Unidad plenaria contra el ruido en el Casco Antiguo y "ruptura" del bipartito de Alicante por el transfuguismo

El bipartito se esfuerza en el penúltimo pleno del mandato en llegar a un acuerdo con la oposición para promover herramientas que fomenten la convivencia vecinal

La protesta de los trabajadores de la UTE de la limpieza, que reclaman un incremento salarial, protagonizó la sesión vespertina del pleno

La protesta de los trabajadores de la UTE de la limpieza, que reclaman un incremento salarial, protagonizó la sesión vespertina del pleno / RAFA ARJONES

C. Pascual

C. Pascual

El pleno de marzo, el penúltimo del mandato municipal y otro de esos que se sabe que empiezan poco después del desayuno y que finalizarán rozando la hora de la cena, sirvió para evidenciar las dos caras de la política. La menos vista en Alicante es la de trabajar para alcanzar consensos pese a las dificultades. Ahí la voluntad es clave. Luego también se dio la más habitual, la de buscar el enfrentamiento para intentar sacar un rédito político-electoral

Y es que la Corporación alicantina, a pesar de la cercanía de las urnas, o tal vez por ese motivo, demostró que cuando quiere no hay obstáculos técnicos que se puedan interponer a la hora de llegar a un acuerdo. Fue necesario paralizar el pleno (la idea inicial era de un receso de cinco minutos, aunque el debate interno de los portavoces de prolongó bastante más en el tiempo) y enmendar una moción presentada por Compromís para «ajustar» el texto a las competencias plenarias.

Al final, y ante la presión de unos vecinos que llevan años reclamando medidas para atajar la «discoteca al aire libre» en la que dicen que se han convertido las calles con más identidad de la ciudad, la Corporación sin votos en contra (solo Vox se abstuvo) dio luz verde a un acuerdo que obliga a crear una comisión con una fecha de caducidad más que inminente, pero que según el bipartito va a permitir con una sola reunión que celebre impulsar los trabajos técnicos previos para buscar la mejor solución para poner coto a los desmanes habituales que sufren los vecinos del Casco Antiguo.

El texto aprobado dice: «Que el Ayuntamiento de Alicante constituya una comisión no permanente de pleno con el fin de realizar el seguimiento del proceso de elaboración del Plan de Acción Zonal para determinar si la zona debe ser declarada Zona de Protección Acústica Especial (ZPAE), Zona de Situación Acústica Especial (ZSAE) o Zona Acústicamente Saturadas (ZAS)». En función de la herramienta que finalmente se elija, una cuestión que será de las primeras que herede la Corporación salida de las urnas, será la intensidad de las limitaciones al ocio nocturno. 

El edil Manuel Villar ocupó el puesto de la vicealcaldesa, ausente al estar de viaje en Miami

El edil Manuel Villar ocupó el puesto de la vicealcaldesa, ausente al estar de viaje en Miami / HECTOR FUENTES

La comisión creada tendrá corta vida, ya que se disolverá en menos de dos meses, con la celebración de las municipales. Antes debe reunirse al menos una vez. «El periodo de tiempo en el que la comisión desempeñará su trabajo será el transcurrido hasta la aprobación definitiva del dictamen correspondiente. La primera sesión de convocará en un plazo de quince días desde su aprobación», recoge el acuerdo validado ayer. Las sesiones de la comisión serán públicas y abiertas a la participación de todas las asociaciones vecinales, según recoge el documento.

Esa, la del ruido en el Casco Antiguo, fue la única comisión que se creó en el pleno de marzo. Y no es poco ante la cercanía con las urnas. Los otros tres intentos de la izquierda fueron en balde. Previamente, el Pleno tumbó las propuestas de Unidas Podemos para crear sendas comisiones: una buscaba «esclarecer el estado actual de la tramitación de los decretos de emergencia habitacional» y la otra «abordar la situación de las infraestructuras escolares municipales para los niños de 0 a 3 años». En el segundo punto, la intervención de la concejala de Educación, Julia Llopis, para no faltar a la habitual polémica, no generó indiferencia, al cargar contra asociaciones de padres y madres críticas con la gestión municipal del bipartito, acusándoles a su vez de mostrar esa actitud para buscar un puesto en la política. «Cuando aparecía el director de El Somni o la presidenta del AMPA del colegio Azorín, que van ahora en las listas del PSOE curiosamente... Y si no hablamos del AMPA de El Palmeral, que también va en Compromís... El único que me queda es el AMPA del colegio Rabassa. A ver si le dan un puestecito y así se queda más tranquilo».

