Alicante se emociona con el Santo Entierro en el Viernes Santo

Las hermandades del Santo Sepulcro, Mater Desolata y Nuestra Señora de la Soledad de Santa María cierran la jornada que abrió por la mañana la Sentencia de Jesús

Tras la procesión matinal de la Sentencia de Jesús, la tarde y la noche del Viernes Santo han acogido la Procesión del Santo Entierro, con la Hermandad Penitencial Mater Desolata, la del Santo Sepulcro y la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad de Santa María, que han llenado las calles alicantinas de pasión.

La primera de las hermandades en emocionar a la multitud de personas que ha acudido este viernes a presenciar el paso de las imágenes ha sido la Penitencial Mater Desolata, con uno de los recorridos más largos de los 28 que se llevan a cabo en la Semana Santa alicantina.

Una procesión que se extiende durante más de cuatro horas y en la que los 85 costaleros recorren desde el barrio de Carolinas al centro de la ciudad, con un trazado que este año ha tenido que ser modificado por las obras que se están llevando a cabo en la calle Sevilla.

En palabras de José María Roselló, hermano mayor de la hermandad, se trata de una procesión que, además de la salida, cuenta con uno de los puntos importantes, a su paso por el barrio de San Antón, un tramo que cuenta con calles más estrechas en las que se produce un mayor recogimiento.

En cuanto a las imágenes, el hermano mayor de Mater Desolata subraya que ya antes de la pandemia se estrenó la imagen del Santísimo Cristo de la Expiración y del Espíritu Santo, una obra del imaginero Leal Bernáldez. Las imágenes, apunta Roselló, representan lo mismo en todas las hermandades y cofradías: "Al final todas representan lo mismo, es el mismo Jesús y la misma Virgen".

Santo Sepulcro

En torno a las 20:30 horas, la Hermandad del Santo Sepulcro sacó la imagen del Santísimo Cristo Yacente, "El sepulcro", precedida de su estandarte original del año 1943, que ha aparecido entre varias pertenencias almacenadas por la hermandad.

El Santo Sepulcro, refundada tras la Guerra Civil y filial de Nuestro Padre Jesús, ha procesionado con una imagen renovada hace solo cuatro años y de su particular forma: sobre ruedas. La hermana mayor, Esmeralda Giner, ha destacado que "de la forma tan elegante en la que baja la Rambla parece que el Cristo levita", por lo que no se plantean llevarlo a varal: "Es tan bonito verlo bajar con su marcha propia".

Uno de los momentos más emocionantes ha sido la salida del Sepulcro, cuando todo ha quedado a oscuras y la imagen ha sido únicamente iluminada por un cañón de luz. En el inicio de la procesión, incluso la Concatedral de San Nicolás se ha quedado lóbrega.

Además, otro de los momentos más especiales del paso ha sido la vuelta a "casa" -como denominan en la hermandad a San Nicolás- ya que conlleva el encuentro con Mater Desolata, que aguarda con faroles la llegada del Sepulcro.

Soledad de Santa María

Siguiendo la costumbre, la Real y Muy Ilustre Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad cerró la Procesión Oficial del Santo Entierro estrenando varias novedades.

Entre los elementos introducidos para este año, el trono realizado en caoba y plata portaba la reliquia del beato Francisco Castelló Aleu, concedida a la Hermandad para su custodia con un certificado de autenticidad por la Comisión Pro Canonización, y que se corresponde con un fragmento de la ropa del beato.

El artístico trono ha estado exornado de orquídeas, rosas y lendro de color blanco traídos expresamente desde Holanda para adornar las ánforas que circundan la peana de la Santísima Virgen de la Soledad. 

Una procesión encabezada por el obispo de Orihuela-Alicante, José Ignacio Munilla, que partió desde la basílica de Santa María y que ofreció -con la bocina oficial recuperada en 2015 de más de cuatro metros de longitud- el primer toque de la ciudad, que este año ha sido dedicado a los reyes de España, Felipe VI y Letizia, Hermanos Mayores Honorarios de la cofradía.

La imagen de La Soledad de Santa María ha lucido un artístico ajuar bordado a mano en seda natural con la media luna, labrada en plata, que le encargó su camarera mayor, María de la Concepción Torregrosa Alemañ: "Es la primera imagen dolorosa que porta este atributo mariano en la Semana Santa de Alicante" ha destacado.