La negociación para aprobar el Presupuesto de Alicante: ¡Cómo ha cambiado en un mandato!

Barcala desatascó las cuentas previas a las elecciones de 2019 tras pactar con Guanyar, la marca blanca de Podemos y EU, el impulso de proyectos por 43 millones, además de llevar el documento económico al Consejo Social

Barcala reunió en 2019 al Consejo Social, a petición de Guanyar, para aprobar el Presupuesto

Barcala reunió en 2019 al Consejo Social, a petición de Guanyar, para aprobar el Presupuesto / hector fuentes

C. Pascual

C. Pascual

El proyecto del Presupuesto de Alicante para 2023 volvió a ser noticia en el pasado pleno municipal, cuando la concejala Julia Llopis ofreció "su cabeza", es decir, sus competencias al frente de la áreas de Acción Social y Educación, a cambio de desbloquear unas cuentas que el alcalde, Luis Barcala, ya había dado por amortizadas ante la imposibilidad de conseguir los apoyos necesarios en la oposición, donde el bipartito requeriría de la abstención de un grupo para superar el trámite plenario.

Hace justo ahora cuatro años, Barcala estaba a apenas unos días de aprobar las cuentas de 2019, el último año electoral, en el que el alcalde revalidó la vara de mando que consiguió un año antes gracias al voto de una concejala tránsfuga. Entonces, Barcala, recién llegado al poder, en su primera negociación de Presupuestos al frente de la Alcaldía, necesitaba llegar a las elecciones con las cuentas aprobadas, ya que las anteriores las había sacado adelante el PSOE con apenas seis concejales.

El PP, con ocho ediles entonces, consiguió superar el trámite plenario, aunque el camino no fue sencillo al tener enfrente a 21 ediles en la oposición (los seis del PSOE, los cinco de Guanyar Alacant, los cinco de Ciudadanos, los tres de Compromís, además de los dos tránsfugas). Los populares, con Barcala al frente de la Alcaldía y el concejal Carlos Castillo a los mandos de las conversaciones con la oposición en calidad de responsable de Hacienda, acumuló cesiones ante Guanyar Alacant, la marca blanca de Podemos y EU con la que mantuvo unas negociaciones más que públicas.

Entre las concesiones que tuvo que hacer Barcala destacaron dos que ahora ni se han divisado en el horizonte, como convocar el Consejo Social de la Ciudad -una reclamación que Ciudadanos veía ahora correcta en su negociación paralela-, y además llevar al pleno, como declaración institucional, un documento con una relación de proyectos, valorados en unos 43 millones de euros, que debían impulsarse en cuanto hubiera fondos para ejecutarse. Las cesiones ante Guanyar se empezaron a conocer a finales de 2018, un mes y medio antes de que el Presupuesto fuera aprobado por la Junta de Gobierno. Finalmente, las cuentas de 2019, además de la anunciada abstención de la formación de Pavón, también sumaron el mismo voto de Cs y Compromís.

Esta vez, en cambio, las negociaciones con la oposición se han centrado en la fase de enmiendas, cuando los cambios en el Presupuesto se suelen limitar a ajustes estéticos, ante la imposibilidad de cambiar fondos entre partidas distintas. Previamente, antes de que el proyecto de las cuentas de 2023 pasara por la Junta de Gobierno nada más empezar este año, hubo una primera ronda de contactos que no deparó ningún avance. Luego se retomaron las conversaciones, participando incluso Ciudadanos en la recta final, en una negociación paralela, que no ha dado mas frutos que conseguir que los focos apunten a la formación naranja.

Hace una semana, antes de que Llopis se descolgara en el pleno con la propuesta dirigida a Compromís, que era a su vez quien había solicitado su dimisión para desbloquear las cuentas, el portavoz de la coalición valencianista, Natxo Bellido, se mostró muy crítico con la "falta de voluntad del PP de Barcala y Mazón por agotar todas las vías para negociar y aprobar los Presupuestos durante este mandato". Según Bellido, “Barcala resume sus cinco años de gobierno con este fracaso". A la vez, añadió que se "retrata, y define la forma de actuar del PP, cuando prefiere dejar Alicante sin Presupuestos a sentarse, dialogar y agotar todas las vías de negociación para no poner en peligro el correcto funcionamiento de la administración local alicantina e inversiones importantes ligadas a los proyectos europeos”.

Suscríbete para seguir leyendo