Colegios e institutos ven insuficiente el plan del Consell contra el suicidio juvenil

Directores de los centros educativos reclaman psicólogos trabajando de manera permanente para las urgencias. Los profesores aseguran que están desbordados por el aumento de casos de autolesiones

El personal docente alerta de que los casos de autolesiones y de ideas suicidas entre los jóvenes se están disparando.

El personal docente alerta de que los casos de autolesiones y de ideas suicidas entre los jóvenes se están disparando. / VITHAS

J. A. Martínez

J. A. Martínez

Un paso en la buena dirección pero todavía faltan recursos por todos lados. Directores y personal de los centros escolares de la provincia consideran insuficiente el plan de las Consellerias de Educación y Sanidad para la prevención del suicidio entre adolescentes. Este programa, bautizado como "Somos imprescindibles", empezó a implementarse a mediados del pasado enero mediante el envío de psicólogos a los institutos para tratar de combatir los problemas de salud mental y los intentos de suicidio. Unos problemas que desde la pandemia se han disparado, pero que también se están dando casos en población aún más joven, como estudiantes de Primaria y hasta niños de Infantil. A juicio de los docentes, sería necesario que contaran con sus propios recursos para poder atender los casos urgentes y no tener que pasar por el embudo burocrático de derivar a los alumnos con problemas a los profesionales sanitarios, donde hay listas de espera de meses.

“Entiendo que para la Administración hacer este tipo de contratos puede ser complejo, pero lo ideal sería contar con educadores especiales o psicólogos educativos para tener una reacción inmediata en los casos urgentes”, aseguró a este diario el presidente de la asociación de directores de Institutos de Secundaria Toni González Picornell. Éste expresó su preocupación por el incremento de las conductas suicidas entre la población adolescente y la tendencia a autolesionarse, todo ello derivado de problemas mentales que los días del confinamiento han sacado a la luz. “Entiendo que para la Administración pueda ser problemático, pero quizá podrían articularse sistemas para que un grupo de profesionales atiendan varios centros”, señaló.

El año pasado los centros escolares de la Comunidad registraron un total de 1.600 incidencias referidas a autolesiones e intentos de suicidio, según los datos del Previ, el plan contra la violencia escolar de la Generalitat; mientras que de la Fundación Anar (Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo) atendió en 4.570 consultas por ideación suicida y se salvó la vida a 2.709 niños y adolescentes. Un problema para el que los centros se están viendo desbordados.

Un programa para 40.000 alumnos

Desde mediados de enero, un grupo de psicólogos está acudiendo a los institutos de la provincia para impartir talleres entre los alumnos de segundo y cuarto de ESO. Se prevé que atiendan a un total de 40.000 alumnos en 225 institutos de toda la provincia de Alicante. En toda la Comunidad, el programa está siendo aplicado por cincuenta psicólogos. Asimismo, también se prevé la incorporación de 26 orientadores, con lo que habría un total de 673 de estos profesionales en la provincia. A esto se suman el refuerzo de otros 22 educadores para prevenir el absentismo, más otros 78 centrados en Educación Especial.

Imagen de uno de los talleres impartidos en un instituto de l'Alfàs del Pi.

Imagen de uno de los talleres impartidos en un instituto de l'Alfàs del Pi. / David Revenga

Para los centros, el principal problema es la falta de profesionales. “El problema es mucho más grande y esto no se soluciona con un par de charlas por la tarde”, señaló a este diario Amparo Polack, orientadora del instituto Cabo de las Huertas, que admitió que lo positivo es que se da visibilidad a un problema que cada día preocupa más al personal docente. “No somos personal sanitario pero tampoco puedes dejar a estos jóvenes desatendidos. En esta zona todavía les hemos derivado a un psicólogo privado, pero ¿qué se hace una zona deprimida dónde puede haber listas de espera de cuatro meses”, añadió. A su juicio, desde la pandemia puede haber aumentado entre un 10 y un 20 por ciento los problemas de salud mental. “Les ha hecho mucho daño, porque no han podido socializar de una manera normalizada”, insistió. En el centro se han creado espacios seguros, donde plantear los problemas que tienen con total confidencialidad y fuera del horario.

