Así serán los próximos 10 años en Alicante: 20 días más de olas de calor, 2 grados más de media y noches ecuatoriales
Un estudio alerta del incremento de los episodios extremos en la provincia entre 2025 y 2034, incluidas lluvias torrenciales, y su impacto en el sector turístico
Urge a tomar medidas para adaptarse, abriéndose además otras oportunidades al extenderse la temporada alta a primavera y otoño

Las olas de calor mortales pasarán de ser extrañas a normales / Vídeo: Europa Press / Foto: Áxel Álvarez
Los veranos del futuro ya están aquí. Y van a ser cada vez más intensos. Más días de olas de calor, mayor temperatura media y noches más tórridas, lo que se traduce en una pérdida de confort térmico que va a afectar al sector turístico. La alarma climática está servida, en especial en el mediterráneo español, cuya agricultura, flora y fauna están sufriendo ya con dureza sus efectos. Y este verano la previsión es que vuelva a ser de los más calurosos de la historia, como los de 2022 y 2023.
Por ello, la adaptación a una realidad que ya estamos viviendo con una sequía pertinaz en la provincia de Alicante, un aumento constante del mercurio y noches en vela en verano va a ser clave para limitar su impacto en el sol y playa, abriéndose además otras oportunidades, ya que la temporada alta se extenderá a largo plazo a la primavera y el otoño.
Los fenómenos extremos que venimos sufriendo los últimos años se van a agravar por el cambio climático. En la próxima década se estima que la temperatura media subirá hasta 2 grados, los días de olas de calor se incrementarán en 20 días más, y los episodios de lluvias serán con más frecuencia de forma torrencial. A pesar de ello, se agravará la sequía en términos generales, aunque el episodio que está sufriendo la provincia en este año hidrológico es extraordinario y no tiene precedentes, con precipitaciones un 80% por debajo de lo normal desde el 1 de octubre.
Para estas estimaciones se ha utilizado un conjunto de cuatro modelos de sistemas climáticos regionales (RCSM) acoplados océano-atmósfera, con datos proporcionados por cuatro institutos de investigación diferentes que participan en el programa Med-Cordex.
Estas son las conclusiones de un estudio en el que han participado el Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM) y el Laboratorio de Climatología de la UA, dentro del proyecto Ecoazul-med que lleva a cabo la consultora internacional Kveloce y que financia el Ministerio de Ciencia e Innovación y la UE a través de los Fondos Next Generation.
El programa Ecoazul-med ha permitido crear una app para vigilar los efectos del cambio climático en el Mediterráneo. Y por primera vez en base a esta herramienta, y con la colaboración de distintas entidades, se ha publicado hace unas semanas una investigación pionera que pone negro sobre blanco el cambio va a sufrir el área mediterránea española entre 2025 y 2034, y entre 2055 y 2064.

Los días de olas de calor se prevé que aumenten tanto en primavera -izquierda-, verano -centro- y otoño -derecha-. En la primera fila, se refleja el histórico de días de olas de calor en 1976 y 2005 con diferentes tonos. Y en la segunda, la proyección de incremento de días de ola de calor entre 2025 y 2034, donde se observa en la provincia 5 días más en primavera, 10 más en verano, y entre 5 y 10 en otoño. / ECOAZUL-MED
Las noches
Además de estos datos, desde el Laboratorio de Climatología de la UA han explicado que las noches serán en los próximos años aún más tórridas. Este aspecto no se incluye en este estudio, pero el catedrático de Análisis Geográfico Regional y director del Laboratorio, Jorge Olcina, que ha colaborado en el proyecto Ecoazul-med, ha explicado que se ha tocado techo a medio plazo con las 90 noches tropicales que por ejemplo padeció en 2023 Alicante, pero estas van a ser más calurosas aún.
Van a pasar muchas de tropicales (el termómetro no baja de 20 grados) a ecuatoriales (25 o más). Cada vez va a ser más difícil conciliar el sueño, y eso que ya el verano es prácticamente tres meses de noches tropicales en una costa cada vez más caribeña, con un mar que llega a alcanzar en agosto los 30 grados.
Olcina ha señalado que "el proyecto Ecoazul-med refleja que hasta 2050 el número de noches tropicales no aumenta de forma significativa en escenarios de emisión moderados. Como mucho 100 noches a mediados de siglo. Pero los modelos de Adapteca, que no tienen que ver con este proyecto, para 2100 hablan de 120-150 días al año como mínimo de noches tropicales en el litoral mediterráneo a finales de este siglo".
Así, el experto en climatología ha destacado que "lo importante no es el número sino la importancia cualitativa de mantener tres o tres meses y medio el termómetro por encima de 20 grados. Y lo peor ahora es el aumento de las noches ecuatoriales, porque estas sí que son causa de agravamiento de enfermedades respiratorias o cardiacas previas".
Así, Olcina recuerda que en 2023 Alicante ya sufrió 20 noches ecuatoriales, de las cerca de 90 que se registraron en las que no bajó el mercurio de 20 grados. "Y las proyecciones hablan de hasta 50 noches en 2040. Es decir, de las 100 noches tropicales de media que podemos registrar en 2040, la mitad serían ecuatoriales, por encima de 25 grados. Aquí está el problema mayor".
El estudio
En cuanto al estudio impulsado dentro del proyecto Ecoazul-med, bajo el título "Impactos del cambio climático en el sector turístico de la costa mediterránea española: proyecciones a medio plazo para una herramienta de servicios climáticos", en sus conclusiones desgrana las consecuencias del calentamiento global en zonas como Alicante. Y urge a las administraciones y al sector turístico a tomar medidas para mitigar su impacto.

