Las discotecas reclaman un protocolo efectivo ante las agresiones sexuales en Alicante

La Conselleria de Igualdad contacta con las patronales del ocio nocturno para establecer pautas que permitan una actuación similar a la del personal del local donde una joven denunció haber sido violada por el futbolista Dani Alves

Decenas de personas bailan en una discoteca.

Decenas de personas bailan en una discoteca. / EFE

Alberto Losa

Alberto Losa

En la presunta violación del futbolista Dani Alves a una joven de 23 años en un local de ocio de Barcelona, la declaración de la víctima a los investigadores ha dejado clara una buena praxis: la del personal de la sala de la discoteca que activó el protocolo de agresiones machistas del Ayuntamiento de Barcelona. Así lo ha destacado Lydia García, vicepresidenta de la Asociación de Mujeres Juristas Themis: "Los miembros de seguridad y los trabajadores de la discoteca de Barcelona estuvieron impecables. Gracias a ellos la denuncia llegará a buen fin".

Ahora, en la Comunidad Valenciana en general, y en Alicante en particular, también se quiere aplicar esta praxis. Las salas de fiesta son las primeras en reclamar un criterio unificado: "Debería haber un protocolo claro en todos los municipios pero también pautas de comportamiento y campañas de prevención. Los locales estamos a total disposición de las administraciones pero queremos ir más allá, para que tengamos la posibilidad de actuar con garantía de la administración de que si en una sala hay un tipo tonto que está molestando se le pueda echar a la calle sabiendo que luego no nos vamos a enfrentar a una hoja de reclamaciones", indica Lalo Díez, presidente de la Coordinadora Empresarial de Ocio y Hostelería de la Comunidad Valenciana (CEOH).

Un hombre, a punto de introducir una pastilla en un cóctel.

Un hombre, a punto de introducir una pastilla en un cóctel. / EFE

Hasta ahora, son los propios pubs y discotecas quienes tienen sus propias pautas para actuar si sucede un hecho similar: "Las instrucciones son claras: lo primero es custodiar a la chica y recibir su declaración. Después, llamar al 112 o al 091 y localizar al presunto agresor y retenerlo hasta donde nos permite la ley", explica Javier Galdeano, presidente de la Asociación de Locales de Restauración y Ocio de Alicante (ALROA).

El protocolo que se busca

El objetivo es unificar criterios y que no sea cada discoteca la que tenga que instruir a su personal, sino que lo haga la administración. Algo que, como indica María Such, directora general del Institut de la Dona —dependiente de la Conselleria de Igualdad— ya ha comenzado: "A raíz de este tema [el caso Dani Alves] y con la experiencia de los puntos violeta estamos elaborando una propuesta de contenido formativo en la que haya una serie de pautas para que los espacios de ocio tengan un contenido mínimo para actuar. Hemos mantenido diversas reuniones con la CEOH y la Federación de Ocio y Turismo de la Comunidad Valenciana (FOTUR)". Solo en los cinco días de Hogueras, los puntos violeta informaron a 1.730 jóvenes, según datos del Ayuntamiento de Alicante.

Los negocios y la administración coinciden en qué se debe de hacer: realizar un correcto acompañamiento a la víctima, darle cobijo y no cuestionarla. Sin embargo, van más allá y consideran que es importante que las personas perciban que la discoteca es un espacio seguro, además de cómo actúa el personal de la misma. La propia directora del Institut de la Dona remarca que "las zonas de ocio son en su gran mayoría espacios seguros" ya que "el personal está al tanto de garantizar una mínima convivencia y el disfrute de la gente".

La situación actual

Las excepciones, sin embargo, siguen ocurriendo. María Torrecillas, una joven alicantina, relata que el mes pasado fue el propio personal de un conocido local en la calle Gerona quien expuso a sus amigas: "Pedimos nuestras copas y en la barra todo fue bien, las pusieron delante nuestra y pudimos verlo todo. Después de irme, a mis amigas les ofrecieron ir a un reservado de manera gratuita al lado de unos que no paraban de mirarlas. Entonces, otra camarera les dijo que fueran al reservado donde estaban ellos porque querían invitarles a copas y botellas. Mis amigas dijeron que no, pero la camarera insistía en venderlas a esta gente que había en el otro reservarlo. Al rato, otro camarero les ofreció a mis amigas copas que habían regalado los muchachos del otro "VIP" y se acabaron yendo".

Las discotecas ponen a disposición de la Policía las grabaciones de las cámaras.

Las discotecas ponen a disposición de la Policía las grabaciones de las cámaras. / RAFA ARJONES

La Conselleria y los locales remarcan que las salas son espacios seguros: "Hemos pasado la crisis de los pinchazos y la de que echaban cosas en las copas. Muchos locales tienen cámaras de vigilancia que se ponen a disposición policial. Nosotros hemos pedido a la Generalitat poner a disposición toda nuestra red de locales para que más allá de instalar un protocolo en caso de agresión se trabaje con el personal que da servicio en los locales. Hay cursos de formación que se pueden dar a todos los empleados, no solo a los guardias de seguridad". Además, Díez insiste: "La mayoría de las agresiones se producen en entornos cercanos. Que se produzca una agresión en un local es complicado pero hay que atajarlo. Todo el mundo está tomando conciencia de que hay que respetar a una mujer y todas tienen que tener la seguridad que nadie les va a estar babeando ni invadiendo su espacio".

