Málaga ha sido la última ciudad en impulsar cambios normativos para intentar poner coto a las despedidas de soltero. Pero antes ha habido otras, las más adelantadas, y todo apunta que después habrá más, tal y como han anunciado gobiernos de municipios como Granada, Sevilla o València. Entre ellas no figura, al menos todavía Alicante, aunque el gobierno municipal observa de cerca lo que están haciendo localidades con las que guarda importantes semejanzas, sobre todo en cuestiones turísticas. «La nueva ordenanza del ruido, aún pendiente de aprobación, se ocupa en su artículo 49 de forma genérica de este tipo de situaciones provocadas por las despedidas de soltero/a, que también se contemplan en las vigentes normativas sobre convivencia y ruido en lo tocante a la prohibición con carácter general de conductas y celebraciones que produzcan molestias», explican desde el ejecutivo liderado por Luis Barcala, en alusión a una norma que aprobó el Pleno municipal en abril y que sigue pendiente de su visto bueno definitivo.
En el apartado sobre «comportamientos ciudadanos en el medio ambiente exterior» de ese documento se subraya que el comportamiento de los ciudadanos en el medio ambiente exterior deberá mantenerse dentro de los límites de la buena convivencia ciudadana, sin que se produzcan ruidos que perturben el descanso y la tranquilidad de los vecinos y viandantes o impidan el normal desenvolvimiento de las actividades propias del local receptor, quedando prohibido gritar o vociferar, utilizar aparatos de reproducción sonora sin el uso de auriculares y funcionando a elevado volumen y el empleo en espacios públicos de todo dispositivo sonoro con fines de propaganda, reclamo, aviso, distracción y análogos, cuyas condiciones de funcionamiento produzcan molestias.
Esta redacción queda lejos de las impulsadas por aquellos municipios que están luchando contra la proliferación de despedidas descontroladas. En Málaga, en la aprobada modificación de la Ordenanza para la Garantía de la Convivencia Ciudadana y Protección del Espacio Urbano se prohíbe expresamente, «transitar o permanecer en la vía o espacios públicos sin ropa o únicamente en ropa interior; con ropa o complementos que representen los genitales del ser humano; y con muñecos/as o elementos de carácter sexual». Este cambio que incluye multas de hasta 750 euros se justifica, según el gobierno de Francisco de la Torre (PP), en «la proliferación de conductas ligadas en su mayoría con celebraciones privadas, como es el caso de las despedidas de soltero y soltera con la utilización exclusiva de ropa interior o de contenido erótico en los espacios públicos».
Ante estos cambios normativos en ciudades similares que van enfocados en las despedidas de soltero, el gobierno de Alicante dice estar observante ante los acontecimientos. «Como quiera que estas situaciones son muy concretas y específicas, el Ayuntamiento de Alicante está pendiente de las nuevas regulaciones que impulsan otros consistorios para, en su caso, incorporarlas a la nueva ordenanza que se está ultimando», añaden desde el ejecutivo local de Barcala.
Desde la oposición piden acción. «La clave está en que la administración local actúe para regular este tipo de celebraciones antes de que la situación se vuelva más complicada», señalan desde el grupo municipal socialista, donde proponen «impulsar un proceso de participación para que los hosteleros, hoteleros, el comercio, agrupaciones vecinales y cualquier otro sector que pueda resultar afectado pueda exponer su opinión, de forma que se actúe con el mayor consenso posible». «Alicante cuenta con innumerables atractivos para atraer turismo de calidad. Estamos en contra de los comportamientos y conductas que puedan resultar molestas o indecorosas, como la utilización de megáfonos o transitar por la vía pública con elementos como muñecas y muñecos de carácter sexual», subraya la portavoz adjunta, Trini Amorós.
En Compromís, por su parte, abogan por «primar el bienestar, el descanso y la salud de la ciudadanía alicantina». «Apostamos por un modelo de ciudad amable, donde se pueda pasear, acudir a hacer gestiones o ir a comprar con el menor número de molestias», señala el grupo liderado por Rafa Mas, quien considera que «las actitudes incívicas o ruidosas no tienen cabida en un modelo de ciudad abierta como es Alicante».