La playa del Postiguet llena de bañistas en las vacaciones de Semana Santa / RAFA ARJONES
Así, "en las próximas décadas el malestar térmico aumentará en verano dado el aumento generalizado proyectado de la temperatura máxima del aire a 2 metros". Se trata de un aumento medio de verano entre 1 y 2°C para 2025-2034. Y en 2055-2064, el aumento alcanza hasta 3-4°C.
De forma paralela, "el número de días con olas de calor aumentará en todas las estaciones estudiadas en el futuro. En verano, independientemente del escenario elegido, el aumento puede alcanzar hasta 15-20 días en la década 2025-2034. En el más largo plazo (2055-2064), el aumento en el número de días con condiciones de ola de calor puede llegar hasta 40 días o más, lo que podría convertirse en la nueva normalidad. Deben implementarse urgentemente medidas de adaptación para garantizar el desarrollo sostenible del sector" turístico.
Más sequía
En cuanto a las lluvias, que siguen sin llegar este año a la provincia, "en 2025-2034 la precipitación experimenta pequeños cambios respecto al control -el histórico de lluvias-. Ambos escenarios proyectan condiciones más secas independientemente de la temporada (...). Esta disminución de las precipitaciones estivales se intensificará en las próximas décadas. Una adecuada gestión de los recursos hídricos es crucial, especialmente en verano, cuando actualmente los municipios costeros tienen una mayor afluencia de turistas".
Eso sí, el "tanto por ciento de días con precipitaciones elevadas en 2025-2034 experimentará un aumento generalizado que varía entre el 2 y el 4% por temporada independientemente del escenario. Aunque la precipitación media se mantiene similar a la del período de control, o se reduce ligeramente, aumenta la frecuencia de días con fuertes precipitaciones. Esto agrava la situación actual y hará necesario mejorar los sistemas de alerta temprana. Estos deberían adaptarse a las necesidades del sector turístico y ofrecer información monitoreada continuamente para reducir la exposición a fuertes precipitaciones".
Cambio de calendario turístico
Por todo ello concluye que "en base a nuestros resultados, proponemos un cambio de calendario turístico en el litoral mediterráneo español. Esto implicaría la extensión de la temporada alta de verano hacia abril-mayo, septiembre-octubre, el mantenimiento del feriado de Semana Santa y el potencial establecimiento de una temporada turística de invierno por condiciones anticiclónicas".
"Estos cambios se relacionan con el aumento de temperatura tanto del aire como del agua del mar. En la cuenca mediterránea, el calentamiento de las aguas marinas condiciona el funcionamiento de las temperaturas (pérdida de confort térmico) y de las precipitaciones (más días con fuertes precipitaciones)".
Recomendaciones de adaptación
El estudio señala que "tradicionalmente, el final de la temporada turística de verano estaba marcado, en términos de percepción social, con la posibilidad de fuertes lluvias a partir de septiembre. A medio plazo conviene planificar cambios en el calendario turístico porque suponen transformaciones en la oferta y en el calendario vacacional laboral, actualmente centrado en julio y agosto y, en menor medida, en las vacaciones de Semana Santa".
Y apunta que "nuestros resultados muestran que el verano se está extendiendo hacia las estaciones adyacentes. Las proyecciones indican un aumento de la temperatura y de la frecuencia de las olas de calor. El confort térmico tiende a empeorar en verano, mientras que mejora hacia las estaciones adyacentes". Y es que el cambio de temperatura durante los meses de abril-mayo y septiembre-octubre permitirá disfrutar de la playa con mayor regularidad, favoreciendo la extensión de la temporada turística.
Por ello "la pérdida de confort térmico en verano obliga al desarrollo de acciones de adaptación para minimizar los efectos del aumento de calor. Podríamos decir que la nueva realidad climática que ya se vive y las proyecciones climáticas para las próximas décadas favorecen la extensión de la temporada alta" a primavera y otoño.

