producimos los alimentos que consumen ellos y sus familia”.

"El Gobierno desprecia a los agricultores, pero recuerden, somos los que producimos los alimentos que consumen ellos y sus familias"

Ángel Urbina

— Presidente SAT San Enrique

Urbina subraya que “el sector agroalimentario del Levante si no tiene trasvase morirá. El agua del Tajo, además de para regar directamente, sirve para diluir boro del agua desalda. al mezclar esas aguas y también para reducir el contenido en sal que se genera en la depuración. El verano pasado que no llegó agua del trasvase al Campo de Cartagena, acabaron en el mar aguas depuradas al no tener caudal de buena calidad para mezclar y poderse utilizar. Los alimentos se fabrican con tierra, agricultores y agua, no con fórmulas del metaverso”.

Maltratados

Lucas Jiménez, presidente del Sindicato del Acueducto Tajo-Segura, apunta, por su parte, que "el agricultor se siente maltratado, no olvidado, maltratado por la política del Gobiernol. Somos un sector que ha estado permanentemente obligado a evolucionar, a adaptarse a distintas situaciones a cual más compleja. A las habituales complicaciones derivadas del ejercicio del noble oficio de la agricultura. Luchar con los fenómenos meteorológicos adversos, los precios al alza de los suministros, precios bajos para los productos, o incluso el impago de los mismos. A todo eso tuvimos que añadirle a escasez y excesivo coste del agua".

Circunstancias que provocaron que "desde muy pronto, la agricultura comenzara un camino hacia la especialización no conocida hasta ese momento. Ha sido una labor conjunta, administraciones, comunidades de regantes y agricultores, profundizando en mecanismos globales y particulares de gestión óptima del agua. Hasta tal punto fue así, que el ímpetu de una agricultura moderna, especializada que necesitaba de avances efectivos en la aplicación medida del agua hizo florecer un entramado de industrias que apostaron por la investigación y desarrollo de mecanismos de gestión de agua. Empresas punteras que conquistan los mercados internacionales con sus productos de tecnificación de riego -invernaderos, bombas de extracción de agua, sondas de humedad..."

Esas condiciones de escasez y precio, recuerda Jiménez, hicieron que el surgieran empresas agrícolas, alhóndigas, cooperativas, "un tejido empresarial vivo y dinámico que es capaz de abastecer el cuarenta y cuatro por ciento de todos los productos hortofrutícolas que se comercializan en España y que se dirigen hacia Europa".

"Fue en los campos donde los agricultores por cuenta ajena o no, llenaban los supermercados de los cultivos en las plantaciones"

Lucas Jiménez

— Presidente de los regantes del Tajo-Segura

El presidente de los regantes del Tajo-Segura recuerda que "efectivamente durante la pandemia quedó clarísima la importancia vital de tener, esta fenomenal maquinaria de generación de alimentos. Durante muchos meses la presencia masiva de personas no se visibilizaba en las calles de las ciudades. Al contrario, fue en los campos donde los agricultores por cuenta ajena, o no, llenaban los supermercados de los cultivos en las plantaciones. Mujeres y hombres rurales enfrentando el miedo a contraer la covid además de padecer los rigores de la labor en el campo. Consiguieron, junto al sector del trasporte, distribución y personal de comercialización, que la población recluida pudiera acceder a alimentos de primera calidad y siempre. Abastecer de modo continuo los lineales de venta". 

"Es normal que tras 43 años de impulso, desarrollo, gestión modélica del escasa agua que hemos recibido y tras el sacrificio extremo durante la pandemia, y tras finalizar la alarma creada por ésta, al observar la labor de destrucción política del trasvase, orquestada por la ministra Teresa Ribera y ejecutada por el Consejo de Ministros de Pedro Sánchez, provoque indignación y, en última instancia, decepción y hartazgo".

El trasvase Tajo-Segura ha sido fuente de riqueza para Alicante, Murcia, Almería y el resto de España durante 44 años

El trasvase Tajo-Segura ha sido fuente de riqueza para Alicante, Murcia, Almería y el resto de España durante 44 años / Tony Sevilla

"¿Tiene futuro el sector sin el trasvase? No me gusta hacer predicciones a futuro. El tiempo nos ha demostrado lo que de volátiles tienen estas cábalas. Lo cierto es lo que apuntan los estudios desarrollados por expertos como el catedrático Joaquín Melgarejo de la UA, que habrá un fuerte impacto sobre el empleo, el medioambiente, la extensión del regadío y, por ello, sobre las economías del Levante. Desaparecerán aproximadamente 15.300 empleos y más de 27.000 hectáreas del mejor regadío de Europa, en una de los escenarios geográficos más áridos del viejo continente. Yo cito lo que el Ministerio ha dejado escrito en el Plan de Cuenca del Segura, en relación con el recorte sancionado por Pedro Sánchez, ¨es inasumible por esta cuenca".

Para Jiménez, " luego ya lo que tenga que pasar lo recitarán los comunicadores del momento. Sí tengo una cosa clara. Los pequeños agricultores tendrán un futuro muy difícil sin agua del trasvase, salvo que algún mecanismo que se incorpore a la generación artificial de agua de regadío abarate hasta límites inimaginables hoy, el coste del metro cúbico de agua desalada. Pero esos son otros López".