El cambio climático en Alicante: temporales de lluvia entre largos periodos de sequía

Una primavera extremadamente seca ha dado paso en los últimos 20 días de mayo a la acumulación del 96% de las precipitaciones de toda la estación

Más calor de lo normal y lluvias: lo que nos espera este verano en la provincia de Alicante

EUROPA PRESS

Pérez Gil

Pérez Gil

Extremos y persistentes. Así van a ser los fenómenos meteorológicos a los que, según los expertos, se enfrentará la provincia de Alicante cada vez con más frecuencia como consecuencia del cambio climático.

Los ocho primeros meses del año hidrológico 2022-2023 están teniendo un carácter seco en la Comunidad Valenciana, la precipitación acumulada desde el 1 de octubre es de 306.4 l/m2, que es un 20 % inferior a la del promedio climático de referencia (381.9 l/m2).

Sin embargo la provincia de Alicante ha pasado de los dos meses de marzo y abril más secos desde que hay registros, al mayo más lluvioso desde 1950.

"En los últimos años se están produciendo circulaciones atmosféricas más onduladas y lentas, que dan lugar a que cuando en una zona se produce un fenómeno meteorológico determinado, como por ejemplo calor, lluvia, sequía o frío, estos sean más duraderos y extremos", explica el jefe de sección de Climatología de Aemet en la Comunidad Valenciana, José Ángel Núñez Mora, destacando la existencia de varios estudios que relacionan esta circulación más lenta y ondulada como uno de los efectos del cambio climático.

Aunque globalmente la primavera ha sido normal, ha habido gran diferencia espacial y temporal. Espacialmente, ha habido gran diferencia entre provincias, ya que mientras que en Alicante el carácter de la primavera ha sido húmedo, con un 35% de superávit pluviométrico, en Castellón la primavera ha sido seca, con un déficit del 37%, y en Valencia ha sido muy seca, con un déficit del 35%.

Temporalmente, durante casi dos meses y medio, hasta el 11 de mayo, la primavera tuvo un carácter extremadamente seco y la precipitación acumulada casi fue nula, y durante los últimos 20 días de mayo se acumuló el 96% de la precipitación de toda la primavera.

90 días sin llover

Como ocurre con la primavera, las precipitaciones del actual año hidrológico, que empezó el 1 de octubre y terminará el 30 de septiembre, han estado concentradas en tres temporales de lluvia, con largos periodos de sequía entre medias, especialmente el que transcurrió entre mitad de febrero y mitad de mayo, cuando durante 90 días de forma consecutiva la precipitación registrada fue nula o inapreciable en gran parte del territorio.

También como ocurrió en la primavera, en al año hidrológico hay gran diferencia entre unas zonas y otras. Hay zonas del norte de Valencia y sur de Castellón donde la precipitación acumulada es menos de la mitad de lo normal durante estos últimos ocho meses, mientras que las comarcas del Vinalopó y la Vega Baja presentan ligero superávit, aunque gran parte de la precipitación acumulada en estas comarcas lo ha sido durante las últimas semanas.

Extremadamente cálida

La primavera climática 2023, meses de marzo, abril y mayo, ha sido extremadamente cálida y pluviométricamente normal en la Comunidad Valenciana. La temperatura media, 15.6 °C, es 1.7 °C superior que la de la climatología de referencia (13.9 °C) y la precipitación acumulada ha sido 112.6 l/m2, que es un 22 % inferior que la del promedio climático del periodo 1991-2020 (143.9 l/m2).

En el promedio de la Comunidad Valenciana ha sido la primavera más cálida desde al menos 1950. En la serie de registros desde 1950 no hay precedentes de un trimestre primaveral tan cálido, aunque es posible que el recuerdo cercano de casi un mes con temperaturas relativamente frescas, desde el 13 de mayo, no dé la sensación de que la primavera haya sido tan cálida, pero tanto marzo como abril fueron meses extremadamente cálidos, los más cálidos de sus series.