La sequía se intensifica y deja los pantanos de Alicante a un tercio de su capacidad
El abastecimiento urbano está garantizado este verano pero las primeras restricciones en los cultivos de regadío de la provincia se producirán en julio en la Vega Baja

Estado actual del pantano de La Pedrera en Orihuela a consecuencia de la sequía. / TONY SEVILLA
La sequía se intensifica, el calor aumenta y los embalses se secan. Es el agobiante trance por el que atraviesa la provincia de Alicante con unos embalses que ya se encuentran al 32% de su capacidad mientras el nivel de los caudales desciende por días. De momento solo hay una zona en prealerta, que es el Bajo Segura, y la cuenca del Júcar resiste. Pero si se cumplen los pronósticos y no llueve la situación se pondrá delicada.
En reservas de agua las comarcas alicantinas, y especialmente la Vega Baja y el Baix Vinalopó, son las que se encuentran en peor situación de toda la Comunidad Valenciana. De hecho, en la provincia de Valencia los embalses todavía mantienen el 63% de su capacidad máxima y en Castellón la cifra se sitúa en el 48%.
En su conjunto la Comunidad Valenciana cuenta con un 56% de agua embalsada. Está por encima de las Comunidades Autónomas de Andalucía (29%); Castilla-La Mancha (39%); Extremadura (51%); Murcia (27%); Aragón (55%); Cantabria (42%) y por debajo de Madrid (67%); Castilla y León (69%); Galicia (79%); Asturias (78%); País Vasco (75%) y La Rioja (73%).

Capacidad de los pantanos de España.
Las abundantes y persistentes lluvias de marzo y abril de 2022 han contribuido a que las provincias de Alicante, Valencia y Castellón puedan afrontar la actual sequía en la situación más ventajosa de toda la franja sur de la Península Ibérica. Pero las reservas son cada vez más escasas. Sobre todo en los embalses alicantinos de la cuenca del Segura que se nutren del postrasvase Tajo-Segura. Prueba de ello es que en el pantano de Crevillent hay embalsados en la actualidad 4 hm3 de un total de 13 hm3 que es su capacidad máxima mientras que en La Pedrera, que se encuentra enclavado en el término municipal de Orihuela, hay 65 hm3 de agua de un total de 246 hm3 que podría albergar.
Aunque comienza a ser también preocupante, no es tan dramático el panorama que presentan las presas de la cuenca del Júcar. Así pues Beniarrés -río Serpis- almacena 17 hm3 de los 27 hm3 de capacidad total; el Amadorio de La Vila Joiosa y Orxeta -río Amadorio- dispone de 7 hm3 de los 16 hm3 que alcanzaría su estuviera totalmente lleno y el que en mejor situación se halla de toda la provincia de Alicante es el embalse de Guadalest con 9 hm3 de los 13 hm3 que puede embalsar.

Desoladora imagen del embalse de La Pedrera. / TONY SEVILLA
Ahorro y reutilización
Con estas exiguas reservas de agua y la predicción meteorológica de ausencia de lluvias capaces de llenar los embalses alicantinos hasta, al menos septiembre u octubre, la zona sur de la provincia de Alicante sufrirá las primeras restricciones hídricas por la sequía el próximo mes de julio. Así lo prevé la Confederación Hidrográfica del Segura y así lo expuso durante la Mesa de la Sequía de la Comunidad Valenciana convocada el pasado viernes por la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica para analizar la situación con agricultores, regantes, empresarios del sector de la alimentación, los presidentes de las Confederaciones Hidrográficas del Júcar y el Segura así como los científicos de la Agencia Estatal de Meteorología y de los Centros de Estudios Ambientales del Mediterráneo y sobre Desertificación.
"Hemos hecho un gran esfuerzo inversor en los últimos años en ahorro y reutilización hídrica en la Comunidad Valenciana pero vamos a seguir avanzando en una buena gestión en cada gota de agua", señaló la consellera Isaura Navarro aludiendo a que "el cambio climático obliga a la agricultura valenciana a adaptarse a la escasez de recursos".
El cambio climático obliga a nuestra agricultura a adaptarse a una falta de lluvias cada vez mayor
De no llegar las anheladas precipitaciones en julio se activará la fase de alerta que supondrá un recorte de agua para los cultivos de regadío de la comarca de la Vega Baja. Una medida que afectará sobre todo a los cítricos y a las hortalizas de invierno -alcachofas, apio, lechugas y brocolí- que comienzan a plantarse en los meses de verano.
Pero si tampoco llueve con abundancia hasta el mes de octubre de la fase de alerta se pasará a la fase de emergencia, lo que implicará un recorte mínimo del 25% del volumen de agua destinado al riego de los cultivos.

