Entrevista | Felipe Briones Miembro del Secretariado de la Unión Progresista de Fiscales y fiscal Anticorrupción de Alicante

"Tan ilegal es la invasión de Rusia a Ucrania como la de Marruecos al Sáhara"

El fiscal considera que si el Tribunal de Justicia Europeo confirma la sentencia del Sáhara tiene que producirse un cambio drástico de las relaciones de la UE y España con Marruecos

Felipe Briones: "Tan ilegal es la invasión de Rusia a Ucrania como la de Marruecos al Sáhara"

Áxel Álvarez

J. A. Martínez

J. A. Martínez

La Unión Progresista de Fiscales ha arremetido duramente contra el Gobierno por su cambio de postura en el Sáhara tras una visita de una delegación de fiscales de esta asociación a la zona. El fiscal Anticorrupción de Alicante, Felipe Briones, ha formado parte del grupo que se ha desplazado a los campamentos de refugiados del Sáhara y forma parte del Secretariado de la UPF. Briones siempre ha estado comprometido con la causa del Sáhara y con la reivindicación de un referéndum de independencia. Nació en Ifni en 1959 cuando todavía era provincia española, viviendo en el Sáhara hasta 1975, el año de la invasión de Marruecos, aunque periódicamente siempre vuelve a esta zona.

Pregunta: ¿Qué se han encontrado en su visita al Sáhara?

Respuesta: Nos hemos encontrado un pueblo que después de cincuenta años prácticamente mantiene inquebrantable su voluntad por ser un pueblo libre e independiente. Una vez que se pueda materializar su derecho a la libre determinación, en el contexto de la descolonización auspiciada por Naciones Unidas y en este caso también por la Unión Africana. El Sáhara Occidental es la única colonia pendiente de África. La cuestión del Sáhara en nuestro país es un asunto transversal, en el sentido de que la solidaridad que despierta es independiente de ideologías, edades, condición social de las personas y de la que, por tanto, bien cabe decir que la mayor parte de nuestra ciudadanía está a favor de que los saharauis voten o decidan cuál es su destino mediante la fórmula de un referéndum, o cualquier otra.

P.: ¿En qué situación se encuentra la población?

R.: Cuando hablamos del Sáhara, nos estamos refiriendo a los campamentos de refugiados saharauis que están situados en los aledaños de la ciudad argelina de Tinduf. Es la parte refugiada del pueblo saharaui, para distinguirla del pueblo saharaui occidental ocupado por Marruecos. Hemos ido a esta zona desértica, poblada por aproximadamente 200.000 personas y que, desde 1975, viven en una condición de refugio, en la parte más inhóspita del desierto del Sáhara. Es un desierto pedregoso, donde no hay apenas vegetación, ni fórmulas para sobrevivir, más allá de la ayuda internacional, que, por las tensiones políticas entre los países que deben suministrarla, es muy escasa en relación a los compromisos que éstos han adquirido y que intentamos paliar a través de la ayuda de miles de particulares y de organizaciones que hacen más sostenible esa supervivencia. 

«Los saharauis han recibido desconsoladamente el giro de Pedro Sánchez y lo perciben como una nueva traición»

P.: ¿Se sienten decepcionados con el cambio de postura del Gobierno?

R.: Los saharauis han recibido desconsoladamente el giro copernicano del presidente del Gobierno de España. Para ellos España, como también para la Comunidad Internacional, sigue siendo la máxima responsable del Sáhara Occidental en tanto que sigue siendo la potencia colonial hoy en día, tal como establece Naciones Unidas. De manera que cualquier quiebra de sus responsabilidades por nuestro Estado es percibida como una nueva traición, en este sentido muy cualificada, con una responsabilidad de la que carece ningún otro país del mundo en el Sáhara Occidental. Este giro es unilateral y personal del presidente del Gobierno. No se ha dicho cuál es la razón que lo inspira. Nuestra Constitución atribuye la política exterior al Gobierno como colectivo y no al presidente. Y hay una coalición, en la que la otra parte se ha manifestado en contra de este giro. Y junto a eso, la Constitución establece también que cualquier acuerdo que pueda suscitar en lo político obligaciones de Estado precisa la autorización de las Cortes Generales, cuestión que tampoco se ha dado en este caso. 