Móviles y redes sociales

“Están más acostumbrados a contactar entre ellos a través del móvil que cara a cara”, explicó a este diario otra profesora de un centro de secundaria de Alicante. Así, añade que pueden tener problemas de autoestima, incluso complejos a causa de ese mundo de ensueño que se ofrece a través de las redes sociales y del que no se ven a la altura. También otros problemas han venido derivados por la existencia de maltrato en casa, hecho que generó una tensión mucho mayor en los meses del confinamiento.

Una realidad que puede ser aún más aterradora en el caso de los más pequeños. “Hay niños que durante dos años no han visto a personas sin mascarilla. Les genera vergüenza e inseguridades que puedan tener granos o los dientes torcidos, incluso miedo a hablar en público”, aseguró a este diario Isabel Moreno, portavoz de la asociación de directores de Educación Infantil y Primaria. Moreno admitió que se han agilizado desde 2017 con la aplicación de un protocolo que reforzó la coordinación con las unidades de salud mental, aunque aseguró que todavía queda mucho por hacer en cuanto a la formación del profesorado, formación emocional y mayor coordinación entre los centros de salud y los colegios.

En esta línea, el psicólogo David López recalcó que como consecuencia de los problemas de salud mental, se ha llegado a encontrar con listas de espera de hasta mes y medio y dos meses para poder atender a un paciente. "Ellos están viviendo un infierno y se encuentran con que el médico no les va a poder atender de inmediato", explicó, a lo que añadió que son los déficits en la sanidad pública los que están generando esta cola en la privada. "A veces tienes que hacer un triaje basándote en las explicaciones que te dan por teléfono y las horas del día son las que son y muchas veces no damos a basto. Y con los escolares existe la limitación de que solo pueden ser atendidos por la tarde", explicó.

Programas preventivos

Por su parte, el comisionado de Salud Mental de la Generalitat Rafael Tabarés aseguró que el programa "Somos imprescindibles" tiene como objetivo el hacerse cargo de los problemas en el manejo de la rabia y las conductas autolesivas e ideas de suicidio. A su juicio, la importancia de estos talleres reside en la prevención y detección temprana de problemas que con el tiempo pueden ser más graves.

"Su objetivo es la detección precoz y la promoción de la salud mental centrada en la población juvenil incrementando la coordinación entre Salud Mental y la Educación", señaló. A lo que añadió la contratación de 69 profesionales especializados en el tratamiento de enfermedades mentales entre la población infantil y juvenil. Tabarés recordó que una de las actuaciones previstas por la Generalitat es la puesta en marcha de un Hospital de día en Sant Joan dedicado a enfermedades mentales. Uno de los objetivos del programa es que los chavales se capaciten en el aprendizaje socio-emocional, en una operación que tiene en cuenta que los docentes de primaria y secundaria se formen en el manejo de emociones, incidió.

Una manifestación de estudiantes en Alicante para reclamar más medios para tratar la salud mental.

Una manifestación de estudiantes en Alicante para reclamar más medios para tratar la salud mental. / PILAR CORTES

Por su parte, la consellera de Educación Raquel Tamarit presentó este martes en un instituto de Castellón estos talleres de Salud Mental que se han puesto en marcha conjuntamente entre la su departamento y Sanidad. “Continuamos nuestro trabajo y responsabilidad para asegurar una atención personalizada al alumnado y este hecho, junto con la puesta en marcha de programas como éste, contribuye a multiplicar la capacidad del sistema educativo para detectar y prevenir posibles situaciones de riesgo y acompañar a los profesionales de la educación en el proceso de detección de conductas nocivas”, ha añadido Tamarit.