ENTREVISTAS DE CIERRE DE MANDATO | Miguel Millana Sansaturio Portavoz municipal del PSOE en Alicante

"Al bipartito de Alicante le da ‘yuyu’ la educación pública, mientras otros municipios se benefician de decenas de millones de euros"

El portavoz municipal del PSOE, que no repetirá en la lista encabezada por Ana Barceló, hace balance de un mandato que toca a su fin, en el que tomó las riendas del grupo socialista el pasado verano tras la precipitada salida de Sanguino

Entrevista a Miguel Millana

Alex Domínguez

C. Pascual

C. Pascual

Casi en dos meses, los alicantinos están llamados a las urnas para elegir una nueva Corporación municipal. INFORMACIÓN realiza esta semana una serie de entrevistas con los líderes municipales para hacer balance de este mandato, tanto de la gestión del gobierno como de la labor de la oposición. La cuarta conversación es con el portavoz municipal del PSOE, Miguel Millana, que lleva apenas unos meses al frente del cargo tras la salida precipitada de Francesc Sanguino.

¿Qué balance hace del mandato? En el PSOE ha sido más que turbulento, con cambio de portavoz incluido.

Sobre el trabajo del grupo, y hablando de lo que yo he intentado inducir cuando había otro portavoz y cuando luego he sido el portavoz, la parte troncal de mi aportación a todo el trabajo del grupo socialista ha sido siempre para que el Ayuntamiento formara parte activa de la solución de los problemas que estaban encima de la mesa en cada momento. Veníamos de una ciudad que había pasado por un plan de ajuste, que la izquierda había conseguido recuperar la capacidad financiera al crear las condiciones para eliminarlo y luego tratar que hubiera siempre una suficiencia financiera para abordar los retos de la ciudad en materia de urbanismo y principalmente también la emergencia económica. Por eso, me opuse radicalmente a que Barcala amortizara créditos anticipadamente. A partir de ahí, intentamos hacer una política constructiva, porque entendiendo que había una crisis que supera a todos y que era imprevisible, lo normal era arrimar el hombro, que no fue bien entendido por el Partido Popular y Ciudadanos, en el sentido de que de que propusimos fondos adicionales, los famosos 20 millones de euros, que intentábamos que fuera de aplicación para recuperar la crisis en las empresas vía aportación de recursos propios. Pero Barcala jamás se sentó a tratar este asunto y luego, como se vio en plenos posteriores, incluso quiso ridiculizarlo. Ahí entramos en lo que ya empezó a ser una reacción vecinal en la que nosotros políticamente apoyamos todos los grandes proyectos, desde la zona azul de Carolinas a la avenida Aguilera, que han sido los temas más emblemáticos. Además del intento de devolver a Suma la gestión de los tributos. Todo eso lo he vivido como un éxito desde el punto de vista de que el Partido Socialista ha ayudado a canalizar todas las reacciones vecinales. También hemos intentado impulsar la buena participación ciudadana, para que cuantas más capas de la población fueran consciente de las medidas antisociales. Sobre el Puerto, también hemos tenido nuestras cosas. No es cuestión de rememorar lo que hizo Gisbert, que en mi opinión era bastante mejorable porque con su cargo, puesto por el presidente de la Generalitat, lo lógico es que tuviera más empatía con todas las reivindicaciones vecinales respecto de los graneles respecto a la retirada de las vías… Con el tema del Parque Central también hemos sido proactivos, participando en las manifestaciones. Es decir, si tengo que hacer un balance de nuestra acción política, de nuestro grupo, estando en la oposición, con nueve concejales, nos ha permitido capilarizar con un tejido asociativo que estaba en horas bajas tras los veinte y tanto años de un gobierno del PP que actuó de manera clientelar. El único hito que nos dio esperanza fue el pacto presupuestario con Ciudadanos. Que luego no lo cumplieron, por mucho que Barcala, en un pleno, dijera que no era un pacto con Cs si no con el equipo de gobierno. Hablamos de un alcalde que una vez me criticó que tratara de elevar el nivel político de la gestión municipal, lo que pasa es que su nivel era muy bajo, muy rastrero. Su política es la del paripé y las apariencias

¿Con qué se queda para bien y para mal del mandato del bipartito de Alicante?

