Los sanitarios denuncian un aumento de agresiones físicas, verbales y de vejaciones

La demora en las citas y el rechazo a pedir pruebas y dar bajas laborales a la carta, entre las causas de los ataques. El Colegio de Médicos presenta 12 denuncias en el juzgado por agresiones físicas a facultativos y hay otras tantas pendientes de juicio

Personal de seguridad en un centro de salud de Alicante

Personal de seguridad en un centro de salud de Alicante / Rafa Arjones

J. Hernández

J. Hernández

Pacientes que dan portazos que hacen temblar la consulta, que no respetan el espacio del médico, que casi se tiran encima de su mesa gritando y que salen dando voces pidiendo ser recibidos por los coordinadores. Son comportamientos cada vez más frecuentes en los centros de salud de la provincia de Alicante, donde abundan comentarios del tipo "te vas a enterar" o el "nena, qué te has creído" a las doctoras y enfermeras jóvenes.

El Colegio de Médicos de Alicante ha presentado ante el juzgado ocho denuncias por agresiones físicas a médicos en 2022 y cuatro en lo que va de año, por lo que auguran que se superarán las catorce en todo el ejercicio. Así como ocho denuncias más en este 2023 por amenazas y cuatro por agresiones verbales. Hay pendientes de juicio otra docena, entre agresiones (4), atentado (7) y amenazas (2); y otras veinte por insultos, injurias, coacciones o amenazas que no han llegado al juzgado al retirarlas antes los afectados por diversos motivos.

El abogado de la entidad, Guillermo Llago, recalca que se agrede más a médicos mujeres en una proporción del 70%. "Lo que no puede ser es ir a consulta a agredir, vejar, insultar o amenazar" al profesional facultativo, que recibe asistencia jurídica gratuita del colegio desde el minuto uno. La Conselleria de Sanidad recuerda que desde hace tiempo está en vigor Plan Integral de Prevención de las Agresiones en el entorno sanitario

"Lo que no puede ser es ir a consulta a agredir, vejar, insultar o amenazar al médico, que recibe asistencia jurídica gratuita del Colegio Oficial desde el minuto uno. Y se agrede e insulta más a las médicas que a los médicos"

Guillermo Llago

— Abogado del Colegio de Médicos de Alicante

Uno de los puntos calientes de las vejaciones son los mostradores de recepción de los centros de salud, donde los insultos se oyen desde dentro de las consultas. El personal administrativo escucha comentarios del tipo "no tenéis vergüenza" o "sois unos vagos" mientras da citas, hace trámites con la tarjeta SIP y atiende el teléfono.

"Dan golpes con la tarjeta sanitaria o asoman la cabeza por la ventana gritándote. Se ponen a aplaudir cuando pasamos número y se van calentando unos a otros", explica la trabajadora de un centro de salud de Alicante que encadena bajas del personal administrativo y de celadores ante la presión del día a día.

Así funciona el botón del pánico para evitar las agresiones a los sanitarios en el C.S. de Juan XXIII

Rafa Arjones

"Dan golpes con la tarjeta sanitaria o asoman la cabeza por la ventana gritándote. Se ponen a aplaudir cuando pasamos número y se van calentando unos a otros"

Trabajadora de un centro de salud de Alicante

Las faltas de respeto y el maltrato son habituales, coinciden los trabajadores consultados. De ahí que los centros de salud de la provincia estén instalando botones del pánico que disparan alarmas, aparte del sistema que tienen ya los sanitarios en sus ordenadores para avisar a compañeros y personal de seguridad.

La profesión sanitaria es ahora mismo el sector con más absentismo laboral en España con un 10,2%, en su mayoría por estrés o ansiedad, frente a la tasa media del 6,2%, según Randstand Research. Entre las causas principales están la sobrecarga laboral y el estrés derivados de la pandemia.

Crispación

La crisis sanitaria ha traído una sobrecarga del sistema sanitario, que a la atención diaria ha de sumar todas las pruebas y tratamientos que se retrasaron por el covid-19 en un panorama de crispación en general de la ciudadanía. Los pacientes se disgustan mucho con las demoras en las citas. Es algo que les saca de sus casillas y en Atención Primaria han pasado de 2/3 días a quince. Es decir, se tarda ahora cinco veces más en ser recibido por el médico y se dan analíticas a dos semanas.

También llevan muy mal que los médicos no prescriban las recetas, analíticas o pruebas que quieren y que el profesional entiende que no son adecuadas o no necesitan en ese momento, lo que les conduce al insulto.

Pasa lo mismo con las bajas laborales improcedentes que la gente pide sin que el facultativo la considere justificada. Así lo explica Mari Ángeles Medina, presidenta de la Sociedad Valenciana de Medicina Familiar y Comunitaria, y médico de Familia.

"Después de la pandemia la salud mental está muy resquebrajada en general. La nuestra y la de los ciudadanos, todos podemos definirnos con un grado más de crispación. La demanda de atención es mayor pero no hay más recursos, todos estamos más cansados, y hay un desajuste entre las expectativas de los pacientes, las capacidades profesionales y lo que el sistema publico puede ofrecer. Pueden llegar a pensar que tenemos la capacidad de la medicina privada y no la tenemos. Tenemos otros tiempos, otros recursos pero ahora impera en la sociedad lo quiero todo y lo quiero ya, requieren un modelo de atención que no es el que estamos de facto posibilitados para ejercer".

