Los costaleros de la Señora de las Lágrimas o el desafío de las callejuelas estrechas de Alicante

La hermandad de la Humildad y Paciencia abre el Lunes Santo con el estreno del adorno floral de los pasos del Cristo y del palio de la virgen | La vuelta por vías más pequeñas, uno de sus grandes atractivos

Los costaleros de Humildad y Paciencia ensayan con el trono de palio.

Los costaleros de Humildad y Paciencia ensayan con el trono de palio. / PILAR CORTÉS

Alberto Losa

Alberto Losa

Tras todo un año de actos, el Lunes Santo de la Semana Santa alicantina se abrirá con la procesión de la Hermandad del Cristo de la Humildad y Paciencia y su virgen, la Señora de las Lágrimas. Unos pasos ya tradicionales del día posterior al Domingo de Ramos y que este año estrenan una composición floral que, por primera vez, no la han hecho los propios hermanos.

Sus tres grandes puntos son bien conocidos: el Clamator, la estación de penitencia en San Nicolás y la vuelta por las calles más estrechas donde la procesión cambia su ritmo. "Saldremos el Lunes Santo como todos los años. Tenemos tres puntos a los que la gente se ha habituado y vamos bien acompañados", subraya Maite García, la hermana mayor de Humildad y Paciencia.

En la Montañeta se da el primero de estos actos, con el acto solemne de la apertura de puertas de la Parroquia de Nuestra Señora de Gracia, tras la llamada del Clamator.

Un costalero se prepara para llevar el paso en el Lunes Santo.

Un costalero se prepara para llevar el paso en el Lunes Santo. / PILAR CORTÉS

El momento más reseñable para la hermandad, consideran, es, sin embargo, la entrada a la concatedral: "El punto más fuerte es la entrada a San Nicolás para la estación de penitencia", asegura García. Para este instante, la hermandad realiza la entrada por la puerta negra de la concatedral tras llevar a cabo la carrera oficial.

Vuelta íntima

Para los fieles que acompañan al Cristo de la Humildad y Paciencia, sin embargo, el momento en el que más cercanos se sienten a la imagen es en la vuelta, con el regreso a través de las calles San Francisco y Barón de Finestrat, donde la procesión se vuelve más íntima y acogedora hasta llegar, de nuevo, a la Parroquia de Nuestra Señora de Gracia para recoger los pasos.

"La vuelta es más íntima porque las calles son más pequeñas. Es un recorrido muy bonito y muy recomendable", apunta García, quien también indica que las bandas de música que les acompañan suben el nivel del ritmo musical para llevar a cabo unas marchas más animadas: "Es una música diferente. Primero es más seria y en esta parte es más animada".

Las bandas que les acompañan este año son la de Nuestra Señora del Dolor de Hellín, en Albacete, para el Cristo de la Humildad y Paciencia; y la de La Paz de Sant Joan d'Alacant en el caso de la virgen.

Las cuadrillas, en ambos casos, están cerradas, tanto en el cristo a costal como en la virgen, que es un palio: "Nosotros vamos bien de costaleros. Este año tenemos ya la cuadrilla del cristo cerrada y es el último año que estará abierta", indica la hermana mayor, quien apunta que "la virgen, que es la más flojita porque es un palio, va a salir cubierta".

Novedad floral

Las imágenes se mantienen respecto a años anteriores, con el Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia de 1996 y Nuestra Señora de las Lágrimas de 2004, ambas obra de Hernández Navarro.

Una de las grandes novedades de esta procesión está en el arreglo floral de los tronos, que por primera vez los llevará a cabo una empresa florista en lugar de los propios hermanos de Humildad y Paciencia.

La procesión será el broche a todo un año de procesiones, desde el tributo a la Señora de las Lágrimas, pasando por los actos de cuaresma, con el vía crucis y el quinario en el que se nombraron a los cargos de honor de la hermandad.

La salida tendrá lugar a las 18.45 horas y se alargará hasta cerca de las 23.30 horas de la noche. El instante en el que se llevará a cabo la estación de penitencia en la Concatedral de San Nicolás está previsto a las 21.15 horas.