La situación de las escuelas infantiles (sobre todo tras el desalojo y futuro derribo de Siete Enanitos por sus problemas estructurales) también protagonizó la comparecencia, a petición del PSOE, que aceptó el alcalde, en la que optó por ser la voz de los informes técnicos realizados durante el proceso. 

Sobre órganos comisiones extemporáneos, tampoco salió adelante la petición de Compromís para crear una comisión para «auditar al servicio de limpieza viaria y gestión de residuos». En los tres casos, la unión de la bancada de la derecha (PP, Cs y Vox) bloqueó las iniciativas. 

Esas unidad de voto, habitual durante el pleno, se repitió en cuatro declaraciones institucionales. Una sirvió para aprobar un texto que pide a la Generalitat que «garantice una correcta y específica atención del Alzheimer». A su vez, esa unidad de acción de la bancada de la derecha tumbó tres propuestas de la izquierda: la primera para que se declarasen las partidas rurales como «Zonas Saturadas de Residuos», la segunda para intentar forzar la convocatoria de la Comisión de Hacienda con el objetivo de reiniciar el trámite para la aprobación de los Presupuestos de 2023, que están en un cajón de Alcaldía ante la falta de apoyos de la oposición, y la tercera para reclamar una vez más, y de nuevo sin éxito, la destitución de la concejala de Acción Social, la popular Julia Llopis. «El trabajo ha sido incansable, se ha tenido que enfrentar hasta a una pandemia. Y ustedes [a la izquierda] la han utilizado para hacer campaña electoral», subrayó la portavoz del PP, Mari Carmen de España. 

Momento de Cs votando con la izquierda en contra del transfuguismo

Momento de Cs votando con la izquierda en contra del transfuguismo / C. P.

Sin embargo, esa unidad se rompió segundos antes de terminar el pleno. Y no por la cuerda más habitual, la de Vox, sino por el vínculo entre los socios de gobierno. Con el voto a favor de la izquierda (Compromís era el grupo proponente) y de Ciudadanos, la Corporación aprobó una declaración institucional para cargar contra el transfuguismo de la Diputación de Alicante. El documento, entre sus acuerdos, incluye instar a los «diputados tránsfugas que renuncien a su acta para volver a la estabilidad política e institucional». El PP -sin el concejal y presidente de la Diputación, Carlos Mazón, que se marchó minutos antes para acudir a un acto del partido en Muro- y Vox votaron en contra. Poniéndose la tirita antes de provocarse la herida, el alcalde tomó la palabra para defender la gestión del bipartito durante el mandato: «Este equipo de gobierno firmó un pacto que ha cumplido escrupulosamente porque es a lo que nos comprometimos. Ha habido nuestras discrepancias, pero eso no repercute».

A pesar de la tensión preelectoral, no todo fueron choques en un pleno donde hubo acuerdos unánimes. Entre ellos, para pedir la conexión ferroviaria con el aeropuerto y por los 125 años del Colegio de Médicos. 

Cambios en los mercadillos y plan para Acción Social

El arranque del pleno permitió confirmar que el mercadillo de la Explanada seguirá en esa ubicación al menos hasta octubre de 2024, mientras que el de Playa de San Juan se moverá al entorno de la avenida de Nápoles. También se aprobó sin votos en contra el Plan Estratégico Zonal de los Servicios Sociales, que solo contó con la abstención de Vox (por aquello de que el documento cumple con la Agenda 2030). De cumplir habló el concejal Villar, al ser preguntado por la Zona de Bajas Emisiones. Volvió a reiterar que no habrá multas, pero perdió otra oportunidad de dar más detalles a pesar de la insistencia de los ultras. Aseguró que las cámaras servirán para «saber por dónde se mueve la gente».

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