Botón del pánico en una consulta de un centro de salud de Alicante para avisar si se siente amenazado

Botón del pánico en una consulta de un centro de salud de Alicante para avisar si se siente amenazado

Agendas abultadas

Las plantillas nunca están al 100%, explica la doctora, además con agendas medias diarias de, mínimo, 50 pacientes en este momento. Porque, aunque la Conselleria de Sanidad pactó con los sindicatos limitar las citas diarias a 35, "no se han arbitrado dispositivos" para el excedente.

"Es normal que la gente esté molesta con los retrasos. Pierden los nervios y nosotros podemos perderlos, hay que estar muy templado y equilibrado para ejercer la Medicina de Familia"

Doctora Mari Ángeles Medina

— Presidenta de la Sociedad Valenciana de Medicina Familiar

Así, cada vez es más frecuente que haya agresiones en el entorno sanitario, sobre todo verbales. "La gente está molesta con los retrasos. Pierden los nervios y nosotros podemos perderlos, hay que estar muy templado y equilibrado para ejercer la Medicina de Familia en Atención Primaria en la Comunidad Valenciana. Si no lo estamos los roces serán diarios".

Medina señala que las injerencias, insultos y amenazas están afectando a la capacidad del médico a la hora de tomar una decisión acertada sobre diagnósticos y terapias. "Necesitamos ayuda de los pacientes. Vienen con 4 y 5 motivos cuanto tenemos entre 5 y 7 minutos para atenderles. Esta dispersión de causas de consulta nos desconcentra mucho. Los pacientes son ahora altamente complejos y necesitamos tiempo y un ambiente laboral relajado para poder ejercer con responsabilidad la profesión. No se puede hacer en una situación de estrés laboral y por eso suben insultos y amenazas verbales y físicas".

"Necesitamos ayuda de los pacientes. Vienen con 4 y 5 motivos cuanto tenemos entre 5 y 7 minutos para atenderles. Esta dispersión de causas de consulta nos desconcentra mucho"

Doctora Mari Ángeles Medina

— Presidenta de la Sociedad Valenciana de Medicina Familiar

En esta situación, los médicos abundan en que quieren lo mismo que los pacientes, "recursos y tiempo porque también somos víctimas. Trabajamos bajo presión y estamos a punto de reventar emocionalmente. Hay bajas diarias y mucha tila porque Atención Primaria es la cara visible del sistema".

Los médicos temen además un verano caliente. "La gente se solivianta cuando le dicen que le atienden en 15 días y lo paga con el médico o con quien está en ventanilla. Viene relacionado con la sobrecarga asistencial, la falta de recursos y la mala planificación. En cuanto empiecen las vacaciones de verano se va a disparar. Se van a cerrar agendas porque los centros de salud no abrirán por la tarde", explica el doctor Víctor Pedrera, secretario general del Sindicato de Médicos.

Mari Cruz Torres, abogada del Sindicato Médico, aconseja denunciar también las agresiones verbales. «Hemos pasado del aplausos a la bofetada. La gente está nerviosa, irritada. El paciente le dice al médico: tengo derecho a esto, usted me ve ahora y tengo el tiempo que necesite. El sistema no funciona y lo está pagando el médico», apunta la abogada.

"Hemos pasado del aplauso a la bofetada. La gente está nerviosa, irritada. El paciente le dice al médico: tengo derecho a esto, usted me ve ahora y tengo el tiempo que necesite. El sistema no funciona y lo está pagando el médico", apunta la abogada.

Enfermería

En cuanto a la Enfermería, la Comunidad ha registrado un aumento del 25% en este tipo de acciones violentas contra sus profesionales y un 100% en ocho años.  Las agresiones de 2022 han generado la tramitación de 3 denuncias en Alicante y una de ellas ha finalizado con sentencia favorable.

Según una encuesta del Sindicato de Enfermería SATSE, ocho de cada diez enfermeras y enfermeros ha sufrido algún tipo de ataque mientras desempeñaba su labor asistencial y de cuidados en un centro sanitario o sociosanitario, de los que cerca de la mitad lo han sido hasta en cinco ocasiones. Desde empujones a retenciones involuntarias o puñetazos; amenazas, vejaciones o insultos por parte de pacientes y/o familiares.

Asimismo, el 74% de los profesionales consultados piensan que el ambiente laboral y la relación con los pacientes ha empeorado en los dos últimos años. A juicio de SATSE, todos estos datos son alarmantes y considera que las Administraciones sanitarias deberían hacer actuar de manera conjunta, coordinada y eficaz a todas las administraciones públicas y empresas sanitarias privadas, teniendo como referente una Ley estatal que luche contra esta lacra.

Administrativos

El personal que atiende en los mostradores también se siente agobiado. El sindicato CSIF ha recibido recientemente una queja del personal del centro de salud de Campoamor, en Alicante, notificando "el aumento considerable de amenazas y agresiones verbales" al personal.

"En estos últimos meses se han producido varias bajas dentro del personal de Admisión y celadores por el estrés y ansiedad ocasionada. Todo viene producido por enfrentamientos, gritos e insultos que reciben los trabajadores del centro". El sindicato pide la convocatoria del comité de seguridad y salud para abordar estos asuntos y una revisión de los sistemas de seguridad. De 15 a 17 horas el centro no tiene vigilancia y tampoco los sábados, y es cuando más episodios se producen. Los trabajadores también piden que se refuerce la plantilla de Admisión.