El embalse de Guadalest es el que mantiene las mayores reservas de agua en la provincia de Alicante. / David Revenga
De toda la Comunidad Valenciana la provincia de Alicante está siendo la más afectada por la sequía. La cosecha de cereal se ha perdido en su totalidad al igual que ha ocurrido con la cereza de secano que se cultiva en La Muntanya. La falta de agua ha impedido la floración así que de este preciado fruto solo habrá cosecha esta temporada en las fincas de regadío de Villena y la Vall de Gallinera. Y a esta lista negra de pérdidas para el campo alicantino hay que añadir al almendro de la zona de Orihuela, que ya se encuentra en una situación crítica y no solo afectará a la cosecha sino también a las propias plantaciones por el estrés hídrico que está sufriendo el árbol.
Sequías como la actual, e incluso más graves, ya ha pasado la provincia a lo largo de la historia. Por ejemplo la que se produjo en la década de los 90 -el año 1994 fue el más seco- y que evidenciaron que en estos momentos no se pueden adoptar más que medidas de emergencia. "Para plantear ahora grandes soluciones con las que mitigar el déficit estructural de recursos hídricos que sufre la provincia ya llegamos tarde", ha señalado Jorge Olcina, catedrático de Análisis Geográfico Regional y director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante.

El pantano de Crevillent, uno de los más afectados por la sequía en la provincia de Alicante. / ANTONIO AMOROS
Consumo racional y responsable
"Lo que se puede y se debe hacer ahora es trasmitir un mensaje de prudencia y contención del consumo de agua en los usos urbanos y agrarios y, a partir de aquí, lo que va a ser determinante son las medidas que se vayan tomando por parte de las Confederaciones Hidrográficas, que son las responsables de poner en marcha los planes de gestión de sequía con las medidas contempladas y en función del nivel de sequía", puntualiza el experto lanzando un mensaje de tranquilidad y haciendo un llamamiento a un consumo «racional y responsable».
La temporada turística no corre ningún peligro pero hay que hacer un consumo racional y responsable
"Estamos ahora mejor que cuando nos enfrentamos a la sequía de los años 90 porque se han construido desaladoras y el abastecimiento urbano de agua está garantizado en toda la provincia con los embalses, los acuíferos y las desaladoras. Por tanto -afirma- la temporada turística no corre ningún peligro".
No obstante el sector agrícola podría sufrir restricciones y en una situación extrema será necesario activar los pozos de sequía si así lo deciden las Confederaciones.

Evolución anual del agua embalsada en la Comunidad Valenciana.
La construcción de nuevos embalses en la provincia está muy limitada porque los mejores sitios ya están ocupados. Sería una inversión excesiva y un impacto ecológico demasiado alto para el beneficio que se podría obtener. Para Olcina «con situaciones como la que vivimos ahora nos vamos a dar cuenta de que los trasvases en tiempos de sequía tienen muy poca utilidad porque no hay agua para trasvasar». En cualquier caso considera que no se pueden esperar ahora grandes obras de canales, desaladoras, ni trasvases porque no hay tiempo para desarrollarlas «y la sequía hay que solucionarla en los años de abundancia de lluvias. En momentos de sequía no caben soluciones mágicas», subraya.

