Las obras del centro de Alicante amplían las aceras... para los coches

Multitud de vehículos ocupan el espacio peatonal del eje Marvá-Soto-Gadea debido a que las zonas de paseo se encuentran al mismo nivel que la calzada y estacionan sobre las jardineras dañando la vegetación

Un vehículo de reparto sobre las aceras del paseo.

Un vehículo de reparto sobre las aceras del paseo. / Héctor Fuentes

Alejandro J. Fuentes

Alejandro J. Fuentes

El eje conformado por las avenidas de Doctor Gadea, Federico Soto y General Marvá ha ganado espacio peatonal después de las recientes obras de reurbanización. Sin embargo, que los trabajos de ampliación de aceras hayan eliminado plazas de aparcamiento no se ha traducido en que los conductores dejen de aparcar donde lo hacían hasta escasos meses.

Multitud de vehículos, particulares y de reparto, "invaden" de forma habitual las nuevas aceras, aprovechando que estas se encuentran al mismo nivel que la calzada. De este modo, es habitual ver hileras de vehículos sobre los nuevos espacios peatonales.

Una costumbre, la de los conductores, que no solo reduce el área disponible para el paseo, sino que también está afectando a la vegetación de la zona. Las nuevas aceras incluyen parterres en los que se han colocado diferentes variedades de arbustos jóvenes, especies que todavía se encuentran en fase de crecimiento y que son constantemente chafadas por quienes optan por seguir aparcando donde ya no está permitido.

Como resultado, pese a que el eje se reabrió por completo al tráfico hace solo dos meses, buena parte de las jardineras ya presentan plántulas aplastadas y huellas de neumáticos que arrastran el sustrato fuera de los espacios vegetales.

Carril bici

No solo las zonas peatonales y de vegetación se están viendo afectadas por los conductores, también el nuevo carril bici que recorre todo el eje de forma paralela a la calzada.

Pese a que las infraestructuras ciclistas sí cuentan con un ligero bordillo de separación, los espacios son habitualmente invadidos por diferentes vehículos, lo que genera un doble problema: más daños a las especies vegetales y una reducción considerable del espacio destinado a las bicicletas, que los usuarios de este medio de transporte ya consideraban demasiado limitado, como denunciaron en este diario.

La falta de espacio, agravada por el aparcamiento irregular, se suma a otros conflictos existentes con los carriles bici como los giros demasiado cerrados, las zonas donde coinciden con cruces peatonales o las zonas donde se inundan por los aspersores.

Bolardos insuficientes

Para evitar esta incívica práctica, se han instalado diferentes "bolardos" en forma de cubo en algunas de las intersecciones del eje, como las de la avenida de Maisonnave con la plaza de Calvo Sotelo.

Estos elementos, según el proyecto para la remodelación el vial, son en realidad bancos individuales de granito que, sin embargo, no se encuentran ubicados en el punto original que contemplaban los mapas de planificación de las obras, sino que se han aprovechado para que cumplan también una función disuasoria para los conductores.

Los bancos que funcionan como bolardos en la esquina de Maisonnave con la plaza de Calvo Sotelo.

Los bancos que funcionan como bolardos en la esquina de Maisonnave con la plaza de Calvo Sotelo. / Héctor Fuentes

A pesar de su instalación, los puntos donde las aceras y la calzada se encuentran al mismo nivel son demasiado frecuentes y los espacios peatonales acaban siendo ocupados por "intrusos" de dos y cuatro ruedas, el efecto contrario al que se buscaba con la ampliación de estos itinerarios.

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