P.: ¿Cómo valoran el giro? 

Este giro se alinea con la política tardofranquista de los acuerdos de Madrid de 1975, mediante los cuales España cedió la administración del Sáhara a Marruecos y a Mauritania. Tanto entonces como ahora, España es plenamente consciente de la nulidad de aquel acuerdo, como de esta declaración y nos duele que tampoco en esta ocasión, en plena democracia ya, ello no haya supuesto ningún límite para el presidente. Es como si, pese a la nulidad, se supiera que Marruecos lo va a aprovechar y que esa declaración de facto permitirá a Marruecos continuar en el Sáhara expoliando los recursos naturales, reprimiendo a la población civil del Sáhara ocupado y en lo internacional continuar con los chantajes y con las presuntas corrupciones que se están investigando.

«Si hay un país en el mundo que no puede alinearse con la postura de Marruecos, es España»

P.: ¿Puede España alinearse ahora con las tesis de Marruecos?

R.: Cualquier país, Francia, Estados Unidos o Alemania, se puede alinear con las tesis de Marruecos. El único que no puede hacerlo es España porque para Naciones Unidas sigue siendo la potencia colonial hoy en día del Sáhara Occidental. Con base en la carta de la ONU, España tiene la obligación de auspiciar el autogobierno del movimiento de liberación saharaui y apostar por la descolonización del territorio. Para que se produzca una correcta descolonización es esencial conceder al pueblo concernido la opción de la independencia en el referéndum. Cuando Pedro Sánchez apuesta por la autonomía propuesta por Marruecos en 2007, ello supone apostar por ese plan marroquí, que consiste como máximo en un referéndum en el que la única consulta sería autonomía sí o no, pero sin incluir la opción de la independencia. Por eso, no es lícito la apuesta del presidente del Gobierno por el plan de autonomía de 2007 marroquí.

P.: ¿Puede explicar la postura del Gobierno sobre el referéndum en el Sáhara el conflicto con Cataluña?

R.: Estamos hablando de un tema de descolonización inacabada en el contexto de Asia y África desde los años 50. No es un problema de si todos los pueblos del mundo tienen derecho a la autodeterminación. El Sáhara siempre ha sido un territorio español no nacional, es decir, estaba sujeto a la Administración española, pero era un territorio no autónomo con vocación a la descolonización y, por tanto, que el pueblo se pronunciara sobre su futuro. Cataluña, como cualquier otra comunidad autónoma, son territorios nacionales y españoles. Forman parte intrínseca y esencial del Estado y no están en el contexto de la descolonización del mundo. Solamente existen 17 territorios no autónomos pendientes de descolonizar. Estamos hablando de territorios como Malvinas o Gibraltar.

«El cambio de política exterior ha sido una decisión unilateral y personal del presidente»

P.: ¿Qué se puede hacer judicialmente en el Sáhara?

R.: Todos estamos pendientes del Tribunal Europeo de Justicia sobre si va a confirmar la sentencia de primera instancia dictada que declaró nulos los acuerdos de pesca y agrícolas de la Unión Europea y Marruecos por no haber participado en la negociación el representante del pueblo saharaui. Ya partía el tribunal de que Marruecos y el Sáhara son entidades jurídicas y políticas diferentes. Si el Tribunal Europeo confirma la sentencia tiene que producirse un cambio drástico obligatoriamente en las relaciones entre la Unión Europea y Marruecos. Pero también hay otros frentes que se pueden abrir. Está la cuestión de la utilización de drones por Marruecos para la muerte de decenas de personas de población civil en las llamadas zonas liberadas del Sáhara. Eso tarde o temprano tendrá que llevarse a una instancia judicial. También está el asunto del Marocgate, que se está investigando por un juez y por la policía belga. Se trata de un caso de corrupción en el Parlamento Europeo por parte de Marruecos para comprar voluntades a favor de la marroquinidad del Sáhara. Eso es lo inminente.

Briones considera que la solución que necesita el Sáhara es política y no humanitaria.

Briones considera que la solución que necesita el Sáhara es política y no humanitaria. / PILAR CORTES

P.: ¿Cómo influye la situación internacional en el Sáhara?

