El trasvase Júcar-Vinalopó todavía tiene pendientes en la provincia de Alicante inversiones superiores a los 120 millones de euros. Unas actuaciones necesarias para hacer llegar los recursos hídricos a las áreas que las necesitan y que corresponden tanto al Gobierno Central como a la Generalitat Valenciana. Algunas ya están en marcha y otras permanecen aún en un limbo en el que todavía no hay fechas claras.
El Consejo de Ministros aprobó este lunes el convenio Júcar-Vinalopó, después de que hubiera sido respaldado por Acuamed y por la Junta Central de Usuarios del Vinalopó, l’Alacantí y el Consorcio de Aguas de la Marina Baixa. Un convenio con una vigecia de diez años que permitirá al Vinalopó recibir 278 hectómetros cúbicos de agua para el riego a un precio de 24 céntimos el metro cúbico de agua. La firma del documento puede ser cuestión de dos semanas. Pero desde los regantes se advertía de que la mera aprobación del convenio no bastaba. Era tan sólo un paso más en el camino, para el que es necesario que se acometan las infraestructuras pendientes. El presidente de la Junta Central de Usuarios, Ángel Urbina, aseguró que el objetivo final es acabar con la sobreexplotación de los acuíferos. «Cada litro de agua que llegue, es un litro de agua que no vamos a tener que sacar de los acuíferos», ha insistido.
Entre las actuaciones que ahora se deben acometer está la rehabilitación de la balsa de San Diego; así como las obras de los ramales de la margen izquierda del Vinalopó y duplicar la capacidad de la tubería.
Al Gobierno Central le correspondería la reparación del embalse de San Diego, una fallida infraestructura para la que se llegaron a invertir más de cuarenta millones, pero las fugas de agua impidieron que llegara a utilizarse. La instalación tiene capacidad para veinte hectómetros cúbicos y sería el lugar donde tener almacenada el agua de reserva. Desde la Junta de Usuarios se estima que serían necesarios de más de veinte millones de euros. En su día se intentaron meter varias enmiendas en los Presupuestos Generales del Estado destinados a reparar estos defectos, con la previsión de exigir responsabilidades una vez subsanadas, pero estas actuaciones permanecen en un limbo. En la actualidad, se tuvieron que hacer depósitos de arena para poder llevar agua a esta instalación. El uso de esta gran balsa hoy inutilizada y parcheada sería a juicio de Urbina lo que garantizaría los precios actualmente fijados en este convenio una vez completada la instalación de placas solares para abastecer los sistemas de impulsión del agua. Los precios era el principal punto de oposición entre las tres partes implicadas, ya que los costes del transporte eran inasumibles.
Conducciones
La mayor parte de las inversiones que quedan pendientes son para la red de conducciones para el transporte del agua y que asciende a más de 96 millones de euros. Hace dos años, entre septiembre y diciembre de 2021, se invirtieron 6,5 millones de euros para acometer os tramos de los ramales de la margen derecha; mientras que para la margen izquierda se completó en octubre de 2020 otras inversión de 3,6 millones en el llamado Tramo O. Aun serían necesarios, un total de 9,6 y 22,6 millones para los llamados Tramos 1 y 2 de las obras postrasvase y que se encuentran en fase de estudio; mientras que el tercer tramo, en el ramal de Agost. está en fase de licitación con un presupuesto de 4,5 millones. Faltaría dentro de las conducciones generales las obras para el desdoblamiento de la tubería por un importe de treinta millones de euros, cuyo proyecto está pendiente de redacción. También está en estudio otro proyecto para la conexión al postrasvase de las entidades de riego de Pinoso y Monóvar.
Todas estas infraestructuras previstas para contemplar el postrasvase es para la junta un "bloque capital y necesario para la consecución de los objetivos ambientales establecidos en la Planificación Hidrológica", el Plan Hidrológico de la cuenca hidrográfica del Júcar, para las masas de agua subterráneas en mal estado cuantitativo (sobreexplotadas). En esta previsión de infraestructuras redactadas por los regantes, no se contemplan otras obras para maximizar la sustitución de recursos subterráneos en masas de agua sobreexplotadas por los superficiales del Júcar en usuarios y entidades actualmente no conectados. Del mismo modo, por tratarse de obras que afectan a la Comunidad de Murcia, no figuran otras obras necesarias para lograr los objetivos ambientales en masas de agua subterránea en mal estado cuantitativo compartidas entre la demarcación del Júcar y la demarcación del Segura.
Asimismo hay todo un bloque de inversiones pendientes para otras actuaciones complementarias que van desde la reparación o acondicionamiento de embalses y para la que serían necesarias inversiones de 22,3 millones de euros. Desde los regantes se matiza que se trataría de actuaciones que mejorarían la calidad, regulación y explotación de los recursos; aunque no serían tan imprescindibles y necesarias como las conducciones para el agua. Algunos están en estudio, como la rehabilitación del balsa del Rollo en Aspe, la de Caseta Mira en Agost, la de San Pascual en Monforte del Cid y la del Montagut I en Novelda; o bien se trata de proyectos pendientes de informes por parte la oficina supervisora, como es el caso de la balsa del Colorao en Hondón de los Frailes o la de la Boquera en Hondón de las Nieves.
Asimismo estarían pendientes también conducciones al embalse de Los Suizos; así como las comprendidas entre San Cristóbal y La Cuesta; y el anillo de Villena y su derivación a Morrón. Por último, está en estudio la construcción de una nueva balsa en Cabezo de la Segundina en Villena.
Sobreexplotación
Según los datos de la Junta Central de Usuarios del Vinalopó, se cuentan con recursos de 48 hectómetros cúbicos, mientras que la demanda es de 113. Los derechos son 193 hectómetros cúbicos al año. Esto arroja una situacion de déficit, tanto en los (65 hm) como en los derechos (145hm). Las profundidades de extracción de los acuíferos subterráneo han estado cayendo año tras año, hasta hacer prácticamente insostenible el tener que hacer uso de estos recursos. Los datos señalan que hay unas zonas mucho más sobreeexplotadas que otras y son estas aportaciones de recursos externos los que están haciendo que se continúe con el suministro.
Puntualmente la cuenca del Vinalopó ha venido recibiendo aportes de emergencia desde el Júcar para garantizar el riego. La gran novedad de este convenio es que por primera vez se regularizan los envíos mínimos que se van a recibir durante los próximos diez años. El trasvase supone según este convenio 34 hectómetros cúbicos anuales a partir del cuarto año, aunque inicialmente se habían barajado hasta ochenta. La ejecución de estos trabajos permitirá ir aumentando estas cantidades. Para los regantes, la firma de este convenio se trata de una decisión histórica, ya que desde hace más de 600 años, ya que se reivindicaba desde el Concejo de Elche desde al menos el 27 de mayo de 1420.