El Mediterráneo empieza a parecerse al Caribe, lo que no representa precisamente una buena noticia. La temperatura del mar en las playas de la provincia ha superado la media histórica en agosto (26,9 grados) durante los primeros catorce días del mes.

Un aumento generalizado de la temperatura del agua que ha venido impulsado por las recientes olas de calor y que podría traducirse, de acuerdo con la opinión de los expertos, en consecuencias a largo plazo para la fauna y flora de los ecosistemas marinos de la provincia de Alicante.

David Gras, investigador del Instituto de Ecología Litoral ha destacado que la temperatura de las aguas "tiene mucho que ver con el ciclo vital de gran parte de las especies" por lo que puede hacer que se adelante su llegada o que se produzcan más avistamientos de especies exóticas.

Sin embargo, el calor del agua no está estrictamente relacionado -señala- con la mayor aparición de medusas en las aguas, como se cree popularmente de forma errónea, sino que este fenómeno depende en realidad del viento y de las corrientes marinas.

A pesar de ello, si este calientamiento del mar no se produce de forma puntual u ocasional, sino que se convierte en un hecho habitual, Gras advierte de que "conlleva un riesgo de tropicalización de las aguas", que puede traer consigo varios efectos negativos para las especies autóctonas.

En este sentido, el investigador incide en que "el calentamiento del mar se debe a que las altas temperaturas del aire se trasladan a la capa superficial del agua" y que en circunstancias como las actuales, en las que "parece que el incremento de esta temperatura es la pauta habitual de los últimos años" aquellos animales o plantas que son sensibles a los cambios de temperatura se verán muy afectados.

Es el caso, por ejemplo, del dátil de mar. Un tipo de molusco que vive en el interior de las rocas y que, de persistir este calentamiento de las aguas, podría ver seriamente mermada su población. Además, esta temperatura anormal de las costas alicantinas también puede verse traducida en el efecto contrario: especies que no son habituales en la zona pueden aclimatarse de forma inesperada, trayendo consigo diferentes consecuencias negativas para el ecosistema.

Gras apunta que, en los últimos años, se ha visto un incremento de la "caulerpa racimosa", un vegetal marino que en un primer momento parecía perjudicial para las necesarias praderas de posidonia pero que, afortunadamente, se arraigó en la zona de una manera no invasiva.

No obstante, el investigador recuerda que "la paulatina tropicalización de las condiciones del Mediterráneo va a favorecer que otras especies encuentren las condiciones idóneas para establecerse, pudiendo afectar a los organismo autóctonos".

Las playas más calientes

Esta misma semana, la mayoría de los arenales de la provincia se han situado por encima de los 28 grados, como es el caso del Postiguet (28,2º); La Albufereta y La Almadraba (28,1º); o la playa de San Juan y la de Muchavista (28º).

En cuanto al resto del mes, la primera semana de agosto fue la que dejó las temperaturas más altas, con varios días en los que el mar se situó cerca de superar la barrera de los 30º, lo que supondría batir el máximo histórico.

Una temperatura que algunos investigadores apuntan que ya se ha rebasado en algunas zonas donde las aguas tienen poca renovación, como dársenas o puertos, pero que es muy probable que se supere también en mar abierto, algo que no ha ocurrido desde que existen registros.