Entrevista | José J. Sanmartín Profesor de la UA, experto en Seguridad, Inteligencia y Defensa

"Hay peligro de un ataque nuclear puntual de Rusia que activaría la respuesta de la OTAN"

El profesor de la UA experto en seguridad internacional, José J. Sanmartín, subraya que informes de Inteligencia elevan el riesgo de un potencial evento nuclear con la excusa de hacer "pruebas"

El profesor de la UA, José J. Sanmartín

El profesor de la UA, José J. Sanmartín / INFORMACIÓN

Victoria Bueno

Victoria Bueno

Cuando se cumple el primer aniversario de la guerra de Rusia contra Ucrania, el profesor de la UA en Ciencia Política y de la Administración, presidente mundial de Radix Intelligentia, especializado en inteligencia, seguridad y defensa, además de socio perpetuo de la Asociación Americana de Ciencias Políticas, José J. Sanmartín, analiza para INFORMACIÓN lo que está por venir y sus consecuencias.

En el primer año de la guerra contra Ucrania ¿cómo cree que pasará a la Historia? 

Todo dependerá del resultado final. La guerra puede derivar en una crisis sistémica dentro de Rusia. No es descartable una implosión interior. La Inteligencia occidental está ampliamente desplegada en el territorio actual de la Federación Rusa y los gobiernos occidentales prefieren una Rusia unida y estable. A nadie le interesa en Occidente que el Estado ruso entre en un proceso de autodestrucción, por el mismo motivo que a nadie le interesa en Occidente que Rusia gane la guerra en Ucrania. Pero la guerra está debilitando el poder central de Moscú sobre sus territorios.

¿Ve indicios de que se extienda a Europa?

Europa tiene un compromiso en defensa de la democracia constitucional ucraniana. De manera indirecta, Putin declaró la guerra a Occidente al invadir Ucrania, nos metió en una guerra que nadie quería salvo él y unos pocos iluminados. En los centros de poder occidentales se impone la percepción, con información, de que Rusia sólo podrá abandonar el callejón sin salida si se aplica un cambio desde Moscú. La extensión física de la guerra hacia el Oeste en Europa supondría la reacción fulminante de la OTAN. Algunos grupos radicales en Moscú arrasan con su idea de provocar una guerra mundial pero no parece probable que el Gobierno ni el Ejército rusos se dejen llevar por ellos, aunque pueden dar la coartada de un supuesto ataque nuclear puntual que activaría a la OTAN a responder. Los informes de Inteligencia indican ese peligro potencial. Es preciso mantener la serenidad y los elementos radicales y ultras en todos los países deben quedar encapsulados y aislados en la toma de decisiones.

El profesor Sanmartín a las puertas de la Biblioteca de Derecho en la Universidad de Alicante

El profesor Sanmartín a las puertas de la Biblioteca de Derecho en la Universidad de Alicante / INFORMACIÓN

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¿Qué opinión le merece la postura de EE UU?

Ha aplicado los protocolos previstos. Ha impulsado una línea coherente, sumando a aliados a la OTAN que ha demostrado su renacimiento merced a su utilidad en esta crisis. Los Servicios de Inteligencia de Estados Unidos (en particular, la NSA y la CIA) han probado su alto nivel de calidad mediante la captación de información realmente estratégica, dentro y fuera del Kremlin. La Casa Blanca dispone de información privilegiada de lo que ocurre de manera efectiva dentro de la cúpula de poder en Moscú. Estados Unidos continuará apoyando la causa ucraniana, al tiempo que marca límites para evitar que la debilidad de Rusia se convierta en su Armagedón territorial. Occidente ha impedido ataques ucranianos amplios contra territorio ruso, limitándolos a zonas de Ucrania ocupadas ilegalmente por Rusia.

¿Percibe peligro por el lado chino?

Pekín representa hoy el mayor poder racional de naturaleza autoritaria. Las máximas autoridades chinas evalúan cada decisión en cuanto a costes y beneficios y su racionalidad es una garantía de estabilidad, pero también de expansión. Busca el avance de sus posiciones en todos los mercados prioritarios y la estrategia ante la guerra rusa en Ucrania también va en esa dirección. No se prevé un cambio drástico porque en Pekín existe plena conciencia que un vuelco chino a favor de Putin comportaría represalias occidentales sobre su economía.

La forma más rapida de acabar la guerra es que haya una reversión en Moscú, la menos rápida, una victoria de Ucrania

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¿Cuánto más puede prolongarse el conflicto?

Nadie puede prever algo así. Lo que está claro es que Occidente seguirá apoyando a Ucrania de manera indefinida. Va a aumentar, no a ralentizarse. Occidente y el mundo se lo juegan todo en esa guerra. Si Putin gana en Ucrania, las amenazas, los conflictos y las guerras aumentarán en Iberoamérica, Asia y Africa, con la consiguiente presión para Occidente, una presión que sería inabordable. La guerra podría detenerse de manera abrupta en cualquier momento si en Moscú se impusiera el sentido común. Pero también enquistarse de manera indefinida si en Moscú no se adoptan las decisiones vitales para salvar a Rusia, porque lo que está claro es que esta guerra es imposible de ganar para Putin. Existe un acuerdo férreo respecto a ello por parte de quiénes ayudan decisivamente a Ucrania. Una victoria de Putin sería un desastre geopolítico productor de inestabilidad dentro y fuera de Europa.