La temperatura seguirá subiendo en la provincia en los próximos 10 años / RAFA ARJONES
Eso sí, advierte que "se debe tener cuidado con las fuertes precipitaciones, que se prevé que aumenten en todas las estaciones lo que, a su vez, plantea la necesidad de implementar acciones de adaptación en los destinos turísticos para minimizar sus posibles impactos negativos".
Transformaciones
Los investigadores advierten que "el turismo costero en la región afrontará en los próximos años transformaciones para adaptarse al cambio climático. Mientras que las medidas de adaptación tradicionales (es decir, sin escenario de cambio climático) incluían básicamente acciones orientadas al ahorro de agua y energía y aire acondicionado en hoteles y apartamentos turísticos, recientemente se han desarrollado más acciones de adaptación en destinos turísticos a lo largo de varias líneas estratégicas, por ejemplo, planificación espacial en destinos turísticos, edificaciones, cambios normativos, de calendario y seguimiento".
El estudio recuerda que "las medidas de adaptación comenzaron a implementarse a finales del siglo pasado, cuando comenzaba a manifestarse el aumento de las temperaturas debido al actual proceso de calentamiento y se habían sufrido los efectos de una importante sequía ocurrida en España en la primera mitad de los años 1990. En el contexto actual de cambio climático y su proyección a medio plazo, se deben desarrollar rápidamente medidas de adaptación eficientes".

Un termómetro en Benidorm durante el verano de 2022 / DAVID REVENGA
"De hecho, ya se han iniciado planes y actuaciones de adaptación en municipios y comarcas del litoral mediterráneo español. Por ejemplo, en varios municipios se están desarrollando planes de movilidad sostenible y acciones para implementar parques solares para abastecer edificios e instalaciones públicas".
Así, "se están implementando sistemas de drenaje sostenible para adaptar el alcantarillado urbano a precipitaciones intensas, que nuestros resultados proyectan que aumentarán en frecuencia. Asimismo, existen numerosas iniciativas para promover el ahorro de agua en destinos turísticos de toda la costa mediterránea".
El ejemplo de Benidorm
"En la actualidad, y en los próximos años, los gobiernos regionales y locales jugarán un papel clave en la aprobación de leyes de cambio climático (escala estatal y regional), lo cual es esencial para el desarrollo de actividades de mitigación y adaptación en el sector turístico. Asimismo, se han desarrollado informes sobre el estado del cambio climático y sus efectos en los sectores económicos (Cataluña) y los planes de adaptación (Cataluña, Baleares, Comunidad Valenciana, Murcia, Andalucía)".
Así, destaca que "en la Comunidad Valenciana se ha elaborado una guía para la adaptación de los destinos turísticos al cambio climático, con recomendaciones específicas a escala local. En este sentido, el municipio de Benidorm es el primer gran destino turístico del Mediterráneo español que ha aprobado un plan de adaptación al cambio climático con ochenta medidas concretas a implementar en actividades e instalaciones turísticas en los próximos años. Asimismo, se han implantado sistemas de monitorización de CO2 , en cumplimiento de esta normativa".
Acciones
Las acciones que recoge el estudio que se están adoptando en diferentes zonas para mitigar los efectos del calentamiento global afectan por una parte a la ordenación espacial en destinos turísticos, buscando un urbanismo sostenible a través de la "infraestructura verde”, movilidad sostenible...; planes de adaptación al cambio climático con medidas de ordenación del territorio; más zonas verdes urbanas; y fuentes en parques y jardines.
En edificio se está profundizando en la climatización y eficiencia energética, así como en medidas de ahorro de agua.
En el ámbito normativo, se están aprobando leyes de cambio climático y transición energética; y desarrollo de planes de adaptación al cambio climático (escala regional y local); cambios de calendario.
Del mismo modo se está llevando a cabo actuaciones de promoción turística en temporadas no estivales, así como la adaptación al cambio climático y sello de calidad turística, así como un seguimiento de la huella de carbono y huella hídrica, e indicadores de sostenibilidad turística municipal.
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