Cuidado: Vuelve la molesta procesionaria

Los expertos aseguran que el problema que produce esta oruga del pino en las ciudades se debe a los fallos en los tratamientos antiplagas

La oruga procesionaria aparece en los senderos urbanos del Monte Tossal de Alicante

La oruga procesionaria aparece en los senderos urbanos del Monte Tossal de Alicante / L. Gil López

La plaga de procesionaria ha vuelto a manifestarse otro año más en algunas zonas verdes de la ciudad como el hipódromo, por donde transitan cientos de personas al día, ya sea para pasear, correr o jugar. Este tipo de oruga hostiga a la provincia cada año. De hecho, por el clima "más caluroso que hay la provincia, con inviernos más benignos que en otras zonas de España, pueden aparecen un poco antes", como ha señalado el entomólogo e investigador del departamento de Ciencias Ambientales de la Universidad de Alicante, Santos Rojo.

Sin embargo, el investigador ha explicado que, a pesar de que la temperatura pueda influir en la aparición anticipada de esta oruga, "el problema que produce la procesionaria en las ciudades suele ser a causa de los fallos o a las deficiencias en los tratamientos antiplagas".

Rojo ha aclarado que el cambio climático puede hacer creer que la procesionaria aparezca con anticipación, debido a que el planeta se calienta en general. Sin embargo, "el calentamiento global no implica necesariamente que haga más calor, sino que las temperaturas sean más extremas", ha añadido. Además, en este sentido Alicante ha hecho frente a una de las semanas más frías del invierno, rozando los 0 grados varios días.

Asimismo, la ausencia de precipitaciones que ha habido en la provincia es un factor que "puede hacer que haya más procesionaria, ya que los pinos están más débiles", ha afirmado Rojo. "Es verdad que ha habido una parte del invierno donde ha hecho mas calor, que sumado al régimen de lluvias puede provocar que haya más problemas con esta oruga, superiores a otros años incluso", ha declarado. 

Ha reiterado también la importancia del tratamiento que se aplica a esta plaga como principal cuestión para el control de la oruga en la urbe. "Los ayuntamientos o diputaciones deben tratar este problema en las ciudades de una forma distinta a como se trata en as zonas forestales", ha añadido.

Tratamientos

El pasado mes de noviembre el Ayuntamiento de Alicante realizó endoterapia en tronco y tratamientos aéreos. Sin embargo, el ingeniero agrícola municipal del Ayuntamiento ha asegurado que estos tratamientos "no son efectivos al 100 por ciento". Debido a esto, ha afirmado que ahora se están eliminado bolsas de forma manual con la brigada forestal.

Estas actuaciones se tratan de un mandato que se adjudicó en agosto de 2021 a Eulen por 817.397 euros, para un periodo de tres años del mantenimiento de las zonas boscosas urbanas y periurbanas de Alicante. Además, el Ayuntamiento ha confirmado que este contrato incluye el cuidado de los senderos forestales urbanos y zonas aledañas municipales, así como los espacios arbóreos del Monte Benacantil, Monte Tossal, Cabo de las Huertas-Cala Cantalar, Serra Grosa y Sierra de San Julián, sendero de la Sierra de Colmenares, Tossal de Manises, Camí de Seguins y monte Palomar en Villafranqueza, entre otros.

El investigador de la Universidad de Alicante ha indicado que, "de manera genérica", es en otoño cuando se deben aplicar los tratamientos, ya que "es durante esta estación cuando nacen las orugas y se van comiendo poco a poco las hojas del pino, dañándolos así".

En este sentido, Rojo ha remarcado la existencia de distintos tratamientos, como los que están enfocados contra las mariposas de esta oruga. "En estos casos se utilizan trampas de feromonas, una acción parece poco eficaz, pero al cabo de unos años se va controlando la plaga".

Un ejemplo que ha expuesto Rojo sobre los tratamientos sistémicos contra las larvas, realizados en el campus universitario de Alicante, es "la inyección de una sustancia dentro del pino que recorre toda la savia y llega hasta las hojas, de manera que, las larvas ingieren esa sustancia y se mueren, interrumpiendo su ciclo". 

Una hilera de procesionaria en una zona urbana del Monte Tossal

Una hilera de procesionaria en una zona urbana del Monte Tossal

Sin embargo, "a veces el problema que hay es que no se hacen los tratamientos cuando toca", ha remarcado Rojo. Así, el investigado ha inquirido en los inconvenientes que surgen debido a los problemas administrativos, la licitación a las empresas o a los cambios ejecutivos. "Al final, la naturaleza no espera", ha sostenido el entomólogo, y añade que, "si la empresa de control de plagas no esta lista para aplicar el tratamiento en otoño, se realizan otros procedimientos paliativos, por así decirlo". 

El investigador también ha puesto en valor la concienciación ciudadana y la involucración de los medios de comunicación sobre este tema, intentando evitar el acercamiento a esta oruga, que puede provocar urticarias a las personas y a los animales domésticos, incluso la muerte en algunos perros.

En este aspecto, Rojo ha propuesto algunas actuaciones que "podrían ayudar con esta cuestión", como una gestión integrada, la categorización de los climas en las ciudades y de sus masas forestales, principalmente la vigilancia de los pinos. "Las empresas de control de plagas pueden saber desde otoño si va a ser un año mas malo o bueno, donde aplicar más o menos tratamientos de un tipo u otro". Finalmente, ha concluido con que la plaga de procesionaria en las ciudades no debería de ser un problema en el siglo XXI, "porque lo sabemos todo sobre ella".