Aparecen carabelas portuguesas en las costas de El Campello, La Vila y Dénia

El Instituto de Ecología Litoral confirma que el movimiento de grandes masas de agua ha atraído a estos peligrosos organismos con aspecto de medusas

Carabela portuguesa encontrada en La Mata de Torrevieja en 2020

Carabela portuguesa encontrada en La Mata de Torrevieja en 2020 / INFORMACIÓN

Juan Fernández

Juan Fernández

Las carabelas portuguesas vuelven a pasar por Alicante. Varios puntos de la costa han recibido la visita de estos ejemplares de peligrosos organismos con aspecto de medusas que se llevan avistando por la zona durante algunos años llegada la primavera. Coincidiendo con unas semanas de calor prolongado en la provincia, y con la ocupación de las playas por parte de los primeros bañistas, las carabelas portuguesas han comenzado a arribar a la orilla alicantina durante finales de abril y principios de mayo.

Juan Guillén, técnico del Instituto de Ecología Litoral, se ha mostrado paciente con este tema: "No es extraño que lleguen a nuestra orilla, no es algo que suceda todos los años pero es normal llegada esta época". Así, alude a lo que pasó hace cinco años, donde "sí que fue extraño que llegaran en el mes de julio, época en la que toda la gente estaba en la playa y fue verdaderamente peligroso".

El movimiento de grandes masas de agua ha atraído a varios ejemplares de esta especie, también conocida como fragata portuguesa o falsa medusa, que suele encontrarse a mar abierto en aguas cálidas, generalmente en regiones tropicales y subtropicales de los océanos Pacífico e Índico.

Así, se ha constatado el avistamiento de algunas carabelas portuguesas en las costas de El Campello, La Vila y Dénia. El propio Instituto de Ecología Litoral recibió la alerta ciudadana, que no se constató hasta que no les llegaron fotografías "de gente que es de confianza para el Instituto". De esta forma, con la ayuda de integrantes del cuerpo de vigilancia, ejecutivos de limpieza de los diferentes ayuntamientos y demás personas que colaboraron, el Instituto pudo dar por buena esa alerta que indicaba la presencia de estos organismos en la costa.  

"De momento no conocemos más casos, pero es fácil que se den porque esto se mueve por grandes masas de agua y, si han llegado a estos puntos, es probable que pueda afectar al resto de la costa", explica Guillén. Además, también advierte que, en calas que tienen poca renovación de agua, las carabelas portuguesas pueden quedarse ahí por más tiempo.

Operativo de salvamento SVS en 2018 en las playas de Benissa al detectar un ejemplar de carabela portuguesa

Operativo de salvamento SVS en 2018 en las playas de Benissa al detectar un ejemplar de carabela portuguesa / INFORMACIÓN

Las labores del Instituto de Ecología Litoral se han centrado en acudir a los puntos de avistamiento para comprobar la evolución de la situación. En este sentido, Juan Guillén ha indicado que han estado "durante toda la semana entre El Campello y La Vila" y, afortunadamente, han constatado que las propias corrientes de agua han alejado a las carabelas portuguesas de la orilla, retirándolas a mar abierto.

"Lo más positivo de esto es que, en tema numérico, las que más peligro tienen son las pelagias, pues llegan en bancos de miles. En cambio estas, las physalias, son muy peligrosas pero afortunadamente llegan pocas en toda la costa. El número es muy pequeño y son muy visibles puesto que tienen un flotador característico que hace que enseguida se les reconozca", comenta el técnico del Instituto.

La especie, un peligro

Las carabelas portuguesas concentran su peligrosidad en que tienen una toxina que es paralizante. En este sentido, Juan Guillén explica que es una especie que "no mata pero que, si te pilla nadando, te paraliza y te impide seguir nadando, hecho que puede provocar el ahogamiento de una persona".

Debido al riesgo que simbolizan este tipo de organismos en el mar, el técnico indica que, si se avista una carabela portuguesa, "lo primero que hay que hacer es avisar a los servicios de vigilancia de las playas, que ellos ya sabrán el protocolo a seguir en estos casos". Sin embargo, especifica que un problema en este sentido es que "ahora no están en marcha estos servicios de vigilancia hasta que no comience la época veraniega sobre junio o mediados de junio". Pese a que algunos municipios activaron estos servicios en Semana Santa, no es común que estén operativos en primavera.

Una carabela portuguesa, en el agua de Benissa, en 2018

Una carabela portuguesa, en el agua de Benissa, en 2018 / INFORMACIÓN

Si esto no fuese posible, alega, "lo mejor es llamar al 112 puesto que sí es un bicho peligroso, y especificar en la llamada que se ha vista una carabela portuguesa indicando el lugar, al igual que si se llega a producir la picadura". También comenta que es recomendable alertar a los medios que estén activos en ese momento, ya sean embarcaciones de vigilancia, policía local o incluso Guardia Civil para que estén informados y puedan tomar las medidas necesarias con respecto a la playa.

A su vez, el técnico del Instituto de Ecología Litoral especifica que, si una persona se encuentra una carabela portuguesa varada en la arena, "no la puede tocar aunque el animal esté muerto puesto que sus tentáculos segregan una toxina que, pese a que esté inerte, el mecanismo de picadura sigue latente debido a que es un factor físico". En este sentido, argumenta que es "como una especie de resorte de un muelle, si lo tocas, te pica igualmente".