La mayor gravedad económica llegará en próximo años, Rusia se expone a convertirse en colonia de países extanjeros

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¿Tan complicado es evitar que siga la confrontación?

Los hechos funcionan por sí mismos, la invasión rusa de Ucrania sorprendió como también la duración de la guerra. Sólo los más informados Servicios de Inteligencia advirtieron de ello a sus Gobiernos. El sector derrotista en Occidente exige el cese del apoyo a Ucrania para que sea derrotada, pero produciría otras guerras a corto, medio y largo plazo en todo el mundo. Desde el propio interés geopolítico de los Estados civilizados esa opción queda descartada. La forma más rápida de terminar la guerra es que se produzca una reversión en Moscú, generaría un proceso de paz. La forma menos rápida es que se produzca una victoria ucraniana.

¿Qué consecuencias económicas podemos esperar?

Los efectos de las medidas de castigo en el ámbito económico, industrial y tecnológico ya son perceptibles en Rusia. Los daños son enormes, pero el nivel máximo de gravedad llegará en los próximos años. La deuda, insolvencia, desindustrialización, pérdida de poder, exponen a Rusia a convertirse en una colonia económica de países extranjeros particularmente agresivos, y no me refiero a Occidente donde se tiene plena conciencia que esta guerra es una barbaridad que acabará destruyendo a Rusia como potencia. Cuanto más dure la guerra, más débil será Rusia. De ahí el interés de algunos países en que continúe la guerra suicida de Rusia.

¿Estamos seguros frente a la guerra?

Nadie está seguro ante una guerra, pero la OTAN aporta una seguridad extra. Un ataque a la Alianza Atlántica sería un desastre absoluto pero ha quedado demostrada la escasa relevancia de las tentativas tóxicas en ese sentido, por el desprestigio de quienes las propalan.

Occidente se lo juega todo en esta guerra, si gana Putin las guerras amenazan en Iberoamerica, Asia y África con una presión inabordable

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¿Existe el riesgo de un ataque nuclear?

Siempre lo ha habido. La actual dirigencia rusa ha jugado la carta de la amenaza nuclear como un activo en su catálogo de medidas. Se trata de infundir miedo y pánico moral. Entre los países que apoyan a Ucrania, la fabricación del terror dentro de la sociedad bastaría con unas decenas de miles de personas saliendo a las calles presas de la histeria colectiva para dislocar la gobernabilidad en esos países, aunque la racionalidad occidental se ha impuesto. El nivel real de riesgo es bajo en cuanto a un ataque nuclear masivo, pero se eleva en cuanto a un ataque nuclear singular, bajo el pretexto de una prueba o, incluso, de un error, pero que tendría efectos devastadores. Esta posibilidad genera disensiones internas dentro del bloque de poder en Moscú, sobre todo entre quienes saben perfectamente la inevitable reacción occidental ante un ataque nuclear contra Ucrania.

¿Ve válidos argumentos de que todo es fruto de la carrera armamentística que aflora cada cierto tiempo?

La guerra de Putin en Ucrania puede tener causas, pero no justificaciones. Las fronteras ucranianas estaban y están reconocidas, así como su soberanía en tanto Estado. El 24 de febrero de 2022 se quebrantó el Derecho Internacional de manera flagrante. Los motivos de esa pretenciosa invasión imperialista y fallida guerra de conquista residen más en que Ucrania se convertía en una democracia constitucional de corte occidental, con expectativas altas de crecimiento económico. Libertad individual, democracia constitucional y calidad de vida suponían una amenaza para la cúpula asentada en el poder autocrático en Moscú. Ucrania sí es un espejo para numerosos rusos, que podían mirar al país hermano y querer para Rusia una verdadera democracia, un mal ejemplo para el grupo más autoritario y ultranacionalista que influye sobre el Kremlin. El régimen ruso entendía que luchaba por su supervivencia al invadir Ucrania.

¿Hay algo que se puede pero no se hace contra esta guerra?

Lo primero es informarse adecuadamente sobre la historia rusa y ucraniana. Lo que está ocurriendo en Ucrania es una terrible guerra civil entre pueblos eslavos. Rusia y Ucrania son países europeos importantes, que deben vincularse al resto del Viejo Continente. Su requiere de un vasto desarrollo social, económico, empresarial, tecnológico y necesitan a Occidente. La guerra comportará años, quizá décadas de atraso en Rusia y lo que pueden hacer los ciudadanos es exigir la detención de la guerra a quienes la han iniciado, porque la solidaridad con quienes sufren la guerra ya ha quedado probada. Moscú debe parar su guerra para asegurar su porvenir como potencia.

¿Abordan el tema en las aulas de la universidad?

El tema surge de manera inevitable pero irregular. No aparece en los programas de asignaturas como tal pero el interés general es alto. La guerra aniquiladora iniciada en el corazón de Europa ha sido un aldabonazo mental y moral para numerosos jóvenes, que no esperaban un desarrollo bélico con semejante dimensión trágica.