El Santísima Trinidad de Alicante pasa a ser historia tras siete años de abandono

La embarcación, ubicada en el muelle 7 del puerto alicantino, será destruida después de no encontrar comprador en una subasta

Operarios comienzan a desmontar la réplica de la embarcación.

Operarios comienzan a desmontar la réplica de la embarcación. / Rafa Arjones

Alejandro J. Fuentes

Alejandro J. Fuentes

Hecha astillas, así quedará la réplica del Santísima Trinidad que en su día protagonizó la estampa del puerto alicantino, después de siete años en desuso y varios intentos fallidos de encontrarle un propietario. 

La embarcación llegó a la costa alicantina procedente de Málaga hace más de una década, funcionando como restaurante y atractivo turístico hasta octubre de 2016, cuando cerró sus puertas. La réplica emulaba al buque insignia de la Armada Española durante la segunda mitad del siglo XVIII y principios del XIX, con 63 metros de eslora y un total de 140 cañones distribuidos en cuatro alturas. Un navío que tuvo su final en la batalla de Trafalgar y que ahora tendrá una muerte mucho menos épica: el desguace.

La empresa Desguaces Braceli será la encargada de destruir la embarcación. Los trabajos han comenzado esta misma semana y, según fuentes consultadas, está previsto que se prolonguen entre uno y dos meses siempre que el proceso para desmontar los más de 2.000 metros cuadrados del Santísima Trinidad vaya de acuerdo con lo planeado.

Esta solución última se ha tomado después de varias tentativas de vender el navío. En el año 2018, la Autoridad Portuaria convocó una subasta pública para tratar de deshacerse de él, con un precio de salida de 152.000 euros. Sin embargo, esta quedó desierta, por lo que el Puerto terminó declarando la embarcación en situación de abandono.

Sin embargo, según fuentes cercanas al proceso, el problema del Santísima Trinidad no estaba tanto en su precio (que se podría amortizar en unas tres temporadas) sino en los requisitos para su reapertura. Ya que, para poder volver a utilizarlo como restaurante era imprescindible pasar una inspección en dique seco, lo que requiere remolcar la nave hasta Dénia o Cartagena, más las actuaciones requeridas tras la inspección. Un proceso inviable económicamente.

Palacio de Congresos

Desde que fracasara el intento de venta, el Santísima Trinidad se ha pasado siete años amarrado en el muelle 7 del puerto de Alicante, en la zona de Levante: junto a las instalaciones del Distrito Digital y en la zona donde está previsto que se ubique el futuro Palacio de Congresos. Un inmueble del que pronto debería darse a conocer su diseño definitivo, ya que el concurso de anteproyectos para el centro congresual se cerrará el próximo mes de julio.

A partir de ahí, las diferentes propuestas que optarán a 220.000 euros repartidos en varios premios serán analizadas por un jurado independiente de prestigio internacional con la participación de los distintos colegios profesionales implicados.

El futuro Palacio de Congresos estará dotado con un presupuesto máximo de 65 millones de euros, abarcará 26.000 metros cuadrados totales (18.000 de ellos destinados al edificio) y contará con tres auditorios para 2.000, 500 y 300 personas, además de un aparcamiento con espacio para 300 vehículos. Las futuras instalaciones también contarán con área de exposiciones, despachos, salón multiusos y sala de prensa.