La natalidad en Alicante se encamina a otro mínimo histórico tras el peor trimestre después de la pandemia

La provincia registra 3.150 alumbramientos entre enero y marzo, lo que supone un descenso del 3% sobre 2022 y de más del 6% en relación a los niveles anteriores a la crisis sanitaria - La mortalidad sí regresa a valores similares a los de antes del coronavirus

Niños de corta edad en el patio de un centro escolar de la provincia.

Niños de corta edad en el patio de un centro escolar de la provincia. / David Revenga

La natalidad se encamina en la provincia de Alicante a un nuevo mínimo histórico anual, cuando tan solo se conocen ya las cifras del primer trimestre del ejercicio. Según los datos publicados hasta la fecha por el Instituto Nacional de Estadística (INE), entre enero y marzo de este año se registraron en los municipios de la demarcación 3.150 nacimientos, casi un 3% que en el mismo periodo de 2022. El descenso en sí mismo no es muy significativo, pero estos tres primeros meses del año ofrecen los peores registros desde lo más álgido de la pandemia, y vienen a poner de manifiesto lo que ya se apuntaba a finales del ejercicio pasado: que la caída de la natalidad no era algo coyuntural.

En el arranque de este año han nacido más niños y niñas que en el de 2021, cuando se dejaron sentir con mayor intensidad los efectos de la crisis sanitaria sobre el crecimiento natural de la población; entonces se acumularon tan solo 2.989 nacimientos en tres meses en la provincia. Sin embargo, no solo hay una diferencia llamativa entre las cifras de este año y las de 2022, sino que la distancia se va haciendo más larga si se comparan los datos de 2023 con los anteriores al impacto que supuso el coronavirus. Entre enero y marzo de 2020 hubo 3.360 alumbramientos, con lo que el descenso acumulado desde entonces es del 6,25%. Y en relación a 2016 se eleva por encima del 14,5%.

Hace siete años nacieron 3.686 nuevos alicantinos y alicantinas entre enero y marzo, un número que, a tenor de la evolución de los datos, se antoja hoy por hoy difícil de volver a alcanzar. El acumulado del primer trimestre de 2023 aún supera al de lo peor de la pandemia, pero si analizamos únicamente los datos del mes de marzo, ni siquiera eso. En esos 31 días vinieron 1.022 niños y niñas en los municipios de Alicante, el dato mensual más bajo al menos desde 2016; incluso en 2021, en este mes se alcanzaron 1.094 nacimientos. En marzo de hace siete años, la cifra ascendió a 1.238; es decir, el descenso en relación a entonces es de casi un 17,5%.

Todas estas cifras apuntan en la misma dirección que las de finales de 2022, que también recogió este periódico: la pandemia de coronavirus no provocó una crisis puntual de natalidad, sino que contribuyó a agravar la que ya existía, de carácter estructural. Antes de la emergencia sanitaria desatada a partir de marzo de 2020, tener descendencia ya podía considerarse cuanto menos una gran responsabilidad para muchas personas, por los diferentes factores del contexto socioeconómico. La incertidumbre provocada por el covid, primero, y por la escalada del coste de la vida después, han dejado un panorama todavía menos halagüeño.

Envejecimiento constante

Como publicó este periódico, 2022 terminó con 13.363 nacimientos en la provincia de Alicante, la cifra más baja en 23 años y una de las más reducidas de toda la serie histórica, tan solo superada por el periodo 1994-1998. La natalidad está en una continua crisis desde 2008, tras haber remontado durante la década anterior, al tiempo que las defunciones se encuentran en un constante aumento. Este desequilibrio, como es lógico, provoca que la población se vaya haciendo progresivamente cada vez más envejecida. La pandemia agravó aún más esta cuestión, al producir un gran incremento en la mortalidad.

En estos momentos, el volumen de defunciones se ha estabilizado y ha vuelto a valores que podrían considerarse normales, tal y como reflejan los datos que va publicando de forma periódica el INE. Durante las primeras 17 semanas del año, hasta el 24 de abril, en la provincia de Alicante se han producido 6.151 fallecimientos, una cifra ligeramente inferior a los registrados a estas alturas del año pasado, que eran 6.217, y por supuesto muy por debajo de 2021, cuando la pandemia causaba verdaderos estragos: entonces, a finales de abril se acumulaban ya 7.223. Sin embargo, la mortalidad en lo que va de año supera a la de 2019: entonces, entre enero y finales de abril fallecieron 5.753 personas.

El año pasado todavía se registró una mortalidad significativa debido al covid y a las altas temperaturas que se produjeron a partir de principios de junio. Así pues, de seguir así la tendencia de 2023 es probable que este ejercicio termine con menos fallecimientos que el anterior. No obstante, ya se observa con bastante claridad que se superará la última cifra anual anterior a la pandemia, lo que pone de manifiesto que las defunciones siguen creciendo, aunque por causas meramente estructurales, al tiempo que la natalidad sigue inmersa en un retroceso cuyo final no se vislumbra. La falta de reemplazo generacional y el gran reto del envejecimiento no harán más que aumentar a corto y medio plazo.

Peor que la media nacional

El descenso de la natalidad en la provincia de Alicante en el primer trimestre del año es más acusado que el que se está produciendo en el conjunto de España, que se sitúa en un -1,71%. También es mayor que la media autonómica, que se queda en un ligero -0,37% gracias a que en la provincia de Valencia sí ha habido más nacimientos entre enero y marzo de 2023 que en el mismo periodo de 2022. Por el contrario, en Castellón han caído incluso más que en Alicante en términos porcentuales. En números absolutos, en la demarcación más septentrional de la Comunidad se han registrado en este tiempo 978 alumbramientos, menos de los que tuvieron lugar en las comarcas alicantinas solo en el mes de marzo.