La vuelta al colegio después de las largas vacaciones de verano supone el regreso a la rutina: toca madrugar y poner el despertador, ver a las amistades, divertirse en el patio, deberes, extraescolares, hacerse el remolón para ir a la cama... y en medio de todo ese maremágnum, muchas familias se encuentran con un dilema: ¿puedo dejar que mi hijos vayan solos o son muy pequeños para ir por la calle sin la supervisión de un adulto o de un adolescente?
La Academia Americana de Pediatría sitúa los 10 años como la edad recomendable, ya que los menores «pueden comenzar a aplicar todas las habilidades necesarias para navegar de forma segura en entornos de tráfico por sí solos».
En España, recuerda la Asociación Española de Pediatría, no hay ninguna ley que regule la edad a la que un niño puede ir al colegio o al instituto sin el acompañamiento de un adulto.
La organización señala la horquilla entre los 10 y los 12 años para empezar a ir solos, pero teniendo muy presentes factores como el entorno seguro, la capacidad de orientación o la madurez de los niños.
El secretario de la Sociedad Valenciana de Pediatría, Valero Sebastián Barberán, explica que a partir de los 7 años «ya tienen desarrollado el sentido de la orientación» y entre los 8 y los 10 «un comportamiento reglado y responsable».
La Asociación Española de Pediatría realiza una serie de recomendaciones a los padres y madres llegado el momento de dejar a sus hijos que vayan solos al colegio o instituto.
«Realizar con ellos el mismo trayecto varias veces, que se lo aprendan, para que se orienten», expone Sebastián Barberán, que añade que «hacer el recorrido con amigos o vecinos» es una buena opción.
Para el pediatra, la distancia y el entorno son factores que hay que tener en cuenta. «No es lo mismo alguien que viva en València o Alicante, con sus grandes avenidas y el tráfico, que quien reside en un pueblo, que hay niños que a los 7 años ya van solos por la calle», recalca.
Es el caso de Javier Hernández, que vive en Xixona y cuya hija de 10 años va sola. «Vivimos a menos de cinco minutos andando del colegio y la niña fue la que este año se empeñó en ir sola, bien es cierto que hay otro compañero de clase y van juntos», asegura.
Por su parte, Martina Pérez lleva todos los días al colegio a su hijo de 11 años y no se plantea «para nada» que pueda ir solo. «Es muy pequeño, se despista, no estaría tranquila, prefiero llevarle yo». No solo eso, es que, a un año vista de que vaya al instituto, «tengo clarísimo que le seguiré acompañando y yendo a recogerle».
El pediatra también considera que no es lo mismo un niño que una niña, ya que «ellas comienzan antes con los cambios hormonales y el periodo de madurez».
Los cursos de educación vial que se realizan en muchos colegios, con visitas incluidas a parques de tráfico municipales, en los que enseñan a los escolares las reglas mínima de tráfico o las señales, son también positivos para los niños.
El experto explica que son los padres quienes tienen que valorar el grado de madurez y la responsabilidad de los niños, pero deja claro que «por debajo de los 8 años ni pensarlo» que vayan solos.