Expertos abogan por usar Chat GPT en las aulas para razonar y no para copiar

Catedráticos de la UA comparan la inteligencia artificial con la calculadora y piden que se enseñe a usarse como herramienta de ayuda

Alumnos en una clase de Alicante

Alumnos en una clase de Alicante / ANTONIO AMORÓS

A. Fajardo

A. Fajardo

«El alumnado no puede crecer pensando que la inteligencia artificial (IA) lo puede solucionar todo y ya». Con esta frase la presidenta de la Asociación de Directores de los colegios públicos de la Comunidad Valenciana, Isabel Moreno, resumió a finales del pasado curso una de las mayores preocupaciones que tienen los docentes por la llegada de esta tecnología a los centros educativos. La voz de los centros de Infantil y Primaria reconocía el reto de ser capaces de que la IA enriquezca el proceso de enseñanza y aprendizaje, pero que no se lo cargue y urgía la necesidad de formación. 

Frente a esta inquietud o alarma en las aulas, expertos como los catedráticos Tecnología Educativa y en Inteligencia Artificial, Rosabel Roig Vila y Miguel Ángel Cazorla, apelan a la necesidad de utilizar esta tecnología para desarrollar un pensamiento crítico, en lugar de utilizar la inteligencia artificial para copiar. 

Los especialistas que están desarrollando en la Universidad de Alicante (UA) un proyecto, precisamente, para medir con IA la atención del alumnado mientras está en una clase, abogan por que el profesorado pida a sus alumnos que utilicen la tecnología como herramienta de ayuda y comparan el Chat GPT (la aplicación de chatbot de inteligencia artificial que responde a casi todo lo que le preguntas) con lo que en su momento fue la calculadora.

«Si al alumno se le pide un razonamiento, su opinión, comparar, esa actividad en determinados momentos se puede usar Chat GPT como una calculadora, como herramienta de ayuda», explica Roig Vila. 

La catedrática de la UA, Rosabel Roig Vila

La catedrática de la UA, Rosabel Roig Vila / Pilar Cortés

Prohibición

La catedrática pone el foco en que «en una sociedad actual que es cambiante y en que hay que formar al alumno en situaciones que van cambiando, los docentes tienen que proponerles diversas situaciones de aprendizaje y formar nuestro alumnado en ello».

De hecho, va un paso más allá y defiende usar las herramientas digitales en el aula hasta el punto de no compartir la prohibición del teléfono en móvil en clase, como se hizo la Conselleria de Educación a finales del pasado curso.

 «Yo soy de las que piensa que no tiene sentido prohibir el móvil en el aula porque puede ser negativo, lo que hay que hacer es formar a los alumnos a que hagan un buen uso», afirma Rosabel Roig Vila, quien es partidaria de que las restricciones o las prohibiciones a los menores sean más bien fuera de clase para evitar situaciones de acoso y adicciones.

Por su parte, Miguel Ángel Cazorla coincide en que la IA en las aulas «es una tecnología que es muy reciente y que es muy potente, lo cual nos va a permitir a hacer muchas cosas, pero como faltan herramientas para usarla surgen problemas de mal uso y, por otro lado, miedos». De ahí que el experto también incida en la necesidad de que lo profesores tanto de los colegios, institutos y de las universidades reciban una orientación adecuada.

Cazorla advierte de que el error se comete cuando los profesores piden los deberes, como por ejemplo, hacer cálculos matemáticos, y los estudiantes usan el Chat GPT para saber el resultado. En contra de esta práctica tan extendida, recomienda que se utilice esta herramienta para comprobar si está bien el resultado o de manera que ayude al alumno a aprender las diferentes formas de solucionar el problema.

El catedrático de IA, Miguel Cazorla

El catedrático de IA, Miguel Cazorla / Héctor Fuentes

No obstante, aunque ese es el objetivo, el catedrático en inteligencia artificial admite que esta tecnología sigue siendo novedosa y que en plena era digital «nos tenemos que replantear toda la enseñanza como la forma de evaluar».

Por ello, niega que haya que prohibir el uso de la IA en las aulas «porque está ahí como internet que también nos da respuestas a casi todo o como están las calculadoras. A nadie se le ocurriría ya hacer una raíz cuadrada a mano», afirma.

Con todo, ante la velocidad de una herramienta que parece haber llegado a las aulas para quedarse definitivamente, la formación es la principal receta que lanzan los especialistas para lograr un buen uso en las aulas de la IA «porque los estudiantes al final van a conocerla y hay que enseñarles a utilizarla bien», concluye Cazorla.

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