El Consell y los supermercados negocian cómo aplicar el bono social para bajar la cesta de la compra

El acuerdo está a falta de que se cierre cómo conceder las ayudas, cómo hacerlas llegar a las familias y cómo se asume el reparto

Frutas a la venta en un mercado de Benidorm.

Frutas a la venta en un mercado de Benidorm. / David Revenga

J. A. Martínez

J. A. Martínez

La Generalitat Valenciana está negociando con los supermercados la manera en que se aplicará el bono anunciado para rebajar el precio de la cesta de la compra, según confirmó este diario en fuentes del Consell y del sector empresarial. Una medida que se anunció en plena crisis por el imparable aumento de los precios. El acuerdo definitivo está a falta de que se cierre con los representantes de los establecimientos cuestiones técnicas para llevarlo a la práctica. Entre ellas, cómo se concederían estas ayudas, de qué manera se hacen llegar a las familias y cuál es el reparto de cuánto deben asumir los supermercados y los pequeños comercios. La fórmula en que este dinero contribuirá a aliviar la situación de las familias cuando tengan que ir al supermercado a hacer la compra todavía no se ha terminado de perfilar.

A falta de que se selle el acuerdo definitivo, la Administración Pública asumiría el 95% del coste de este bono y el 5% se asumiría entre Asucova, la Asociación de Supermercados de la Comunidad y Anged, la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución. La medida fue anunciada por el presidente de la Generalitat Ximo Puig la semana pasada, tras meses de negociaciones con las empresas, pero aún queda algo de camino por recorrer antes de llevarla a la práctica. El acuerdo final todavía no está cerrado y aun quedan flecos para seguir negociando.

Desde el momento en que se hizo público el anuncio de esta medida, las comparaciones con el modelo que ha propuesto el gobierno de Francia no se han hecho esperar. Sin embargo, las fuentes consultadas por este diario señalaron que se va a tratar de un bono social y que se trataría de una medida muy distinta a la del gobierno galo.

Las diferencias con el modelo francés

El modelo francés consistiría en un acuerdo con los supermercados para que ofrezcan una cesta de la compra con alimentos básicos a precios tasados. Las cadenas de supermercados en el país vecino han pactado ofrecer a sus clientes alimentos y productos de primera necesidad al más bajo precio posible durante tres meses. Es este modelo francés por el que el Gobierno Central se está decantando para empezar a aplicar estas ayudas, aunque es una cuestión que todavía divide a los socios del Ejecutivo. En cambio, la medida que está negociando el gobierno autonómico valenciano consistiría en un bono para las familias, especialmente las más desfavorecidas, y que podría suponer un descuento de unos treinta euros al mes y por familia.

La medida podría suponer un descuento de hasta treinta euros al mes por cada familia.

La medida podría suponer un descuento de hasta treinta euros al mes por cada familia. / David Revenga

Desde la Confederación Empresarial Valenciana (CEV) que está participando en las negociaciones se indicó que por el momento no está cerrado cuánto debe aportar cada parte. La pretensión es que estos bonos no acaben repercutiendo ni en el pequeño comercio, ni en el consumidor. Otras fuentes apuntaron a que hay que habilitar sistemas para llevar a cabo la selección de los posibles beneficiarios de estas ayudas.

La Generalitat parte de la base de que al menos una quinta parte de las familias de la Comunidad está sufriendo problemas para afrontar la imparable escalada de precios de la cesta de la compra. Sobre el papel, la medida supondría un descuento de treinta euros al mes por familia y afectaría a unas 150.000 personas. Sin embargo, las fuentes empresariales consultadas por este diario señalaron que estos últimos extremos todavía no estaban cerrados y se seguía negociando.

Consumidores

Por su parte, el presidente de la Unión de Consumidores de Alicante, Cecilio Nieto, aseguró a este diario que este tipo de bonos siempre han ayudado a incentivar la actividad económica, como se ha demostrado cuando lo han aplicado algunas administraciones locales para ayudar a sus comercios. Sin embargo, en materia del precio de los alimentos consideró que siempre ha sostenido que hay potenciar la relación cada vez más directa entre el consumidor y el productor, eliminando al máximo a los intermediarios. Una vía para conseguir unos precios más justos y que se logra a través de potenciar en origen a entidades que venden al consumidor de manera directa, sin subidas de precio para beneficiar al intermediario. "Se trata de una recomendación de la propia Unesco y hay que ir asumiendo que no podemos consumir más de lo que necesitamos. Los tiempos marcan que hay que tener austeridad en los hábitos de consumir", señaló.