¿Por qué Aemet no detectó el intenso ciclo de lluvias en la provincia de Alicante?

Las predicciones meteorológicas de finales de abril apuntaban a que la sequía se mantendría al menos hasta el próximo otoño

Las calles de Benidorm anegadas de agua por las intensas precipitaciones de la DANA.

Las calles de Benidorm anegadas de agua por las intensas precipitaciones de la DANA. / David Revenga

Pérez Gil

Pérez Gil

Las predicciones meteorológicas no fueron capaces de detectar este cambio extremo del tiempo en la provincia de Alicante ni siquiera a finales de abril, una semana antes de que el pasado 7 de mayo irrumpiera un temporal que siguió con la DANA, dando paso al actual episodio de lluvias permanentes que ha puesto fin a una sequía de cinco meses.

Las precipitaciones aumentan cada día superando hasta el momento los 70 litros por metro cuadrado en las comarcas del centro y sur de la provincia -Vega Baja, Baix Vinalopó, l'Alacantí y Alto y Medio Vinalopó- mientras que en el norte -l'Alcoià, Marina Alta, Marina Baixa y El Comtat- la cantidad está por encima de los 150 litros por metro cuadrado. Y según anuncia Jorge Olcina, catedrático de Análisis Geográfico Regional y director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante, todavía seguirá lloviendo esta semana, lo que permitirá a los agricultores ahorrar tres riegos esenciales para sus cosechas de cara al verano.

Jorge Olcina, catedrático de Análisis Geográfico Regional y director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante, ha señalado al respecto que los calentamientos súbitos de la estratosfera, como el que se ha producido en estas fechas y también a finales de febrero, provocan en estas latitudes la formación de gotas frías denominadas científicamente Depresión Atmosférica Aislada en Niveles Altos: la temida DANA.

«Realmente son fenómenos muy difíciles de predecir porque cambia el patrón de circulación de forma súbita y, al instalarse una masa de aire cálido sobre el polo norte, impulsa la masa de aire frío hacia el sur transformando el patrón durante 15 o 20 días y formando las gotas frías», explica el experto.

Los técnicos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) que participaron en la Mesa de la Sequía que el Gobierno de España celebró en Madrid, y más recientemente en la reunión convocada con el mismo fin por la Conselleria de Agricultura en València, advirtieron de que la ausencia de lluvias se mantendría durante todo el verano. De hecho, la comarca de la Vega Baja ya se encontraba en situación de prealerta y la previsión anunciada por la Confederación Hidrográfica del Segura era la de comenzar a restringir el riego de cultivos a partir del próximo mes de julio con el fin de ahorrar agua.

Afortunadamente las predicciones y mayo lleva camino de ser un mes pluviométrica excepcional, tal y como se anuncia desde el Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante.

Por sequías como la de este 2023, e incluso más graves, ya ha pasado la provincia a lo largo de la historia. Por ejemplo la de los años 90 -1994 fue el más seco de la década- que evidencian que cuando se presentan no se puede más que adoptar medidas de emergencia.

La construcción de nuevos embalses en la provincia está muy limitada porque los mejores sitios ya están ocupados. Sería una inversión excesiva y un impacto ecológico demasiado alto para el beneficio que se podría obtener. Mientras se puedan mantener los trasvases del Tajo-Segura y Júcar-Vinalopó las comarcas alicantinas dispondrán de agua pero, en este contexto de cambio climático, las lluvias van a ser cada vez más escasa en toda España y, por tanto, también lo serán los recursos a trasvasar.

De ahí que se insista en mejorar el aprovechamiento integral de las aguas de las lluvias mediante su embalsamiento, de las aguas de acuíferos con un consumo racional, de las aguas superficiales donde haya ríos y de los recursos basados en la desalación y la depuración de las aguas residuales.