En el Sáhara confluyen múltiples factores. Hay que sacar conclusiones respecto a la invasión de Ucrania por Rusia. No se puede defender la ilegalidad de esta invasión sin referirse al mismo tiempo a la invasión marroquí del Sáhara. Por lo menos tan ilegal como la otra. En ese contexto, a la influencia de China y de Rusia en todo el continente africano, se suma el creciente protagonismo del propio continente africano que está vertebrado fundamentalmente en tres países, Argelia, Nigeria y Sudáfrica. Los tres reconocen a la república árabe saharaui. La influencia y el voto de calidad de Rusia y de China en el consejo de seguridad Naciones Unidas como miembros permanentes. Todo eso se proyecta sobre el Magreb y se admite que el Sáhara Occidental es la pieza clave que devolvería la tranquilidad, la seguridad al Magreb y la posibilidad de un comercio con casi 100 millones de personas en esa región africana. De ahí la importancia de resolver el contencioso del Sáhara. Igualmente afecta a las relaciones bilaterales entre Argelia y Marruecos suspendidas desde hace unos años, a la seguridad de Mauritania, y también a nuestro estado a través de la seguridad de las aguas de Canarias y de Ceuta y Melilla.

«Hay más de 200.000 personas viviendo como refugiados en la región más inhóspita y sin vegetación del desierto»

P.: ¿Ha podido la inmigración influir en esta postura?

R.: Hay miles de inmigrantes que llegaron a Ceuta y Melilla en 2021 y 2022. La cuestión es cómo llegan. Si se observa el mapa de Marruecos y el Sáhara se comprueba que los dos territorios están herméticamente cerrados, hay una frontera infranqueable entre Argelia y Marruecos desde 1994. El Sáhara Occidental está rodeado del muro que llamamos de la vergüenza de 2.700 kilómetros. El punto sur, el único que permanecía abierto, fue objeto de disputa hace casi tres años y motivo también de la guerra entre el Frente Polisario y Marruecos, de modo que no se puede entrar a Marruecos y al Sáhara salvo con el consentimiento de los dirigentes marroquíes. Esos inmigrantes llegan en avión, usando aerolíneas marroquíes llegan desde países subsaharianos. La última oleada en Melilla lo fue de ciudadanos sudaneses. Con unas fronteras tan herméticamente cerradas, cabría preguntarse cómo llegaron hasta allí.

«Con las fronteras herméticamente cerradas, cabría preguntarse cómo llegan a Ceuta y Melilla oleadas de inmigrantes subsaharianos»

P.: ¿Llega la suficiente ayuda humanitaria?

R.: La ayuda humanitaria es muy limitada, si nos referimos a España, unos millones de euros, pero eso, como es comprensible, para 200.000 personas es bien poco. Intentamos paliarla a través de contribuciones de particulares y de organizaciones de apoyo a la causa. Además lo que se necesita en el Sáhara es una solución política, no es una solución humanitaria. Es un conflicto de raíz política. Lo que se pretende es la independencia por ese pueblo, de manera que lo humanitario, como base para que sobreviva la población es imprescindible, pero la solución es de libre determinación, de materialización en su caso de un referéndum de lo que se quiera porque esto tiene una raíz, tiene unas causas, que es la invasión ilegal en 1975 de un país por otro. Una invasión militar. Y que eso no lo reconoce ninguna instancia internacional, porque si eso se reconociera, bueno principalmente África ardería por los cuatro costados sino se respetaran las fronteras heredadas de la colonización.

¿Obedece a este cambio de postura España que en juzgados españoles se hayan abierto causas para investigar al Frente Polisario?

Todo eso ha quedado en nada. Cualquier acción saharaui o prosaharaui cuenta con la reacción marroquí, hasta ahora de hechos falsos para aparentar en definitiva que la cuestión del Sáhara es una cuestión de opinión, que está en la misma balanza la marroquinidad del Sáhara que la independencia del Sáhara, pero los saharauis lo tienen muy claro y dicen, muy bien, que esto se ventile en un referéndum, si queremos integrarnos en Marruecos o si queremos constituir una autonomía dentro de Marruecos o si queremos ser un país libre. Que se someta. ¿Por qué tiene miedo a la democracia Marruecos y en ello el presidente del Gobierno lo ha apoyado? Porque la celebración de un referéndum conduciría a la independencia del Sáhara Occidental.