Lo que recomiendan las juristas

La asociación Themis señala que siempre ha estado a favor de esos protocolos: "Ha habido varios para centros médicos, pero al nivel de los que tiene Barcelona no me consta. De hecho, cuando hemos tenido que atender por haber sufrido esas agresiones en lugares de ocio en la capital, el tratamiento ha sido nefasto. Si [los locales de ocio] tienen unos miembros de seguridad en la puerta, también los debe de haber en el interior. Por lo que nos cuenta la gente muy joven, en los baños a veces se sienten agredidas. Muchas veces están en grupo los agresores y las separan de sus amigas, las encierran en los baños y cuando acuden las amigas se tienen que ir fuera del local y no se activa ningún tipo de protocolo", indica Lydia García

La recomendación de la jurista es, primero, atender a la víctima, separarla del agresor y llevarla a un sitio con intimidad en compañía de una amiga o apoyo para que se sienta protegida. Las amigas pueden ser testigos válidos y un apoyo, no hay que separarlas. Lo siguiente es llamar inmediatamente a la Policía. "Una vez los servicios sanitarios la atiendan, hay que denunciar ante la Policía, que hace los primeros trámites". De hecho, fuentes del propio cuerpo Nacional de Policía apoyan la creación de estos protocolos porque su actuación se remite al momento en el que llegan, no a los minutos previos.

Un trabajador de seguridad vigila la entrada de una discoteca.

Un trabajador de seguridad vigila la entrada de una discoteca. / EFE

García añade un aspecto relevante a la hora de poner la denuncia: tener una entrevista previa con un letrado especializado: "Les cuesta mucho contar los hechos y en algunos casos pueden estar bloqueadas. Tal vez recuerdan solo lo último que puede que no sea lo más importante para la denuncia, por eso es importante que estén asesoradas. Si lo recuerdan después en el juzgado pero no está en la denuncia no se va a tener en cuenta de la misma manera".

La jurista, además, considera que el protocolo de actuación debe de tener en cuenta también a los operadores jurídicos, policías, abogados y sanitarios: "Deben de tener una sensibilidad especial, empatizar y hacer ver a las víctimas que comprenden lo que les está pasando para que no se sientan más presionadas o revictimizadas".

Actuar con garantía

Las discotecas subrayan: "Debe de haber un código con unas prácticas en todos los sentidos. Si se ponen carteles en los que la mujer es un trozo de carne poco puede pedirse luego. Hay que entender que no es normal un cartel o que no es normal que un señor esté molestando. Queremos que si se saca a la calle a alguien luego no tengamos que enfrentarnos a una hoja de reclamaciones", afirma Lalo Díez.

El presidente de CEOH considera que "si la desgracia del Madrid Arena sirvió para reforzar los protocolos de seguridad", el caso de un famoso puede servir a las administraciones para impulsar este protocolo: "Los locales estamos a total disposición pero queremos ir más allá para poder actuar con garantía. Cuando le pasa algo a una mujer tenemos que actuar todos los que estamos alrededor, además del personal. No hay que pensar que es una desconocida, se expone a lo mismo tu hija, tu hermana o tu mujer. Hay que cambiar el chip".

La actuación ejemplar de la discoteca de Barcelona

El protocolo del Ayuntamiento de Barcelona se ha convertido en el referente a raíz de la presunta agresión de Dani Alves en una discoteca de la capital catalana. Los trabajadores siguieron dichas pautas, lo que la Asociación de Mujeres Juristas Themis considera una actuación «impecable».

Según el manual ‘No callamos’ contra las agresiones y acosos sexuales en espacios de ocio nocturno privado, los pasos a seguir son los siguientes: primero, atender a la víctima lo antes posible y asegurarse de que no corre peligro inmediato; segundo, avisar a la persona responsable de atención de la sala y acompañar a la persona agredida al espacio habilitado; tercero, si la víctima está en condiciones, preguntarle si tiene alguna amistad en la sala que le acompañe e informarle de que puede solicitar asistencia médica, policial, psicológica y que es ella quien marca la prioridad respecto a sus tiempos y necesidades; cuarto, asegurarse de que no se marcha sola si no desea ser asistida; y quinto, llamar al 112 si no está en condiciones de que se le informe.

Lydia García, vicepresidenta de Themis, subraya: «Si no se le hubiera dado la posibilidad de empatizar, de apoyarla y de llamar tanto a los cuerpos y fuerzas de seguridad como a los médicos para recoger muestras físicas y psicológicas como los síntomas de ansiedad, esa denuncia no habría llegado a buen fin».