No tengo elementos positivos que destacar, porque han actuado con intención de engañar y no han afrontado los grandes debates para hacer una participación más proactiva del Ayuntamiento en la recuperación económica. Muchas veces los ayuntamientos históricamente se encontraban con que no podían hacer más porque estaban limitados en lo económico. Esta es la primera legislatura en la que el Ayuntamiento dispone de medios suficientes para atender las prioridades y hacer avanzar la ciudad. ¿Y qué tenemos? El primer año le sobran 49 millones y amortiza préstamos. El segundo le sobran 78 y se inventa inversiones plurianuales. Y luego viene 109 millones. Y este año que no nos han querido decir la cifra de remanentes, que llevamos pidiendo desde el 8 de noviembre. La única unidad operativa que hace cosas es la Agencia Local de Desarrollo Económico y Social, que tiene al frente a una persona que no sabe sacarle el jugo. Y tenemos un alcalde, que pese a que Alicante ha sido beneficiario claramente con fondos europeos, encima se ha ido a Bruselas a protestar. Es una cosa alucinante. Y encima recibe ayudas de la Generalitat y no es capaz de ejecutarlas y tiene que devolver cientos de miles de euros de Acción Social. Está claro que están poseídos por la aporofobia. A ellos, los pobres les da repelús.

En esa gestión social, ¿destaca la ordenanza contra la mendicidad?

Es un ejemplo de la mentalidad que tiene. Es más bien represiva, ocultadora, pero no soluciona. ¿Cuántas veces le hemos pedido un centro de baja exigencia? Tenemos el CAI saturado. Además, la dispersión de niveles de vida y de calidad entre los barrios ha crecido en el mandato de Barcala. Se echa de menos también una acción, pese a tener medios.

¿Cómo valora decisiones importantes de este mandato como la renovación de las grandes contratas?

No están a la altura. La dejadez municipal ha costado mucho dinero, y eso que él siempre presume de la reducción de impuestos. Ahí siempre hemos criticado la inutilidad. Es decir, si tú haces una rebaja del IBI lineal, estás primando a quien no le hace falta esa bonificación fiscal, porque tiene medios suficientes.

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¿Qué le parece que Alicante siga sin Zona de Bajas Emisiones?

Es un gobierno antisistema. Ellos saben que se va a incurrir en unas multas multimillonarias. Yo creo que ellos sí que tienen en mente hacerlo. ¿Pero qué problema ha habido en estos presupuestos? Que lo habían focalizado en Vox, y a última hora les han salido respondones. Eso no lo tenían en la planificación y se ha venido todo abajo. Y ahora ellos piensan que pueden aprobar un presupuesto en septiembre porque ya habrá cambiado la aritmética y eso es una irresponsabilidad. Yo procuro ver las cosas con objetividad. Y aquí no ha habido ni actitud ni eficacia. En plena pandemia, un día le dije a Barcala que tenía mucha suerte, porque con lo que ha hecho en materia de emergencia social, en otra ciudad tendríamos una delincuencia y un malestar impresionante por culpa de la carestía de la vida y la falta de medios.

No hay ZBE, pero tampoco nuevos colegios, nuevos centros de salud, ni tampoco la Vía Parque finalizada... ¿Qué le pasa a Alicante con sus gobernantes a todos los niveles?

El mandato del Partido Popular en la Generalitat dejó una maraña burocrática brutal porque no podían pagar. Estaban, de hecho, en quiebra técnica. Aquí la cuestión es que tanto el Ayuntamiento como la Diputación de Alicante, desde el momento en que se presentaron a las elecciones como opción política, dijeron que iban a estar oponiéndose a la Generalitat. Aquí la cuestión es que les da "yuyu" la educación pública, mientras los municipios de alrededor se benefician de decenas de millones de euros. No podemos nunca dejar pasar que hay una intencionalidad en el alcalde y en el resto de la Junta de Gobierno en que no se desarrolle la educación pública.