El pantano de Crevillent bajo mínimos. / ANTONIO AMOROS
Cabe recordar al respecto que para la construcción de una desaladora se tarda al menos tres años y las desaladoras de la provincia todavía tienen mucho margen de producción.
Hay que preservar los acuíferos porque son nuestro recurso más valioso y asequible
Sobre esta cuestión el meteorólogo Lluís Francés ha querido poner especial atención en el agua subterránea. «Los acuíferos son uno de nuestros recursos más valiosos y asequibles». Entre las demarcaciones hidrográficas del Júcar y el Segura suman 153 masas de agua subterránea, un poco más del 30% del total de masas de agua intercomunitarias y un 20% del total de las aguas tanto intercomunitarias como intracomunitarias. «El problema que tenemos actualmente es la sobreexplotación de los pozos, tanto para regadío como para industria sin olvidarnos del consumo poblacional a puertas de la temporada alta veraniega», apunta el experto. Es ahí donde hay que incidir también para sensibilizar a la sociedad en el máximo ahorro si queremos garantizar un futuro con agua en Alicante.
Un nuevo modelo hídrico para evitar restricciones
La fase de alerta que supondrá un recorte de agua para los cultivos de regadío de la comarca de la Vega Baja se activará en julio de no llegar las anheladas lluvias. Una medida que afectará sobre todo a los cítricos y a las hortalizas de invierno -alcachofas, apio, lechugas y brocolí- que comienzan a plantarse en los meses de verano.
Pero si tampoco llueve con abundancia hasta el mes de octubre de la fase de alerta se pasará a la fase de emergencia, lo que implicará un recorte mínimo del 25% del volumen de agua destinado al riego de los cultivos.

Porcentaje de agua embalsada en las tres provincias de la Comunidad Valenciana.
De toda la Comunidad Valenciana la provincia de Alicante está siendo la más afectada por la sequía. La cosecha de cereal se ha perdido en su totalidad al igual que ha ocurrido con la cereza de secano que se cultiva en La Muntanya. La falta de agua ha impedido la floración así que de este preciado fruto solo habrá cosecha esta temporada en las fincas de regadío de Villena y la Vall de Gallinera. Y a esta lista negra de pérdidas para el campo alicantino hay que añadir al almendro de la zona de Orihuela, que ya se encuentra en una situación crítica y no solo afectará a la cosecha sino también a las propias plantaciones por el estrés hídrico que está sufriendo el árbol.
Para evitar la histórica dependencia que su sufre la provincia en materia hídrica los expertos coinciden en señalar que es necesario transformar el modelo actual. Mientras se puedan mantener los trasvases del Tajo-Segura y Júcar-Vinalopó las comarcas alicantinas dispondrán de agua pero, en este contexto de cambio climático, las lluvias van a ser cada vez más escasa en toda España y, por tanto, también lo serán los recursos a trasvasar. De ahí que se insista en mejorar el aprovechamiento integral de las aguas de las lluvias mediante su embalsamiento, de las aguas de acuíferos con un consumo racional, de las aguas superficiales donde haya ríos y de los recursos basados en la desalación y la depuración de las aguas residuales. «Pero este debate hay que sacarlo de un contexto político y centrarlo solo en su dimensión técnica para buscar soluciones a futuro que redunden en el interés general», advierte por último Jorge Olcina.
- El coronel que todos querrían tener
- Joaquín Sabina se despide de Alicante por la puerta grande
- José Hernández Mosquera: Cómo un tricornio puede ser sinónimo de cercanía y humanidad
- Sexo, basura y abandono: el parque de plaza América de Alicante, al límite
- Tensa reunión por la cremà de las barracas en Alicante: petición de las Hogueras a Barcala y duras críticas a Cutanda
- El Parque Central de Alicante 'emerge' en la agenda política
- Emergencias alerta de que la dana llegará mañana al norte de Alicante
- Educación potencia los ciclos tecnológicos y rebaja los de servicios por la empleabilidad en Alicante