Desde EU-Podemos, por su parte, afirman «que la administración municipal debe preservar el espacio público como un lugar de encuentro, convivencia y civismo». «Durante la última década se ha institucionalizado en el centro de la ciudad de Alicante un modelo de ocio caracterizado por el consumo de alcohol en la vía pública, el ruido y la ocupación del espacio público por veladores», defiende el concejal, Manolo Copé, quien apuesta por «un protocolo sancionador real y efectivo».
En el sector turístico alicantino hay disparidad de opiniones. La presidenta de los hosteleros, Mar Valera, aboga por endurecer la normativa vigente. «Hay a gente que le viene muy bien y a otros a los que no nos gusta porque se arma mucho escándalo. Esa gente molesta al resto de comensales, por lo que creo que debería estar regulado. Una cosa es una despedida normal y otra con megáfonos o disfraces», defiende Valera.
Por su parte, el presidente de la asociación de hoteleros, Luis Castillo, apuesta por hacer cumplir las normas actuales. «No creo que debamos ponernos exquisitos a la hora de seleccionar al huésped. No hace falta crear más ordenanzas, bastaría con cumplir la actual norma, tanto sean despedidas de soltero como cualquier otra actividad», añade Castillo.
Contrario a la regulación se muestran en la asociación de locales de ocio nocturno. «No veo ningún sentido regular las ordenanzas para las despedidas, ya hay ordenanzas donde se contemplan actitudes que se pretenden evitar. Por ejemplo, en Alicante ya no se puede ir desnudo de cintura para arriba. Además, el número de despedidas en Alicante va disminuyendo progresivamente, el tiempo hará que sea un fenómeno temporal», afirma Francisco Javier Galdeano.
Mirada al sur
Ya en un proceso mucho más avanzado que la actitud observadora de Alicante, con la decisión tomada de reforzar normativas para controlar las despedidas de solteros, se encuentran municipios como Sevilla o Granada. La ciudad nazarí, gobernada por Marifrán Carazo (PP), inició este pasado verano el procedimiento para modificar su ordenanza de convivencia con el objetivo de atajar las problemáticas de las despedidas de soltero y, entre otras cuestiones, prohibirá comportamientos «inadecuados» y «perturbadores» como transitar por espacios públicos sin ropa, llevar disfraces con contenido xenófobo, racista u homófobo y el uso de aparatos de amplificación de sonido o imagen sin autorización».
Siguiendo esa línea, el gobierno de la capital andaluza anunció esta semana que antes de que finalice el año tendrá listo el borrador de la ordenanza que regulará las despedidas de solteros en la ciudad. En concreto, será una modificación de la ordenanza de seguridad ciudadana. «Cualquiera puede celebrar su despedida de soltero en Sevilla. Lo que no vemos con buenos ojos son esos grupos de gente disfrazada de lo que sea, con la charanga detrás, molestando a los muchos vecinos de Sevilla que también tienen derecho a disfrutar de su ciudad», aseguró el alcalde, José Luis Sanz (PP).
También desde València han mostrado su intención de luchar contra las despedidas de soltero sin control. El Ayuntamiento de València anunció esta semana que trabaja para adaptar a su normativa medidas aprobadas por el consistorio de Málaga en favor de la convivencia vecinal. «Conocemos la ordenanza que se ha aprobado en Málaga y el Ayuntamiento de València ya está trabajando y estudiando la actualización de su ordenanza para adaptarla y mejorar la convivencia entre vecinos. La ordenanza que se ha aprobado en Málaga nos parece una buena ordenanza y, por tanto, vamos a trabajar con Málaga para poder adoptar las medidas positivas que hay en ella y adaptarlas a la ordenanza municipal de València», señaló el portavoz del ejecutivo del Cap i Casal liderado por María José Catalá (PP).
El paso normativo que están dando, o quieren dar, grandes ciudades ya está en vigor, y hace años, en municipios, en los que también tiene mucho peso el turismo, como Mojácar, que en su día dijo ser el pionera, coincidiendo en los tiempos con Tossa de Mar (Girona). En la localidad andaluza, en 2016, se aprobó una ordenanza para poner límites a «actitudes» y «vestimentas» que sean «disonantes» con la imagen del municipio, con multas de entre 100 y 1.000 euros a quienes celebren sus despedidas de soltero mostrando actitudes «indecorosas» con «muñecas hinchables» u otros elementos «obscenos».