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¿Qué retos ve más irrenunciables?

Para empezar, la reurbanización de barrios porque esta ciudad tiene que embellecerse para ser más atractiva y generar una mejor calidad de vida. Hace falta mantenimiento. Y luego tenemos los grandes hitos, como la retirada de las vías, el Parque Central, que tienen que ver con otras administraciones, pero donde el ayuntamiento se tiene que implicar. Han tenido una posición muy sectaria, muy poco receptiva. Lo mismo daba que nos abstuviéramos en los presupuestos o que votáramos en contra. Han tenido la misma actitud siempre de engañar y al final perjudicar a la ciudad.

Usted destaca la posición del PSOE, pero sus compañeros de bancada han sido críticos con ustedes. ¿Creen que después de todo el PSOE está fuerte para el 28M?

Como secretario general y portavoz, he procurado que el PSOE lidere una dirección de gestión de la ciudad en todo, desde la emergencia social a la medioambiental... Cuando solo era secretario general tuvimos que hacer una entente que no fuera conflictiva con la gestión del grupo municipal durante la etapa del anterior portavoz [Francesc Sanguino]. Ahora ya todo está en manos de la candidata a la Alcaldía y ella es la que tiene que establecer las prioridades. En mi opinión, el planteamiento del PSOE ha sido muy potente, haya sido percibido o no a través de la neblina que han intentado interponer.

El portavoz socialista, Miguel Millana, antes de la entrevista de balance de mandato

El portavoz socialista, Miguel Millana, antes de la entrevista de balance de mandato / ALEX DOMINGUEZ

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Habla de dos etapas, de la portavocía de Sanguino y de la suya. ¿Se arrepienten de no haber promovido antes el cambio al frente del grupo municipal?

Ha sido un mandato de dificultades. En esa época [la de Sanguino], hubo una interacción virtuosa entre el partido y el grupo municipal. Si en la dirección del grupo municipal había dudas respecto a algunas cosas, procurábamos suplirlas con la acción del partido. Por eso el grupo municipal siempre ha estado propositivo.

Han tenido nueve concejales, pero solo cuatro van en la lista municipal. Entre los elegidos no está usted, pese a ser el secretario local. ¿Cree que es una enmienda al trabajo del grupo socialista en este mandato?

Yo he manifestado públicamente que me hubiera gustado mantener ese acervo que se ha acumulado en estos años de contacto con toda la sociedad alicantina. Pero cuando una persona es designada candidata, como se ha visto, tiene manos libres o ciertos grados de libertad que en este caso han sido muy amplios para configurar su equipo. Si ha considerado que debe ser así, no tengo nada que decir. Yo hubiera recogido mucho más la experiencia porque si gobiernas es muy valiosa.

Una experiencia que fue laminada en las últimas elecciones municipales, tras el tripartito, y entonces no se escucharon voces críticas desde el partido...

También se designó a un candidato que no dejó que repitiera nadie de la etapa anterior. Podría haber repetido alguno, que además había gobernado. Él quiso hacer tabla rasa.

La candidata elegida por Ximo Puig y avalada por las bases tiene esa experiencia municipal de la que hablaba, pero no en la ciudad de Alicante... ¿Qué importancia le da a esa falta de anclaje con la ciudad?

El partido siempre va a estar para apoyar. Digamos que es una apuesta y, como todas las apuestas, tiene sus ventajas e inconvenientes. Los resultados electorales dirán. Si se ha puesto a una persona como Ana Barceló como candidata es porque se piensa que da un valor añadido sopesando por un lado su conocimiento y por otro su experiencia. Es una carrera contra el tiempo, porque tiene que embeberse de todo, como está haciendo. La opción que te decía yo también podía tener sus riesgos, porque la oposición siempre está más opacada y no tiene el nivel de conocimiento que tiene un candidato que ha sido ministro o conseller. La verdad es que la situación está curiosa para los analistas políticos.

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